Narras tú
Estaba con unos amigos y mi novia, sentados en un banco del instituto, hablando de nuestras cosas. Elena se encontraba sentada sobre mis piernas pero se acababa de ir al baño y veo que una chica, Ariana, se me acerca.
- Hola _____. - dice coquetamente.
- Hola Ariana. - digo incómoda.
- Me preguntaba si querías ir, esta tarde, conmigo a tomar un helado y eso... - dice sonriendo.
-¡No! - oímos detrás nuestro y vemos a Elena, lo que me hace sonreír.
- Lo siento, Ariana, pero ya he quedado a pasar la tarde con mi novia. - digo y agarro la mano de Elena para que se vuelva a sentar en mis piernas. Ariana se despide decepcionada y se va. - ¿Qué ocurre, celosita mía? - la miro intentando no reír.
- ¡No estaba celosa! - se exclama a lo que todos en el banco empezamos a reír.
- Mhm mhm, claro. - le digo burlándome. - Bueno así que, ¿qué hacemos esta tarde? - ella me mira confundida ya que no habíamos quedado en realidad. - digo... le he dicho a Ariana que habíamos quedado y no me gusta mentir. - hago un puchero el cual besa sonriendo.
- ¿Qué te parece ir a mi casa? Mi familia te hecha de menos. A veces pienso que te prefieren a ti que a mi. - dijo haciéndome reír.
- Normal los Álvarez me aman, es como un superpoder. - digo sonriendo y ella me da un pequeño golpe en el brazo.
(...)
Después de las clases como dijimos, fuimos a su casa y como siempre ahí se encontraba mi tío, Schneider.
- Hola tío, ¿que tal? - le pregunto abrazándolo.
- Hola mi pareja favorita. - dice ella abrazándonos a la vez.
- Tío, nos estás dejando sin aire.
- Ay, lo siento. - dice el separándose.
- Amor, ya vuelvo, voy a cambiarme. - me dice Elena dándome un beso en la mejilla para ir a su habitación.
- Oye tío, ¿a qué no sabes que? Elena me ha hecho un ataque de celos, es el primero. - digo sonriendo.
- Me gusta saber que le importas, pero eso sí, no le hagas daño. Podrás ser mi sobrina y todo pero a los Álvarez no se les toca eh. - me dice el serio para luego estallar de la risa. - lo digo en serio. - deja de reír y allí llega Elena. - bueno... me tengo que ir, hasta luego sobrina, adiós celosita. - dice para irse.
- ¿Qué le has dicho? - me dice con cara de te voy a matar.
- Ehh... - digo nerviosa. - ¿Qué te amo? - al instante su mirada cambia a una más dulce.
- Aww, yo también te amo. - dice para besarme y de repente se habré la puerta haciendo que nos separáramos.