MI RAZÓN DE SER

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Aquellos días sin importar el frío, el hambre, los charcos de sangre, incluso las pérdidas más dolorosas y las heridas más profundas sanaban con sólo mirarte a mi lado, ni siquiera era necesario verte, me bastaba con sentir tu calor, tu aliento, y escuchar tu melodiosa voz, yo solo quería protegerte y terminé alejando lo más preciado que tenía, juré encontrarte pasara lo que pasara, dejé de lado el buscar las dos últimas partes de mi cuerpo, ya no quería nada más, solo necesitaba de tu mano para continuar.

Pero ese monje me engañó, lo admito perdí la razón, recuperé mis brazos, y mis dedos picaban por tocarte, por sentirte, y al no verte junto a mi, esperando por mi, me perdí, perdí mi razón de ser, nadie sabía de ti, ni si quiera ese monje que prometió que volverías aquí, a mi lado, estaba feliz, pero al cruzar la cascada me encerró y todo se volvió negro, mis últimos pensamientos fueron, donde estas, regresa y todo se volvió negro.

No se cuanto tiempo habrá pasado, abrí mis ojos y ahí estabas se que eres tu, y solo tu, nadie más sobre esta tierra puede desvanecer mis pesares, todo se esfumó, la oscuridad, el frío, hasta el tiempo, perdona no tengo fuerzas, espero no haberte lastimado, caí sobre ti, espero no te moleste lo que quiero hacer desde que deje de sentir tu presencia a mi lado, al fin puedo tocarte, tu piel es como seda, más delicada de lo que imaginé, me regresaste a la vida Dororo, tu mi razón de ser.

Que pasó contigo todo este tiempo, tu voz es diferente, más dulce, no te quedes callada, quiero escucharte más, estas extraña y no te culpo, estarás enojada, yo también te extrañe, pero como decirlo.

Ya veo, estabas cansada, hace frío, déjame yo te cubro, déjame brindarte el mismo calor que años atrás me brindó abrigo, abrigo a mi corazón, paz a mi alma, y razón a mi razón, quedate conmigo, que mis brazos sean los que ahora te sostengan, déjame abrazarte, déjame sentirte, tus dedos recorren mi rostro, aquella caricia me obliga a cerrar los ojos y pegarte a mi cuerpo, que es diferente ahora, me pides quedarte así, siempre, pero ya estoy perdidamente preso de ti, Dororo, y siempre es muy poco.

Ya no es la oscuridad que molesta ahora, es la luz, tan brillante que mis ojos duelen pero quiero verte, tu solo dices que los abra lentamente pero yo quiero verte, hermoso, todo de ti es hermoso, guardaré tu imagen para siempre en mi corazón. Por fin tan humano como tu, Dororo, mi razón de ser.

Dororo y Hyakkimaru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora