¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al día siguiente, Naomi despertó con un tremendo dolor de cabeza. Se puso la mano en la frente y cerró los ojos aguantando el dolor. Esa sería la última vez que bebería tanto. De pronto sintió como alguien la abrazaba más fuerte y, por primera vez en la mañana, se dio cuenta de que no estaba sola. Se giró temerosa hacia esa persona y, con una mezcla de asombro, miedo y preocupación, vio a su muy amigo Adrien junto a ella, abrazándola y completamente desnudo, al igual que ella.
«¿Qué cojones pasó a noche?» pensó y de pronto todas las imágenes de la noche pasada vinieron a su cabeza, sintiendo como la sangre le subía a la cabeza y el corazón le latía muy deprisa.
No podía ser, se había acostado con Adrien. Su amigo, pero sobre todo... el enamorado de su mejor amiga... «Jamás me lo va a perdonar» pensó aguantándose las lágrimas. Se tapó la cara con las manos para tratar de tranquilizarse hasta que sintió como alguien le acariciaba el brazo lentamente.
La chica se estremeció y se destapó la cara, volteándose hacia Adrien, quién le veía preocupado.
— ¿Estás bien? — dijo mientras le limpiaba algunas lágrimas que se habían escapado sin que la de ojos azules se diera cuenta.
La chica se sonrojó al escuchar su voz y volvió a recordar todo lo que había pasado esa noche.
— N-no lo sé... — susurró viendo como el chico se acercaba a ella para besarle en los labios tan delicadamente que Naomi sentía que se iba a derretir. Correspondió sin darse cuenta, pues le gustaba demasiado esa sensación. Sintió como el rubio le acariciaba delicadamente la espalda mientras la abrazaba y entrelazaban sus piernas.
La joven soltó un suspiro de placer, lo que hizo que una sonrisa se escapara de los labios del rubio. De repente, se separó de él y se sentó en la cama de golpe. Miró por la habitación en busca de un reloj.
— ¿Qué pasa, hermosa? — preguntó Adrien sentándose junto a ella.
— ¿Qué hora es? — preguntó preocupada. Al escuchar eso el rubio se sobresaltó y se levantó para buscar su teléfono en sus pantalones.
Miró la hora y vio que eran las doce del mediodía. Se lo dijo a su amiga y, ésta, se levantó rápidamente para buscar su teléfono.
— Mis padres me matarán, debo avisarles de que me quedé a dormir y se me olvidó decirles — dicho esto llamó a sus padres y prosiguió a contarles que como era muy tarde y había habitaciones de sobra, Chloe los invitó a dormir en su casa y se acababa de despertar. Sus padres se lo creyeron, pero le riñeron por no avisarles antes y les dijo que se había quedado dormida y no pudo hacerlo. Colgó tras despedirse de ellos y suspiró. Se giró hacia su amigo y lo vio sentado en la cama observando cada zona de su cuerpo. Se sonrojó mucho y se tapó un poco. — N-no me mires así que me da vergüenza.
