Capítulo 5: Confesiones

224 6 0
                                    

Me despierto con un dolor de cabeza infernal. Estoy tapado con el edredón de la cabeza a los pies. Maldito tequila. Uff. Me retuerzo entre las sábanas y me desperezo. Tan solo son las 12. Que extraño, se me ha hecho el sueño eterno. Pensaba que me levantaría sobre las 5 o 6 de la tarde. Lo habitual cada vez que bebo. Que no son muchas, que conste. Bajo a la cocina para comer algo. Mi estómago ruge pidiendo alimentos. Voy dando tumbos, con la garganta ardiendo. A pesar de la resaca en mi casa se respira calma. Normal, solo estoy yo. Mi madre y mi padre están trabajando. Mi hermana de fin de semana romántico-empalagoso y yo...Lo que queda de mi no puede con su alma. Me preparo un Cola-Cao (no tomo café cuando voy resacoso, lo vomito al instante). Saco dos rebanadas de pan bimbo y hago dos tostadas que quedan perfectas. Le unto mermelada de frambuesa y disfruto de mi desayuno improvisado en la mesa del comedor. Parece que el tiempo ha mejorado. Las nubes dispersas ahora permiten divisar el deslumbrante sol y las montañas cubiertas de nieve a lo lejos. Sonrío interiormente. Me gusta estar solo en casa. La gente normal aprovecharía y andaría por los pasillos en calzoncillos, pondría la música a tope o traería una chica a su casa. Yo no. Yo me conformo con sentarme a desayunar contemplando el paisaje a través del ventanal de mi cocina. Soy bastante simple. El timbre del Iphone me ensordece, devolviéndome a la realidad. Un mensaje de WhatsApp de un número desconocido ocupa la pantalla.

Buenos y resacosos días, Ethan Anderson! '

Miro la foto de perfil y reconozco a Leah. Sentada en un bordillo observando el horizonte , dejando su lado rapado al descubierto. Sonrío por dentro.

'Buenos días para ti. Mi cabeza está a punto de estallar.'

Segundos después recibo otro mensaje.

'Eres un blando. Un ibuprofeno y como nuevo. Verás...Mis padres se van al cine con mi hermano Lucas y me preguntaba si te apetecía venir a comer.'

Si no lo veo, no lo creo. Leah Schneider me está invitando a su casa. Y A COMER. Si no fuera porque sé que es lesbiana pensaría que quiere algo conmigo. Cojo el movil y escribo de nuevo.

'¿Es...una indirecta?'

'Si...Quiero que lo hagamos por toda la casa. Incluida la habitación de mis padres.'

Me río.

'¿Entonces? ¿Vienes o no?'

Lo medito durante un instante y al final accedo.

'Perfecto. C/ Amargura. Número 9.'

'¿No había otra calle en la que vivir?'

Pregunto. Telita con el nombre.

'Imbécil. Te espero en la cama. No tardes. 😂'

Me doy una ducha rápida y me visto. Me tomo un ibuprofeno y salgo de casa.

Antes de ir a casa de Leah decido pasarme por la inmobiliaria para saludar a mi madre. Cuando entro la encuentro hablando por teléfono, sentada en su despacho.

-Vale, le aviso con cualquier cosa, buenos días. -cuelga el teléfono. -Hola cariño.

-Hola.

Me siento en la silla y apoyo las manos en el escritorio.

-¿Como te encuentras? Ya me dijo tu padre que llegaste a casa tarde. -hace una pausa. -También me dijo que habías bebido.

-Mamá, ya conoces a Papá. Es un exagerado. Me bebí una o dos copas como todo el mundo. -Miento. Aun me sigo cagando en el puto tequila.

Mi madre mira a ambos lados y susurra:

-Ethan, entiendo que lo estés pasando mal, pero la bebida no es la solución.

ImpredecibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora