"Por Dormir Bien"

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-Vamos, una vez más- Adler "animaba" a una cansada Alice-, si no puedes hacerlo aquí, no podrás ayudar Stuart cuando lo necesite.

Alice jadeaba de rodillas en el piso, llevaba más de diez horas intentando, Adler era muy agradable, pero cuando se trataba de entrenarla, era muy estricto.

-Por favor, solo necesito un descanso y podré...

-Stuart o yo no estamos muriendo, la muerte esperara hasta que estés descansada? Vamos, de nuevo y esta vez mantenlo al menos tres minutos.

El la expresión de Adler era severa, Alice no creía que era el mismo rostro amable que le sirvió el desayuno al levantarse. Cerró los ojos un momento para aclarar su mente e intentarlo de nuevo.
Hace unas semanas habían descubierto la magia sanadora que ella poseía, muy poderosa, Alice prácticamente podría revivir a los muertos, claro si pudiera controlarla. A diferencia de Stuart que tenía un dominio casi maestro con su habilidad sobre el fuego, o de Adler que era un reconocido hechicero de viento. Ella apenas podía juntar su magia, soló una vez pudo sanar, y por accidente a un gato, y aunque su herida no sanó por completo con lo poco que ella podía mantener su poder, fue lo suficiente para que este pudiera vivir. Desde entonces Adler la a estado matando con el entrenamiento, el lado positivo es que ya podía reunir su magia, el problema era que no podía mantenerla y se dispersaba.

Alice pensaba en el gato y en la sensación que tuvo al curarlo. A su alrededor un fulgor violeta se empezaba a reunir.

-Eso Alice, vas bien, deja que fluya por tu cuerpo, no la acumules, solo déjala circular- la voz de Adler era suave, trataba de ayudar a Alice, aunque sin querer también le daba algo de presión-, respira, la magia es como el aire, puede correr por tu cuerpo pero no quedarse en un solo lugar, si no explota... Sientelo, no te tenses, la magia es poder, pero también es paz

A Alice ya le estaba costando trabajo mantenerse así, Adler decía que la magia era como el viento, pero no, era como agua, ella lo sentía así, y entre más se concentraba más magia pasaba por ella y sentía que se ahogaba, ella no podía con ese cause. Sentía que sus pulmones se inundaban, le costaba respirar, incluso pensar. Cayó de rodillas nuevamente en una explosión de su magia. Adler no resultó afectado pues se cubrió con su propio poder, se acercó a ella extendiendole la mano para ayudarla a levantarse. Cuando Alice alzó la mirada pudo verlo sonreír.

-Felicidades, lo mantuviste casi tres minutos

Alice tomó la mano de Adler y el la ayudó a ponerse de pie. Aunque cansada ella se puso feliz, apenas esa mañana solo podía mantenerse por unos segundos, fue un buen avance. Sin decir nada Adler la hizo apoyarse en él para llevarla a casa.

-Ahora sí necesitas descansar, te lo mereces, dummes mädchen- Adler sonreía, alegre y orgulloso de su aprendiz.

-Adler, tú dices que la magia es como viento, por qué?

-Bueno- Adler no supo que decir por un momento -, es porque yo uso magia de viento, es así como siento que la magia corre por mi cuerpo, como fuertes y delicadas corrientes de aire... Ya te había explicado que el cuerpo no almacena magia, usamos la magia de alrededor, el poder del universo mismo, solo somos un catalizadores y lo que define...

-... Que tan poderoso es un mago es la cantidad de magia que puede dejar pasar a través de su cuerpo- interrumpió Alice pues ya conocía ese sermón-. Lo sé, yo tengo esa duda porque no siento la magia como viento sino como agua... Me ahoga, es mucha, me asusta un poco

Adler se quedó pensativo un momento, solo manejaba magia de viento, pero era un mago experimentado y sabía los distintos tipos de magia que existían y sus diferencias, así como conocía como adiestrar a jóvenes magos.

-Lo sientes como agua eh, es como un río, un lago, el mar calmado o una tempestad?

-Como todas, es gradual hasta que llega a tormenta y no puedo mantenerlo- Alice dijo eso último tragando saliva.

-Ya veo... Entonces no solo tienes magia de sanación. Mira, conozco las distintas sensaciones que causa la magia al correr por el cuerpo, si solo fueras sanadora, lo sentirías como tus latidos o solo la piel mojada. Pero lo que me dices hace que piense que puedes usar magia ofensiva de agua, no solo eso, sino que muy poderosa... Mañana cambiaré tu entrenamiento para adaptarlo, así también evitará que te sientas así. Y Alice, si sentías eso de antes, debiste decirlo, no hay nada más problemático para tu poder que ejercitarlo erróneamente.

Alice asintió, no quería una reprimenda de Adler, no así de cansada. Ya había tenido esa sensación en entrenamientos pasados, pero callaba porque creía que sólo era su debilidad.
Adler tampoco dijo más hasta que estuvieron cerca de casa y Alice vio a Stuart.
Él entrenaba solo, haciendo poses de tai chi liberando algunas llamaradas de vez en cuando, su poder era muy diferente al de Alice y Adler. Ella lo veía fascinada como Stuart se movía fuerte y grácilmente, y como esas pequeñas pero poderosas llamas salían de sus puños o piernas. Soltó a Adler para ver a Stuart practicar, hacia eso cada vez después de terminar ella su rutina, lo que no sabía era que Adler a propósito terminaba su entrenamiento a esa hora para que ella pudiera hacerlo.

Stuart terminó como siempre, dando una fuerte patada al suelo y tirando una inmensa llamarada al cielo que lo teñía de rojo por unos segundos y el calor de la zona se hacia muy fuerte. Él hacía eso a sabiendas de Alice lo veía, era una manera de decirle lo fuerte que era, no por presumir, sino dándole a entender que él es capaz de protegerla. Alice ya sabía eso, pero solo veía aquel acto con admiración de lo asombroso que era él, y él era suyo. Sonrió a Stuart cuando se aproximaba a ella, sonrisa que siempre lo desarmaba y hacia que se le fueran las palabras de la mente.

-Demasiado cansado para hablar?- dijo Alice al verlo quedarse callado.

-No más que tú estando tirada en el suelo- se burló él-, además si hablo no puedo apreciar tu hermosa sonrisa...

-Ey, tortolitos- interrumpió Adler-, a cenar!

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