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Naomi respiró hondo y miró sus manos pensando en cómo empezar a contarle al héroe que se encontraba sentado en su cama junto a ella. «Esto parece un sueño... primero me acuesto con Adrien y ahora estoy hablando con Chat Noir» pensó y se sonrojó al recordar a su dulce amigo.
El gatito lo notó y sonrió, pues le encantaba ver su sonrojo.
— ¿Ocurre algo, My Lady?
— No — negó rápidamente agitando sus manos. Lo miró y, respirando hondo, comenzó a contarle lo que había sucedido. — B-bueno... a-ayer fui a un fiesta y... bebí demasiado y acabé... — se calló por un momento y se tapó la cara avergonzada. — ¿Cómo puedo estar contándole esto a un simple desconocido?
— Si no quieres no lo hagas — le dijo para después quitar las manos de sus rostros y darle un dulce beso en una de ellas, sonrojando a la chica. — No voy a obligarte, solo lo decía para que te desahogaras — le sonrió dulcemente.
Naomi volvió a respirar muy hondo y soltó el aire de golpe.
— ¡Bien! ¡Está decidido! Voy a contártelo — el gato sonrió y asintió sin soltar su mano, poniendo un poco nerviosa a la chica. — B-bueno, pues como iba diciendo, acabé bebiendo demasiado y me... me acosté con uno de mis amigos — susurró esto último mirando hacia abajo. Chat levantó su cabeza poniendo una mano en su barbilla.
— ¿Y te arrepientes? — preguntó teniendo miedo de la respuesta.
— ¡No, no! Lo he estado pensando y no me arrepiento de ello... — apretó la mano de Chat y se sonrojó por lo que iba a decir. — Me gustó muchísimo lo que hicimos — el héroe sintió una felicidad enorme en su interior, pero lo ocultó para que ella no lo notara.
— ¿Entonces por qué estás así de triste?
— No es que esté triste es solo que... — se le escapó una lágrima de sus ojos, la cual fue limpiada al instante por el chico. — Mi mejor amiga está enamorada de él... le he traicionado... y tengo miedo de que me odie por eso...
El rubio se sorprendió al saber eso. Por intuición dedujo que se trataba de Marinette, pues no se imaginaba a Alya enamorada de él, no era su tipo de chico.
— Pero... ¿tú lo estás? — la de ojos azules se sorprendió al escuchar esa pregunta y le dio un vuelco al corazón al pensar en la respuesta. No estaba cien por cien segura, seguía con dudas.
Miró a aquel chico con el que había fantaseado tanto y por un momento le vino a la cabeza la imagen de su amigo. «Se parecen tanto» pensó.
— Yo... — cuando iba a intentar darle una respuesta, aunque ni siquiera ella misma lo tenía claro, escuchó a su hermano llamarla desde fuera pidiendo que la dejara entrar, por lo que la chica le dijo que esperase un momento. — Debes irte — le susurró muy bajito al de ojos esmeraldas.
