Renacer Parte 3

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Los dos corazones que a la distancia se llamaban uno gritando más fuerte el nombre del otro, y el destino es caprichoso y a veces hasta cruel, aquel tiempo separados están por cumplirse y se volvería a encontrar así debía ser, pero Hyakkimaru decidió viajar a Estados Unidos y de jar Tokio para someterse a una operación de alto riesgo que tenía dos opciones, recuperaría la vista o la perdería para siempre, su madre viajo con el para aquel procedimiento que duraría 6 años de rehabilitación e intervenciones quirúrgicas, mientras que Tahomaru se quedó a terminar sus estudios y al regreso de Dororo, esta solo se encontró con esa fatal noticia, de que Hyakkimaru había decidido no regresar a Tokio sin terminar su tratamiento, eran 6 años, en los que ambos veían más lejos y a la vez cerca un lazo entre ellos, uno lazo que no perdona ni el tiempo ni el espacio, algun día, quizá pronto, quizá tarde, o en otra vida pero ellos se volverian a encontrar otra vez, la veces que sean necesarias. Cada uno continuo con su vida, dororo cursaba el 4to nivel de su carrera de especialista en el área de óptica, y Hyakkimaru había terminado sus estudios en Investigaciones Químicas, a pesar de la distancia, la madre de Hyakkimaru les había facilitado la comunicación por celular, y hablaban muy seguido, pero nunca dijeron lo que sus corazones guardaban, quizá algun día.

Y es que ese día no estaba lejos, Hyakkimaru decidió darle una sorpresa a su ya no tan niña, y llegaría de improviso, como seria, quería verla, ahora que había recuperado la visión, el vuelo se acercaba más a Tokio, y al llegar dejó el equipaje a un lado ni se molesto en cambiarse, tomó una pequeña caja, la puso en el bolsillo y salió con rumbo al cerezo donde la conoció por primera vez, por otro lado Dororo no sabía que quien la esperaría en aquel especial lugar no era Tahomaru, así que ni se molesto en arreglarse, dejó su mochila y tomó su bolso y salió, no podía encontrar lógica al desenfreno de su corazón, llegó al lugar y ahí estaba el cerezo, tan hermoso como la primera vez, no pudo evitar que un par de lágrimas se derramaron al pensar en el, un leve viento desorden o más su cabello.

-Dororo... -esa voz justo detrás de su cabeza, ella no quizo voltear temía que fuera alguna otra ilusión creada por su mente, se quedó así con las manos sobre su pecho, tratando de no caer en un COLAPSO, él la rodeo para quedar frente a frente, la miró con los ojos cerrados, con lágrimas cayendo sobre sus mejillas, si ya se enomoro de su voz, como no enloquecer por su figura, era hermosa, tomó con sus manos el rostro de su niña para pegar sus frentes, y susurrarle que había vuelto y que no pensaba en irse nunca más, recibió un abrazo acogedor.

-Tardaste mucho...- la voz de Dororo se quebró, la felicidad estaba al límite del llanto.

-Yo...no soy...como...- No estaba siendo nada fácil para Hyakkimaru lo que en su mente repasó más de mil veces quiza fueron más, respiro hondo y finalmente pronunció lo que le dictaba su corazón -¿Te quedarías conmigo, para siempre? - saco del bolsillo la cajita para abrirla y arrodillarse como todo un caballero para que su amada no tenga dudas. Ella quedó petrificada, eso preocupo al muchacho, temía un desastroso no por respuesta pero ella se lanzó a sus brazos para llenarle de besos mientras repetía una y otra vez el tan ansiado sí. No sabían si en alguna vida fueron amantes, pero ese sentimiento trascendió y ahora es más fuerte que antes, más fuerte que nunca, aquel día volvieron a renacer, dándole un final feliz a una bella historia de amor incondicional.

Dororo y Hyakkimaru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora