SOLO ERES TU

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Este es un pequeño one Shot donde Dororo descubre que Hyakkimaru si sabe que ella no es el sino ella mismo ♥️

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Después de aquel percance con la fiebre de Dororo, los dos viajeros seguían su inusual camino no había mucho de que hablar, en realidad Dororo siempre era quien daba vida a sus viajes con su timbre de voz tan especial. Pero después de enterarse que aquella monja había visto su cuerpo desnudo ella estaba más callada de lo normal, le preocupaba que la mujer amable haya revelado su gran secreto, dudaba mucho que Hyakkimaru pudiera tan siquiera entenderlo, aún así no dejaba de ser incómodo.

Después de darle tantas vueltas al asunto decidió preguntárselo para librarse de aquellas dudas que la asechaban haciéndose molestas.

-Aniki... -ella detuvo su andar y levantó la mirada que muy clavada en el piso tenía. -la monja... ¿Dijo algo... sobre mí?- el temor estaba presente en cada palabra y en el temblor de su voz. Hyakkimaru no comprendió el mensaje de su compañera, eso era de esperarse bastaba ver en su rostro la confusión total y lo desubicado que estaba del tema.

-Ella dijo algo sobre mí, ¡dímelo por favor! - se escuchaba desesperada. No obtuvo respuesta solo una mirada confusa.

Siguieron su tramo por horas, las mismas que el silencio por primera vez reinaba entre ambos pero para nada era confortable ni era paz y tranquilidad.

-Mucho... silencio- apenas dos palabras audibles había mencionado aquel muchacho lleno de misterios. Dororo estaba alejada del mundo real, pensando en como hiba a continuar con su farsa para siempre, las mujeres llegan a tener cambios tan notorios en su cuerpo, no podría permanecer fingiendo toda la vida, o si.

-No quiero- esta vez logró llamar la atención y ponerla con los pies sobre la tierra.

-Que dices... - respondió ella con una expresión de profunda confusión no estaba del todo desconectada pero sus palabras parecían un lejano susurro que no estaba claro.

-que estés...callada- siguió su camino después de haber dicho esto. Ignoro completamente el asombro en el rostro de Dororo, quien estaba en un completo shock, escucho bien, acaso el dijo, lo que dijo.

-dijiste... ¿Ca... Lla... Da?- parecía que sus ojos se hiban a salir de la sorpresa, entonces la monja si lo dijo, reveló su gran secreto. Juntó todo el valor para hablar con sinceridad esperando que esto no cambiara las cosas entre ellos.

-A...niki... -bajó su rostro sombrío y triste aún así siguió hablando -no soy un chico, me criaron así desde que nací, para evitarme problemas que ni siquiera entiendas... En realidad... Soy una chica... - sin querer el recuerdo de Mio llego a su mente y todos los abusos que las mujeres recibían y que ella había burlado gracias a esa estrategia que sus padres idearon, pero no siempre sería así, llegará el día en que ya no podría gozar de aquella protección que le brindaba su disfraz, ahora que lo pensaba más detenidamente que hiba a pasar cuando Hyakkimaru se volviera un humano completo, ya no quería pensar en cosas tristes ni descifrar el futuro -pero eso no va a cambiar nada...en este viaje...al menos hasta que consigas todo lo que te pertenece...tu seguirás siendo Aniki y yo seguiré siendo yo... ¿Verdad?... - no obtuvo una respuesta inmediatamente, lo que hizo que bajara la mirada con tristeza.

Hyakkimaru no podía ver la tristeza en su mirada ni el dolor de sus recuerdos, pero lo sentía, y acercó sus dos manos falsas a las mejillas de la niña para después juntar sus frentes, esperaba que ella lo regañase por hacer eso pero era la primera vez que correspondía aquel gesto.

-Solo eres tu, Dororo- aquella respuesta le lleno de vida y felicidad al sombrío semblante de Dororo quien alzando sus brazos abrazó del cuello de su Aniki, obligándolo a bajar sus brazos a la espalda de la pequeña para poder fundirse en un prolongado abrazo donde ella encontró refugio en su pecho y el pues, el acunó ese pequeño cuerpo sintiendo la calidez que desprendía llenandolo de algo que todavía no podía comprender pero estaba seguro que ella se lo explicaría.  Se separaron y ella ya estaba más tranquila y había recuperado su carisma.

-Aniki, prometo que siempre voy a estar contigo, y siempre te voy a guiar para que conozcas el mundo- dijo ella más animada mientras llevaba de la mano a un Hyakkimaru con una pequeña sonrisa en su rostro, su niña estaba feliz de nuevo y con ello el también lo estaba. Aún no lo podía comprender del todo pero Dororo era especial, demasiado quizá, pero cuidaría esa sonrisa que un día contemplaría en vivo y a todo color.

Dororo y Hyakkimaru Donde viven las historias. Descúbrelo ahora