Capítulo 3

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   Adrien gruñó levemente al sentir como su amiga movía las caderas contra las suyas, tocando lentamente el miembro viril que crecía entre sus piernas

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   Adrien gruñó levemente al sentir como su amiga movía las caderas contra las suyas, tocando lentamente el miembro viril que crecía entre sus piernas. Naomi sonrió complacida al ver su reacción. El chico la miró y, con una sonrisa de lado, metió una de sus manos por un lado del vestido, acariciando su pecho. Se mordió el labio al ver que no llevaba sostén y la miró, complaciéndose con los sonidos que esa chica soltaba debido al placer que él mismo le estaba dando.

   Le desabrochó el vestido lentamente mientras saboreaba su cuello. Se fijó en que ese era su punto débil, pues la chica se estremecía y movía sus pies mientras sonidos de placer se escapaban de sus labios. Adrien sonrió y terminó de quitarle el vestido, dejándola solo en unas bragas negras de encaje demasiado sexys. Sintió un cosquilleo en su miembro y se mordió el labio excitado. Observó su cuerpo, admirando cada uno de sus rasgos: sus pechos redondos y grandes; su suave cintura; su plano abdomen; sus perfectas piernas. 

   Se acercó a ella mientras observaba su sonrojo y le sonrió dulcemente. Naomi le sonrió de vuelta y le besó lentamente mientras sus manos desabrochaban su camisa azul marino. Se la fue quitando poco a poco acariciando cada centímetro de su piel. Se separó un poco para ver su bien formado abdomen y se mordió el labio. 

   Lo acarició lentamente con su mano y lo miró a los ojos, disfrutando de su rostro lleno de placer. Desabrochó la cremallera de su pantalón y se lo bajó lentamente, acariciando la piel de sus piernas. Adrien se levantó para quitárselos y se volvió a situar encima suya con solo sus bóxer. 

   La de cabellos castaños y ojos azules observó el muy notable bulto que se hacía notar por debajo de sus bóxer negros. Lo tocó lentamente con su mano escuchando leves gemidos y jadeos por parte de su acompañante. Se lo bajó lentamente, dejando al descubierto el enorme miembro del rubio. La chica tragó saliva al verlo y lo miró a los ojos. Éste le sonrió y le besó dulcemente mientras metía una mano por debajo de la delgada tela de sus bragas, acariciando con sus dedos la parte íntima de la chica. Ésta gimió en sus labios para después proceder a acariciar su miembro con su mano, haciendo movimientos lentos y placenteros. El chico mordió el labio inferior de ella excitado, ahogando un gruñido.

  Comenzaron a mover sus manos de manera más rápida, llenando la habitación con los gemidos de ambos. El chico se separó para terminar de desnudar a la chica, además de quitarse los bóxer por completo. Se volvió a situar encima suya, con los cuerpos de ambos completamente desnudos y la besó con pasión y deseo. 

   Bajó una mano hacia abajo, acariciando sus pechos, su abdomen, su pelvis, hasta llegar a aquella zona tan sensible para la chica. Metió un dedo despacio, notando como sus labios inferiores estaban completamente húmedos debido a la excitación que tenía ella. Sonrió de lado y, mientras mordía y lamía uno de sus pechos al mismo tiempo que acariciaba el otro con su mano libre, introdujo dos dedos en su interior, gozando de los eróticos gemidos y jadeos provenientes de Naomi. Abrió y cerró sus dedos como si de tijeras se tratasen, y los movió hacia arriba y abajo, girándolo en círculos de vez en cuando. Metió un tercer dedo para prepararla mejor y los comenzó a mover lentamente hasta que se acostumbrara.

   La chica apretaba los cabellos dorados de su amigo mientras movía sus caderas en busca de un mejor contacto, por lo que el chico los comenzó a mover más rápida y profundamente, mientras saboreaba el sabor de su piel, lamiendo sus pechos y cuello, y besando cada zona de su piel dejando besos húmedos por todas partes.

