Jueves por la mañana. Un olor delicioso vino hasta mi nariz, haciendo que mi estómago rugiera hambriento. Me levanté y me froté los ojos. Miré el reloj. Las once de la mañana. Perrie no estaba. La extrañé en cuanto ví que faltaba a mi lado. Me levanté y seguí aquel olor hasta la cocina. Perrie estaba cocinando.
-Me permití el lujo de prepararte un desayuno, ya que me dejaste quedar en tu casa. – Me sonrió - ¿Cómo dormiste?
-Perfectamente. ¿Y tú?Le sonreí y me acerqué a la mesa, donde había zumo recién exprimido por ella, el plato de tortitas y un poco de chocolate y otro con torrijas y mermelada.
-También. – sonrió.
- ¿A qué hora te has despertado?
-A las nueve. Estoy acostumbrada a levantarme temprano. – con razón le había dado tiempo de preparar todo eso. Y la verdad es que todo tenía un aspecto riquísimo.
Ella cogió los dos platos y los llevó al comedor. Yo cogí El zumo, los vasos y los cubiertos, junto con dos platos pequeños vacíos.
-Cocinas muy bien. – le dije, intento de cumplido.
-Pero si aún no lo has probado... - se rió.
-Ya, pero tiene muy buen aspecto. – Perrie sirvió.
- ¿Cuántas? – Señaló las tortitas con el tenedor.
- Dos. – sonreí y serví zumo a los dos. Ella también se puso dos tortitas.
-Tranquilo, no llevan mucho azúcar. – dijo.Realmente se acordaba de que le había dicho que era diabético. Fui a pinchar la tortita, cuando la puerta sonó.
-Joder... que momento más oportuno, con el hambre que tengo. – suspiré.
Me levante. Ella se rió, con un trozo de torrija en la boca y mermelada en los labios. Aún estaba más excitante. Y así de sensual, con los cabellos alborotados, sin maquillaje, al natural. E igual de preciosa.
Entreabrí la puerta.-Zayn, yo te mato. – la voz de Louis hizo que los tímpanos casi me estallaran.
-¿Pero qué...?
-Dame ya las llaves de mi coche, anda.
-Oye, te tranquilizas que yo te las pedí.
-¿Y qué? ¡Estaba ebrio! Eso es aprovecharse de la gente.
-Ya claro. – negué con la cabeza – espera aquí anda, ahora te las traigo.Yo fui a buscar las llaves. Él se asomó.
-Hay la madre... - dijo, mirando a Perrie.
-Buenos días... ¿Louis?
-Si, preciosa. Tú te llamas Perrie ¿no?
-Si, ¿eres amigo de Zayn?Louis se acercó y se sentó en mi sitio.
-Así es, el más guapo. – le cogió la mano y se la beso. Yo salí de la habitación donde había dejado las llaves.
-Oye ¿Qué se supone que haces? Perrie no le hagas caso de lo que dice, es tonto, está comprometido. – Ella se rió, negó con la cabeza.
-Hombres... - dio un trago de zumo.
-Ya claro, si no fuera por eso, ¡ya serias mía, muñeca! – se levantó y fue hacia la salida. – ah, que sepas que estas muy guapa con esos bóxers. – oh dios mío, eran tan tonto... pero muy ágil en verla. Y eso me ponía furioso.
Enseguida escuché como llamaba a Harry, saliendo de mi casa. Ya estarían inventándose paranoias de mí... y solo porque Louis había visto a Perrie ligera de ropa, en mi casa. En fin, que le íbamos a hacer...
- Que simpático tu amigo – se rió – vamos siéntate.
Corté un buen trozo de la tortita y me la metí en la boca, saboreando su gusto. De verdad que su aspecto no engañaba. Tragué.
-Mmm.... Buenísima. – seguí con mi fantástico desayuno.
-Gracias. – inclinó la cabeza – me gusta cocinar, y bueno... - se rió – dicen que a un hombre se le conquista por el estómago ¿no? – era yo, o ¿me estaba tirando los tejos? Me sonrojé.
- ¿Y a las mujeres como se las conquista?
-Mmm... no sé, eso tendrías que averiguarlo tú. – se mordió un dedo – quizás con un buen polvo. – se rió – Pero hay muy pocos que consigan eso.
-¡Perrie! – me reí - ¿pero cómo dices eso? – casi me atraganto con el zumo – con un buen polvo dice... - suspiré.
-¿Y tú lo tienes? – Preguntó. Esa conversación se me hacía incomoda, ya que nunca lo había probado.
-Yo que sé. ¿Quieres probarlo y así me lo dices tú? – busqué la respuesta más picante posible.
-¡Zayn!
-¿Qué pasa? – me reí – ¡Fuiste tú, la que empezó! – los dos nos reímos.Cada vez me gustaba más. Y ya no era el hecho superficial. Era una mujer con la que podía hablar de cualquier cosa, y me lo acababa de demostrar. Cada vez más perfecta.
-Oye Zayn...
- Dime.
-Tendré que ir a mi casa ya... tengo que vestirme e ir al trabajo.
- Ah... - odiaba esa idea, quería estar todo el santo día a su lado. – ya te llevo yo con el coche.Terminamos de desayunar. Salimos rápidamente de mi casa, para que no la viera nadie. Llevaba una bolsa con el vestido y los tacones de anoche. Se tapó con una manta que tenía en mi coche.
- Está guapo tu coche... - sonrió.
- ¿Cuál de los todos? – reí.
- Ah, que tienes más que uno... - suspiró – No entiendo porque los hombres necesitáis más de un coche. Yo con mi porsche boxster negro me conformo – rió.Un porsche, entonces ella, también tenía mucho dinero.
- Guau, chica sexy en un descapotable. El sueño de ver de cualquier hombre – dije, mientras conducía hasta la dirección que ponía en la tarjeta que me dio el otro día.
- Que tonto... - se rió.No dijimos mucho más. Su móvil sonó. Rebuscó entre la bolsa. Dijo algo, no entendí mucho, porque estaba pendiente de la carretera. Colgó.
-Zayn, me surgió un problema – se disgustó, mordiéndose el labio – me cancelaron una reunión del doctorado de hoy y me la aplazaron al miércoles que viene... - me moría por dentro. Me acababa de quedar sin sesión de sus súper masajes eróticos. – ¿te importaría que empezáramos hoy con la rehabilitación? – mis ánimos volvieron a subir de golpe.
- Oh, no, ¡para nada! – aparqué delante de su casa. Aquella de color pastel – hoy no tenía nada que hacer, igualmente – mentira, tenía una premier con los chicos, pero daba igual si no iba, por un día, al fin y al cabo.
-De acuerdo – sonrió – además, ya tengo todo el material en casa.Entramos en su casa. Era grande, también.
- Vete desnudando, que ahora vengo... - sonrió – mejor me quito tus ropas y me pongo algo mío.
-Como quieras amor... estarías sensual hasta vestida de monja...

YOU ARE READING
Mi Doctora (Adap. Zerrie)
FanfictionDefinitivamente se había obsesionado. A Zayn Malik nunca le había pasado esto. ¿Enamorarse de su propia doctora? ¿Pero cómo?