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Perrie se giró. Su espléndida melena estaba pegada en la piel por el agua.

- Oh, Zayn ... - se sorprendió – que... casualidad... Es que acabo de salir de una fiesta... y no sabía qué se iba a poner a llover... y no vine con mi coche... pero no pasa nada... mi casa... está a treinta manzanas, solo – solo, dice...
- Bueno... no hace falta que te excuses, sube. – sonreí.

Perrie dio la vuelta y se subió al copiloto.

- Te mojaré todo el asiento... - dijo, tirando de su vestido para no mostrar tanto esos bellos muslos, por los que yo moría en instantes.
- Da igual. – sonreí. - ¿Qué te parece si te llevo a mi casa? Solo está a dos manzanas.

Ella suspiró.

- No quiero ser molestia...
- No lo eres. – sonreí. – te estoy invitando yo.
- Entonces... - aún se lo pensó.
- Tengo nubes para el chocolate desecho... - sonreí y le guiñé el ojo – si te gustan...
- Vale, me has convencido – ella sonrió.

Era preciosa. Cambié de dirección. Estaba claro, que no la llevaría a la casa de mis padres. Así que me dirigí a la mía.

- Oye... no te asustes, habrá cajas por el medio... es que estoy de mudanzas...
- No pasa nada. – sonrió – mientras sea confortable, a mí me vale. – se rió.
- Lo es, lo es. – más de lo que te imaginas, cariño...

Cruzó las piernas. Intentaba concentrarme en la carretera, pero estaba tan excitante... mojada.

-Toma... - me giré y cogí una manta que Louis tenía allí.
- ¡Pero, Zayn, mira a la carretera! - ella se asustó.
-No te preocupes... - sonreí y le di la manta. Perrie se tapó.
-Gracias...
-No quiero que te constipes y que el miércoles tenga que venir otra u otro a hacerme la rehabilitación. – ella se rió.
- ¿Y tú de dónde sales?
-De una fiesta, también. – sonreí. – hace frio por estar ya en mayo...
-Si... pero ahora, siendo primavera, vienen estas lluvias... - sonrió. – a mí me gustan.
- ¿Te gusta que llueva? -pregunté.
-Bueno... me gusta estar en la cama calentita y tapada hasta la barbilla y sentir como a fuera hace frio y llueve... - rió – manías desde que era pequeña... no me hagas caso.
-No, no, para nada. – iba mirándola y mirando a la carretera. Era imposible concentrarse con
Perrie. – a mí también me gusta pensar eso. – sonreí – ya hemos llegado.

Ella se bajó del coche y dejó la manta plegada a un lado.

-Oh... te dejé el asiento empapado... - se disgustó.
-No te preocupes, es el coche de un amigo. – ahora me miró algo mal.
-A claro, si hubiera sido el tuyo sí que no me dejas subir eh...
- ¡No! Eso no es verdad... pero que no te preocupes, tan solo es agua. – aún llovía, y mucho – bueno...pasa. – abrí la puerta de la casa y la dejé entrar.
-Mmm... huele bien. – sonrío al entrar.
- ¿A qué huele? – dije riéndome.
- A ti. – se giró y me dedicó una de sus preciosas sonrisas –esta casa huele a Zayn. – se rió. – por eso huele bien. – me ruboricé completamente.
-Oh... - no sabía que decir – gracias. – me reí. Ninguna de mis ex novias me había dicho que olía bien... Zayn... ¿Por qué la comparas ahora con tus ex novias...?
-No hay de qué. Siempre la verdad por delante – inclinó la cabeza, monísima. – Siempre he sido
directa con los piropos. – tal y como a mí me gustaba... oh si...

Ella investigó la casa. Sola. Como cualquier chica curiosa.

-Es grande tu casa. – sonrió. – me gusta.
-Oye, ¿quieres ducharte? – le dije sin temor.
-Zayn... - suspiró.
-Tranquila... yo, estaré mirando la tele, no te sientas incomoda...
-No, no es por eso, es que es darte mucha molestia...
-No, ¿otra vez? ¡Te estoy invitando yo mujer! No quiero que vayas con la ropa mojada, cojeras algo... - sonreí y me metí en mi habitación, ella esperó sin decir nada.

- aquí tienes. – le di un jersey mío Jack Jones y unos bóxers Calvin Klein – te dejo los bóxers por que unos pantalones míos te irán muy grandes.
- ¿Qué dices? Pero si estas muy bien.
- Bueno, pero tú tienes una cinturita... - Oh no, las imágenes que vi en el hospital se volvieron a pasar por mi cabeza. Y que cinturita... - Ven, el baño está aquí.

La acompañé hasta el lavabo, abrí la puerta y encendí la luz.

- Guau... - miró a alrededor y se acercó a la bañera - ¿es de hidromasaje?
- Si, puedes usarla, serás la primera en estrenarla – reí – me la acababan de instalar, ya te dije que estoy de mudanzas.
- Bueno... si tú me dejas... no me opondré. – se acercó a mí de nuevo – pero gracias. – me dio un sonoro beso en la mejilla. Ella también olía de maravilla...

Cerré la puerta. Más bien la dejé ajustada. Que malo eres Zayn... pero no me podía contener... si ya me excitaba verla con ropa... ¿cómo sería verla lavándose el cuerpo... desnuda y mojada? Oh dios...

- Zayn... - la escuché que me llamaba desde dentro. Claro... la toalla.

Fui a buscarla y metí solo el brazo en el baño.

- Toma, no me acordé de dártela... - noté como la cogía.
- Pero entra.

Yo me sorprendí. Pero me metí en el baño. Aún estaba vestida. Intentaba bajarse el minivestido.

- ¿Puedes bajármelo?
- Claro...

Intenté tener el máximo contacto posible con su piel desnuda... dios... mi erección crecía por momentos. Miré por el espejo. Le bajé lentamente la cremallera, rozando con la otra mano cada y uno de los poros de su suave piel.

- Mmm...
- ¿Qué... pasa?
- Na... nada... que si lo haces así de bien... me gusta... - gimió Perrie.

Era como una espiral sin final, ella me provocaba a mí, yo le provocaba a ella. Volví a mirar en el espejo, mientras le bajaba lentamente el vestido. No lo bajé del todo, pero lo suficiente para ver que llevaba un sujetador sin tiras de color rosado. Negué con la cabeza.


- Voy... voy a preparar un chocolate caliente. – caliente como lo estaba yo en esos momentos...
- Gracias. – volteó un poco y sonrió.

Tenía que dejar de pensar esas cosas. ¿Qué pasaba? Ninguna chica en lo que llevo de mi existencia me había puesto tan cachondo... y en tan poco, porque ella, siquiera, había hecho nada, para que me excitara de este modo.

Puse el chocolate a fundir, junto con un poco de agua, para que quedara más líquido. Saqué la bolsita de nubes sin abrir aún. Me dejé caer en el sofá. Cerré los ojos. Estaba cansado. Y eran las dos de la madrugada. Escuché un ruido. Volví a abrir los ojos. Era ella. Se acercó a mí. Iba con la toalla envuelta en su cuerpo.

- Creo que tenias razón... - sonrió y se sentó en mi regazo – tu ropa me va algo grande... - me besó el cuello. Oh dios... que era todo esto... una locura... si... pero me encantaba... - Y es que no me extraña... - resbaló hasta ponerse de rodillas frente a mi – porque tienes unos... músculos... - empezó a subirme la camisa – no sabes lo que me excitó verte semidesnudo en mi clínica... - empezó a besarme los abdominales. Me dejé tumbar. Ella se colocó encima de mí. – Y veo que yo a ti también te... excito... - sobó mi bulto por fuera del pantalón.

- Ohhh... - le acaricié el cabello, aún húmedo por la ducha – por favor... - gemí, más excitado que nunca.

Se escuchó otro ruido.

- ¿Zayn? – abrí los ojos, y me la encontré frente a mí, con la camisa de Jack Jones, y los bóxers.

Mier*da... otro maldito sueño.

Mi Doctora (Adap. Zerrie)Where stories live. Discover now