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Narra Levi

☪1 mes y medio después☪

7 días para la partida

Eren y yo estuvimos hablando, los días han pasado volando, tan solo me queda una semana con mi amado, quisiera que el venga conmigo, pero según Erwin, es muy arriesgado, en cambio, Eren no se ah separado un segundo de mi en estos días, sinceramente, hasta se baña conmigo, entrena conmigo, come conmigo, una vez intento ir al baño al mismo tiempo.... Fue muy raro....., pero bueno, ya que, son como las... 6 de la tarde, es lunes, me voy el domingo por la madrugada, me dirijo a mi cuarto, eh tenido un día bastante largo, Eren esta en la Oficina de Hange, paso el día ahí, no se por que, llegue a mi cuarto y cerre la puerta con llave, quiera estar solo por unas horas.... Sentí la impotencia llegar rápidamente y envolviendome en ella, mi corazón se estrujaba a pensar en eso, en mi partida, aquellos ojos verdes al luz del Sol, no estarán conmigo, cierro mis ojos imaginandolos, los cierro fuertemente, no quiero irme, no quiero dejar esto, no quiero dejarlo a el, ¿por que el destino es tan cruel conmigo?, imaginar cada momento, cada suspiro, cada expresión suya, me hace sentir tanta impotencia, comenze a despojarme de cada una de mis ropas, el frío chocaba por cada parte de mi cuerpo, solo me quedaba el boxer, los baje cuidadosamente y los deje en una silla, me tire a la cama, sencillamente en su lado, aun tenía su olor, recordar las pocas cosas que hicimos en esta cama, los gemidos, jadeos, abrazos, besos, abraze fuertemente su almohada, sabía que en cualquier momento, me daría cuanta de que esto, de que algo tenía que pasar, siempre que llegó a mi límite de felicida, me lo quitan, o se va solo, no entiendo si el destino me odia tanto, quiero gritar, quiero llorar, quiero quitar este dolor que siento en mi pecho, que estar con el, todos los días de mi vida, todos y cada uno de ellos, mis ojos se hacían pesados, muy pesados, hasta el punto donde ya no podía abrirlos, me deje ganar en ese momento por el sueño, me hice bolita, y me dormi tranquilamente.  

☪ 2 horas después☪

Golpes en la puerta de despertaron, al poner el primer pie sobre el suelo frío de madera, me dio un escalofrío, los golpes seguían, agarre mis medias, abriendolas levemente, metiendo mis pies en aquella tela blanca, deje mis dos pies en el suelo, se podían escuchar a los grillos cantar, el primer paso hizo rechinar el piso de madera, maldeci desde adentro, así fui caminado hasta llegar a la puerta, la abri levemente, podía ver a Eren rodeado con una manta y Hange abrazando lo, senti algo en el pecho, y era doloroso, abri la puerta rápidamente, ellos dos me miraron confundidos, agarre la muñeca de Eren y lo hize entrar en la habitación, haciendo que la manta se caiga, cerré la puerta rápidamente, el me miraba confundido, yo solo deje escapar un gruñido, me acosté en la cama, acomodando su lugar la almohada del mismo, me envolvi en mi manta, podía sentir como la cama se movia, como se hundia al contaste de su peso, yo le daba la espalda, por alguna razón estaba enojado, muy enojado con el, podía sentir su respiración en mi cuello, era raro, pero placentero, el sonido de la cama afirmaba que se acercaba más a mi, hasta que sentir su respiración cerca de mis oídos.

Levi.—

En ese momento sentir que todo se silencio, no podía entender como con una sola palabra, podía estremecer todo mi ser, lo mire meticulosamente, el me sonrió, beso mi mejilla, y se acostó dándome la espalda, no sentir su calor, era una tortura, me gire y lo agarre por la cintura, no fue muy difícil atraerlo hasta mi, y lo deje ahí, su espalda pegada a mi pecho, podía sentir que su corazón late a mil por segundo, el se giro nuevamente, y se hizo una pequeña bolita para poder estar abajo de mi cara, me dio un pequeño beso en el labio inferior, sonrojandose un poco, lo mire directo a los ojos y el a los míos.

—Te amo Eren, te amo enserio. —

—Y yo a Usted capitán, lo amo mucho. —

Acaricie su mejilla, el cerraba sus ojos, no podía evitar pensar en que ya no tendría noches así con el, que mi cama no tendría ese olor, que el me miraría así todas las mañanas, que el me olvidaría con el tiempo, que se enamoraría, que yo solo seré un simple recuerdo para el; el vuelve a abrir sus ojos, y me besa, poniendo sus manos a los lados de mis mejillas, corresponde apresuradamente su beso, no quería dejar que mis pensamientos consumieran tanta felicidad, lo abrace, el me miraba y cerraba sus ojos intercaladamente, me separe de el, el me miro directo a mis ojos.

—Casate conmigo. —

Fueron las palabras que salieron de mis labios, el sonrio ampliamente, podía sentir sus lágrimas en mi camisa.

—Aceptó.—

¿Qᵘᵉ ⁿᵒˢ ᵉˢᵗᵃ ᵖᵃˢᵃⁿᵈᵒ? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora