Melissa, con tan solo 13 años inocentemente su corazón se perdió tras esos ojos azules que la secuestraron en la puerta de su aula. Lo siguiente en suceder fue la típica ‘Novela Juvenil’; su amor pasajero le robo mucho más que el corazón. El tiempo transcurrió y él supo que esos cruces de mirada que ella le buscaba tenían una razón, pero, para él se presento como su oportunidad de juego. Con palabras dulces, caricias en los sitios correctos y uno que otro beso robado en el vaciar del aula... con una propuesta simple y directa “¿Me darías la prueba de amor?”, tontamente enamorada y con sus dulces 15 primaveras recién cumplidas, tomo la decisión equivocada al acceder a la petición de su primer novio, el que le prometió ‘amor eterno’.
Un error con sus trágicas consecuencias; positivo marcaba la prueba de embarazo... “No es mío”, le respondió él al ella contarle lo sucedido “Así cómo puteaste conmigo, lo hiciste con cualquiera, ese bebe no es mío, perra”; adiós a la niña dulce, a la confiada e inocente niña Melissa.
Ella se fue de su casa antes de contar lo sucedido, se prometió a sí misma no amar... nunca más. De un corazón roto solo quedaba una pizca de alegría que la poseía el bebe producto de aquel amor de tragedia.
Dante, le nombro. Con su apellido solamente, emancipada y libre, inicio su nueva vida en Francia; junto a prima consiguió el apoyo suficiente para salir delante de aquella pesadilla.
Dispuesta a reanudar sus estudios en secundaria se ha decidido por cursar en el mismo colegio que Rosalya, su prima. El instituto Sweet Amoris le espera con sorpresas que nunca creyó vivir; ella luchará a todo por su hijo, por dará la felicidad que a ella se le fue robada. Pero, quizás su fortaleza sentimental se vea derrumbada cuando aquellos ojos azules penetrados en la consola portátil la roben de la realidad completamente.