   Adrien paró sus movimientos, dejando a la chica con ganas y lo vio sacar sus dedos para después levantarse y buscar algo por los cajones de las mesitas de noche. Vio como cogía un condón con una expresión de sorpresa en el chico, pues no sabía que hacían aquellos condones allí, pero le venían de perlas. Volvió a la cama para situarse encima de ella y, tras ponerse el condón, dirigió su muy erecto miembro hacia la entrada de la chica y lo fue metiendo poco a poco, hasta que se encontró con una barrera que no le dejaba continuar. Alzó la mirada y la miró a los ojos. Le acarició la mejilla y la besó dulcemente, siendo correspondido al instante. Aprovechó ese momento para introducirlo de golpe. Sintió como la chica le mordió fuertemente al mismo tiempo que pequeñas lágrimas de dolor se escurrían por sus ojos. Le limpió las lágrimas y le acarició el clítoris para que se fuera olvidando del dolor. 

   La chica soltaba pequeños gemidos intentando olvidar la sensación punzante que tenía en sus partes íntimas para centrarse en la maravillosa sensación de los dedos de él en su sensible clítoris. Acarició suavemente sus labios y lo miró con lujuria. El rubio sonrió de lado y besó su dedo. Después se acercó a ella acariciando sus labios con los de ella mientras le acariciaba lentamente su clítoris.

   La chica gimió sobre sus labios y lo acercó para besarle. Se había vuelto demasiado adicta a esos deliciosos labios.

   Comenzó a mover sus caderas buscando más placer al sentir como el dolor había desaparecido. Adrien lo notó y comenzó a mover las suyas lentamente, mientras sus manos estrujaban sus pechos y sus labios se movían al compás con los de ella. Sus estocadas fueron aumentando de ritmo, sintiéndose cada vez más fuertes y rápidas. Era una sensación nueva y magnífica para los dos; se sentía realmente bien. El rubio jadeaba y gemía en el cuello de su amiga a la vez que ésta lo hacía en su oído, apretando y acariciando el cabello y la espalda del rubio.

   Al cabo de un rato Adrien decidió cambiar de posición y puso las suaves piernas de su amiga sobre sus hombros, haciendo que se sienta más profundo, por lo que ambos jóvenes soltaron un gemido. Comenzó a moverse más rápido y fuerte, golpeando sin darse cuenta aquel punto que enloquecía a la chica. Sonrió al escuchar un fuerte gemido proveniente de sus labios y volvió a golpear ese sitió una y otra vez, deleitándose con los hermosos sonidos que soltaba Naomi, y más al escuchar como gemía su nombre, haciendo que se sonrojara.

   La chica agarraba fuertemente las sabanas, pues se sentía en el cielo, tanto que hasta lágrimas de placer se escapaban por sus ojos azules. Miró a Adrien, observando su rostro de placer y escuchando los gemidos que provenían de sus labios; algunas veces escuchaba gemir su nombre y su corazón daba un vuelvo cada vez que lo hacía. 

   Tendió sus brazos hacia los de él con la intención de abrazarlo, por lo que el chico bajó sus piernas de sus hombros y sin dejar de moverse se tumbó encima suya abrazándola y besándola con deseo. De pronto sintió como sus paredes se iban contrayendo, apretando su miembro. Gimió al sentirse demasiado bien esa sensación y siguió embistiendo una y otra vez con fuerza y rapidez, escuchando un fuerte gemido por parte de la chica. Se dio cuenta de que ella ya había llegado al clímax, pero a él aun le faltaba un poquito, por lo que siguió moviéndose mientras escuchaba sus gemidos acompañados con los de ella y acabó gritando de placer llenando el plástico protector con su esencia.

   Cansado, se tumbó encima suya intentando recuperar la respiración mientras disfrutaba de las caricias de la chica en su cabello. Sacó su miembro, se quitó el condón y lo tiró a una papelera que había en la habitación. Después se tumbó al lado de ella y la atrajo hacia él abrazándola. 

   Los dos se miraron y sonrieron para después besarse lentamente. En ese momento no existía nada más en sus pensamientos que no fueran ellos dos, ni siquiera pensaron en que harían a la mañana siguiente y tampoco pensó Naomi en su amiga Marinette, estaban demasiado absortos en lo que acababa de ocurrir y tan cansados, que se acabaron durmiendo en los brazos del otro.

¿𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒆 𝒉𝒆𝒄𝒉𝒐? (𝑨𝒅𝒓𝒊𝒆𝒏/𝑪𝒉𝒂𝒕 𝑵𝒐𝒊𝒓 𝒙 𝑶𝑪)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora