Complementarios PARTE 2

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Salimos de la cueva como en los viejos tiempos, era extraño verlo desde atrás ahora que soy más alta, caminamos en silencio, yo solo quería reír, de felicidad pero no quería molestarlo, debe estar pensando en recuperar su visión para que todo sea perfecto, y ahora que recuerdo, ese demonio debe estar buscandome, estaba muy distraída que choqué con Aniki, que tonta soy.

-¿Pasa algo? ...¿Tienes frío? ¿Hambre? -su voz lleno de pleno mis sentidos, no cabe duda que eres el único con ese poder de desconectarme del resto para poner mi total atención en tus escasas palabras o gestos, obvio que no tenía cabeza para el hambre o el frío, aunque ahora que ya va a oscurecer y el invierno está cerca, así que si me preocupa el frío.

-No es nada... - respondí y seguimos hasta que Aniki se detuvo, me sentí observada y se que es ilógico el solo ve tu alma, no más, no hay porque sentir miedo con el pero no podría llamar miedo exactamente a esto, solo se que quiero cubrir mis mejillas que deben estar rojas, será mejor refugiarnos en algún lugar, y conseguir abrigo si no queremos morir congelados, ¿que impide que levante la mirada hacia sus ojos? Porque es diferente ahora.

-Ha.. Haré... La fogata... - ahora hasta hablarle se me hace una tortura, es mi imaginación, la verdad es que el siempre ha tenido una mirada profunda que descuadra a cualquiera, pero porque es diferente ahora.

El fuego nos brindaba un calor acogedor, nos sentamos juntos y yo estoy jugando con el listón de mi cabello, no se como otras chicas pueden tenerlo así de largo como por la cintura, para mi es molesto, pero, así es como las chicas lo portan, ¿desde cuando me importa ser una chica?.

Me recuesto sobre el suelo y me hago un ovillo para intentar dormir, hace frío, de la nada siento a Hyakkimaru recostarse junto a mi, puedo sentir su respiración en mi cuello, eso me obliga a voltear y mirarlo, por primera vez me detengo a grabar en mi mente cada rasgo de sus finas facciones, sin importar lo que el mundo haya creído de él, yo solo veo el alma más pura e inocente que junto a su belleza un tanto fuera de lo común me hacen pensar que siempre ha sido perfecto, estoy perdida en todo su esplendor, hay algo de él que irradia un calor especial, uno abrasador que abriga más que el fuego que a la mañana se extinguirá, pero esta sensación no se irá así de fácil como el fuego con la noche, esta sensación la llevare conmigo el resto de mi vida, porque por el resto de mi vida Aniki serás especial para mi, como si su rostro me llamara llevo mis manos a su cara, para pasear mis dedos por su frente, ojos y labios, no cabe duda Hyakkimaru, eres especial, de cualquier manera, desde cualquier ángulo, solo que yo era una niña ingenua y nunca pensé aquello hace años, tal vez por ello es que siento diferente cada cosa de ti. No hay mejor lugar que junto a ti, y no importa si mi corazón se escapa de mi pecho cuando te piense o te acerques, no hay duda que eres lo que me faltaba, lo que necesitaba para llenar los vacíos de las noches y madrugadas, eres mi complemento, lo único que me mantiene con los pies sobre la tierra, aun no se que me pasa pero se que es bueno si se trata de ti.

-Aquí me quiero quedar, Aniki, para siempre- estaba cansada y me acurruque en su pecho mientras sentía sus brazos rodear mi ya no tan pequeño cuerpo, para quedarme dormida dentro de un sueño en la realidad.

Casi al amanecer el demonio que juró y perjuro encontrarme estaba atacando, rápidamente tomé mi espada y Aniki se puso en guardia pero, el ya no porta un arma, así que le lanzo mi espada, que más da, el es más hábil que yo, empieza un batalla, y yo los sigo a la sin perderlos de vista, al parecer el demonio serpiente quiere confundirlo, ya no es Hoshi, ahora se parece a mi, ese truco no funcionará, el nunca me ha visto además, su color debe ser desagradable, me pregunto, ¿cuál será mi color?, maldición, casi me golpea ese monstruo, que quiere de mi, ahora estoy esquivando los ataques de aquel ser que es mi reflejo.

-¡Dororo!- recibo la espada junto al llamado de Aniki, bien si este remedo chafa quiere pelea, pelea tendrá, es veloz, estábamos parejos hasta que recibí un golpe que me mandó a volar, tarde un par de segundos en levantarme y todo era un caos,  habían dos Aniki, maldito demonio, no me vas a engañar, pero pero, quien es quien, empuño mi espada.

-¡Aniki! Di mi nombre, di mi nombre, ese demonio no puede imitar la voz, ¡di mi nombre! - lo incite a llamarme pero...

-Claro que puedo, no soy cualquier demonio... - A ese Aniki hay que derrotar, me lance de lleno contra el, no puedo creer que mi plan resultara, aunque no era como esperaba, no resultó ser tan inteligente que digamos, en un punto de la batalla mi espada salió volando y me encontraba acorralada contra un árbol, maldición, ese monstruo me va a matar, y lo peor es que tiene la forma de la unica persona que es capaz de romperme en mil pedazos solo con su mirada. Esperaba el golpe final, pero nunca llegó, Hyakkimaru lo había atravesado con la mi espada, era extraño ver como volvía a su forma original una desagradable serpiente, que se negaba a morir, al transformarse en su verdadera forma, Aniki empezó a atacar salvajemente,  feroz y sanguinaria, no puedo ni imaginar porque ese cambio pero debo detenerlo, así que lo abrazo desde atrás tratando que se aleje de la serpiente que ya estaba herida de gravedad y pronto moriría, no era necesario despedazar al monstruo, no es de humanos y solo me traen malos recuerdos.

-iAniki, detente, por favor, el monstruo morirá de todos modos! - otra vez su rostro esta manchado de sangre y su vestimenta también, no se porque pero sentí pena del monstruo, me acerque y toque la cabeza de esa gran serpiente, cerré mis ojos y recé por ella en ese momento una luz blanca salió del demonio, y se transformó en la silueta de Hoshi, quien me dijo que había liberado su alma del demonio, es decir hice un exorcismo, justo cuando las esencias del demonio y Hoshi desaparecían Hyakkimaru cubría su ojos, quede en completo asombro al ver en el suelo sus portesis falsas, ese monstruo tenía los ojos de Aniki, corro hacia el y trató de que abra lentamente sus ojos, el brillo debe molestarle.

-Tranquilo... Abrelos lentamente-pongo mis manos sobre las suyas para que abra sus ojos, el se arrodilla y baja su cabeza al suelo, de verdad que el brillo le molesta, es como aquella vez que recuperó sus oídos, yo sigo con el, me acerco más y bajo despacio sus manos y el tiene cerrado sus párpados que poco a poco se van abriendo, fijé mi mirada en sus ojos que lento se abren, quedo en shock, sus ojos ahora poseen un brillo y color hermoso, se ve tierno tratando de enfocar las cosas que nos rodean, pero su mirada se fija en mi, eso hace que baje mi rostro avergonzada, no soy la gran cosa, para que me observe de esa manera. Sus manos en mis mejillas levantan mi cara para conectar nuestras miradas.

-Dororo... - su voz es lejana, apenas un susurro, me siento dichosa de ser la primera persona que el mira, sonrió para el, y dejó que sus brazos me envualvan contra su pecho, me dejó abrazar de su corazón, porque lo siento justo contra mi, lo escucho latir, se que es de felicidad, y yo también estoy feliz, por el, por nosotros.

Continuamos nuestro viaje en busca de lo que depare el destino para nosotros, mientras sea juntos. Mientras sea de su mano, puedo llegar hasta el fin del mundo, hay algo que me incomoda más que el que invada mi espacio, y eso es que no deja de mirarme, soy tan humana como cualquier otro, entiendo su curiosidad pero es incomodo.

-Aniki, no quieres mirar otra cosa, que no sea yo, esto es extraño sabes... -

-Quiero guardar... tu imagen... -

-Eh...bien pero... - me sonroje, no me creía semejante obra de arte para ello.

-Aquí... - el señalaba su corazón.

-Ahí me tendrás siempre... -

Tome su mano ahora cálida y suave para hecharnos a correr por el sendero despejado que teníamos en frente, aun no se que es esta calidez en mi pecho con solo sentirlo cerca, pero tengo la vida entera para descubrirlo, estamos el uno para el otro, nos necesitamos el uno al otro porque somos más Aniki y yo, nosotros somos

COMPLEMENTARIOS

FIN.


Este fue el punto de vista de Dororo, ahora se viene el punto de vista del Aniki. 😁🥰

Dororo y Hyakkimaru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora