Capítulo 7: ¿Buenas noticias?

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FEBRERO.

Es increíble percatarse de que el tiempo pasa volando cuando mantienes los pies en el suelo, pero la cabeza en otro planeta. Febrero no es de mis meses preferidos. Sobre todo porque mi hermana Lucy se pone -muy pero que muy- pesada con el rollo San Valentín. Desde que vino de su fin de semana en la montaña no ha parado de hablar de que quiere compartir su vida con Pablo. Yo la miraba de reojo y resoplaba cada dos minutos. Al verme me soltó un: "Cuando te eches una novia en condiciones, lo entenderás."
Y no se si quiero entenderlo, al menos no por ahora.
Aprobé Filosofía. Sigo sin saber cómo cojones lo hice porque apenas estudié. Debe ser que a los profesores les da pena el chico de la clavícula de hierro.
Sí, ahora Leah me llama así. Hemos pasado de "chico misterioso" a "clavícula de hierro", "cyborg" y derivados. La rehabilitación está yendo bastante bien. Dejé asombrada a la doctora cuando le conté que corrí a través del campo -no le dije que en realidad estaba huyendo de la policía- y ayudé a Tomy a levantarse sin desplomarme yo. A lo que respondió que es alucinante la capacidad que tengo para soportar el dolor físico, o incluso para prescindir de ello. Sinceramente, a mi también me asombra. Supongo que me concentro más en el dolor emocional, que en el hecho de tener la clavícula rota. He convencido a mi madre para que no me acompañe a rehabilitación todas las semanas, empezaba a resultar agobiante el exceso de preocupación. La miraba por la ventana de la consulta mientras se encendía un cigarro detrás de otro. Ugh. Me ponía de los nervios.
En cuanto a mis 'maravillosas' sesiones con Cristina, he de decir que estoy mejorando. Aquél Lunes, tal y como había acordado con mi madre, volví a verla. Y esta vez lo hice por mi, no por tenerla contenta. Tras media hora de mi monólogo sobre la muerte y la pérdida, Cristina llegó a la conclusión de que padezco un trastorno de estrés postraumático. Una severa reacción emocional a una experiencia traumática. Aparte de la muerte de alguien querido, citó otros ejemplos como "amenazas, daños físicos graves..." El caso es que la experiencia alcanza tal grado que las defensas mentales de la persona no son capaces de asimilarlo. Los síntomas se asemejan mucho a los míos: Recuerdos angustiosos, sueños relacionados con el hecho en cuestión (de ahí mis pesadillas, tiene sentido), momentos en que la persona siente que la experiencia traumática se repite una y otra vez, incapacidad para relacionarse con los demás, mostrar emociones e incluso esfuerzos para evitar recuerdos o recordatorios externos, ya sea lugares, o personas relacionadas. A todo eso se le suma el insomnio, irritabilidad, ataques de ira, sobresaltos...
Así que he llegado a mi propia conclusión: Estoy hecho una auténtica mierda. La sonrisa que Cristina añade a casi todo lo que dice hace que suene bonito, pero una vez que lo asimilas, analizas las consecuencias. Y joder. Quiero ser yo. Quiero ser yo otra vez.
He empezado a ir a terapia de grupo, no se hace tan pesada porque Leah y Tomy han decidido ir conmigo. Cuando me siento algo perdido o desorientado sienta bien mirar hacia un lado y ver a Leah con esa sonrisa suya de "Puedes con esto." Lo que de verdad me asusta, es el método Catártico, lo tengo dentro de dos semanas. La catarsis permite al 'enfermo' recordar y objetivar verbalmente el acontecimiento traumático liberándolo del exceso que lo convierte en algo patógeno. En resumen, este método se supone que va a hacerme soltar absolutamente todo lo que recuerde del accidente y así, poder liberar lo que no me deja avanzar.
Esperemos que sea así. Por otro lado, Leah, Tomy y yo ya estamos con los preparativos para empezar a cumplir la lista de deseos. Es deprimente y motivador al mismo tiempo, lo mires por donde lo mires. Empezaremos con el salto en paracaídas, algo sencillo pero aterrador para mí. Tengo fobia a las alturas. De hecho no llegué a subirme a la Torre Eiffel cuando fui a París. La cantidad de cosas que me pierdo por miedo. Porque es muy fácil decirlo. Hacerlo ya son aguas mayores.
El caso es que empezaremos con el salto y luego ya veremos qué deseo o propósito de la lista cumplimos. Tomy me dijo hace 5 días que él se encargaba de buscarme a alguien que me enseñara a montar en moto. (Tengo ciertas dudas sobre si he hecho bien en dejarle. En ocasiones da la sensación de que nada de lo que dice es creíble.)
Pero, mejor amigo, ya me he embarcado en esta aventura, y no pienso fallarte. Tenlo por seguro.

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