El legado Gregory

Capítulo 14 Sacrificios por la familia

Un día escuché una de las tantas conversaciones de Christian sobre la muerte, sobre el sacrificio de dar la vida por la familia y que cuando vas a morir lo presentías porque sentías una sensación de pérdida y una profunda tristeza dentro de tu corazón. Yo nunca creí tales cosas, porque pensaba que eso era una idea para hacerte sentir cierto temor sobre la muerte y sinceramente morir no estaba en la lista de cosas por hacer, aunque me la pasara diciendo que deseaba morir en ocasiones debido a la soledad, la amargura y a la falta de amor en mi vida.

Esa mañana donde la primavera comenzaba con una fuerte lluvia en mi ventana y aquellos truenos que retumbaban por las paredes de mi habitación me hacían sentir vacía y temerosa, pero yo no entendía esa sensación de abandono, yo me sentía completamente feliz de estar con Elizabeth pues, ella había llegado en un momento de mi vida en que la necesitaba y que si la perdía yo iba a perderlo todo.

Sacudí mi cabeza alejando cualquier pensamiento negativo que intentaba opacar mi felicidad en ese instante y que no me dejaba pensar con claridad sobre lo que se nos avecinaba, y que una guerra se aproximaba y era el momento de tener la cabeza completamente despejada. Observé a Elizabeth dormir y era algo maravilloso, se notaba que ella estaba disfrutando de sus sueños porque la comisura de sus labios se curvó en una leve sonrisa que me hizo suspirar, me di media vuelta para irme a dar una ducha, para ir a dar un paseo por los alrededores de la mansión.

Después de haber caminado unas cuantas horas por los bosques que rodeaban mi mansión recordaba cuando Joshua había reconstruido la mansión de mis padres y creó toda esta bella vegetación con la ayuda de sus amigos, con el fin de que pudiéramos cazar animales en nuestro propio territorio y para que a muchos se les hiciera difícil encontrar nuestra ubicación. Regresé a la casa empapada por la lluvia ya que en el rato que estuve en el bosque, se me había ocurrido para despejar mi turbulenta mente correr por todo el bosque. Observé como Thomas y Stella sonreían a carcajadas por mis fachas, pero me sorprendió que Stella se acercara a mí con gesto preocupado en su mirada de niña traviesa.

—Hola Kei, vaya sí que te has divertido bajo la lluvia —dijo Stella con una sonrisa sincera.

Me encogí de hombros y me sacudí como un perro para salpicarla de barro y con voz divertida dije.

—Hay que darle la bienvenida a la primavera, ya que tendremos un poco de sol y un poco de lluvia ¿No crees? —Ella se limitó a mirarme con cariño, como quien observa a un niño travieso y divertido.

—Vale, te has divertido y me has empapado de barro. Ahora nos pondremos serios y quiero decirte que necesito hablar contigo a solas.

Habló con voz seria ante la urgencia de hablar conmigo; acto seguido le pedí que me siguiera a mi biblioteca.

—Bueno pequeña ya estamos aquí cuéntame ¿De qué quieres que hablemos? —La animé para que ella pudiera hablar con confianza.

La verdad era que desde que la rescaté de los Russo, deseaba que ella me contara todo cuanto sabia de esa familia incluso sus puntos débiles, pero primero tenía que ganarme su confianza y que saliera de ella misma contarme lo que ella deseara contarme y por supuesto no iba a traicionar su confianza y si ella no quería traicionar a los Russo porque en su momento ellos fueron buenos con ella, también era respetable. Y allí estábamos Stella y yo mirándonos. Un largo silencio nos recorrió por unos minutos que parecieron horas, hasta que ella con un gesto de su mano como si espantara un mal pensamiento dijo.

—Sé que llevas tiempo esperando a que yo te cuente todo lo que sé, pero no es fácil contar años de dolor, pero resumiré y contaré lo importante porque sinceramente no creo que necesites saber toda mi vida y no creo que te importe. —Bajó la cabeza y dejó escapar una lagrima; me puse de pie para limpiar sus lágrimas con mis dedos.