Capitulo 14
Amenazada de muerte
Él llega a su casa, bajándose de la moto entregándole el casco, y mientras su compañero parte dejándole solo a media noche, suspira bajándose la pañoleta que cubre su boca y nariz. Sus facciones, sus ojos enrojecidos y vidriosos.
La luna se ha ausentado esta noche. Oculta entre las nubes que espesan el manto nocturno. Sus ojos plateados observan el cielo, aprieta los puños y entra a su hogar. En silencio y cauteloso. El lugar está vacio, desértico en todo aspecto. Suspira y camina hasta la escalera, sube cada escalón aflojándose las prendas. Camina por el suelo de madera y este rechina con sus pasos. Se deshace de la pañoleta negra sobre su cabeza y su pelo azulado esta revuelto y salvaje, dándole un aire sensual en sus ojos plateados. Su piel manchada de tierra y carbón.
Desenguanta sus manos pálidas y frías después de guardar el arma en un cajón. Suspira una vez más, el aire exhala de sus sonrosados labios. Estira los brazos hacia arriba y bosteza. Se despoja de la chaqueta de cuero guardándola en el closet, su pantalón ceñido también, y las botas militares también. Se tumba con solo una remera gris y sus bóxers en la cama. Cierra los ojos por un segundo, sumergiéndose entre sus pensamientos.
-Esta mocosa es de lo peor- Murmura y maldice en sus adentros –Pero- Abre ligeramente sus parpados –Tengo que protegerla o...- Duda por un segundo –Podría mejorar la vida de todos quitándola de en medio, sería más fácil si no estuviera revolcándose con el oxigenado ese- Frunce el ceño.
Ahí está, medio desnudo sobre su cama, con aire de sensualidad indiscutible. Manos que han cometido crímenes sangrientos, pies que han caminado en búsqueda de sus objetivos, ojos que han visto lo desconocido, labios que han jugado sucio, lengua que ha saboreado bocas incontables, piel que ha rozado otras tibias y frías, encendido y congelado a quien desee.
Zero, un digito numerario nada más. 0, nada se sabe de él. Está prohibido dirigir su voz a conocidos. Su cara es un misterio, su seducción es única. Su voz endulza a quien sea, sus manos te conducen al abismo y con una patada te condena al infierno.
Pero, esta noche sus ojos se cierran por sus parpados, lagrimas resbalan por sus suaves mejillas. Con las facciones de un niño, el alma de un guerrero, el corazón de un caballero, los pensamientos de un homicida, la determinación de un espía y... los sentimientos más puros del mundo.
-Lo siento... lo siento de verdad- Susurra a la nada.
Lágrimas y más lágrimas quiebran su semblante con cada gota derramada. Los minutos transcurren, él gimotea, con un desesperante hilo que se rompe. Desea gritar, tan fuerte como para desahogarse y quedar afónico. La frustración por no poder evitarlo lo apuñala sin misericordia alguna. Horas mueren en el reloj y lentamente el sueño lo cobija, finalmente se queda dormido, sumergido entre pensamientos y lagrimas.
7 días más tarde
Todo parece florecer para todos. El rubio es dado de alta, el friki está ingresado aun, no son sus heridas... es su capacidad mental. Parece estar bloqueado, no le ha dirigido la palabra a nadie desde ese momento. Melissa no ha tenido el valor de acercársele desde aquel dia.
Armin se descompensa con cada dia que pasa. Hoy, Alexy trata de sacarle una sonrisa mientras ambos juegan con las cartas Yugi-Oh. Es un buen hermano, lastimosamente su idea de ayudarlo podría romper aun mas al gamer.