Después de Dolores, el movimiento se movió por varios puntos. El número de tropas es desconocido. En Atotonilco tomaron el estandarte de la Virgen de Guadalupe, que es considerado emblema del movimiento.
En Guanajuato se unieron al contingente mineros y peones de haciendas, mal armados y entrenados. Cuando llegaron a Celaya el 21 de septiembre de 1810, los insurgentes podrían haber sumado veinte mil hombres. Celaya fue saqueada por los insurgentes, aunque Aldama y otros soldados de carrera intentaron inútilmente contener a la masa. Tras esto Hidalgo fue llamado Capitán General de América por encima de Allende.
En respuesta al avance de los insurgentes, el virrey Venegas publicó un bando ofreciendo una recompensa de diez mil pesos por las cabezas de los líderes de la insurrección. Félix María Calleja y Roque Abarca se pusieron en marcha para cercar la rebelión. Por otra parte, el obispo de Michoacán Manuel Abad y Queipo publicó un edicto de excomunión contra Hidalgo y sus seguidores.
Los insurgentes avanzaron hacia el Valle de México. Para hacer frente a la rebelión el destacamento de Torcuato Trujillo realizó reconocimientos en el área de Ixtlahuaca, pero ante el avance del numeroso ejército de Hidalgo, decidió reforzar a Mendivil en Lerma y el puente de Atengo. Los rebeldes avanzaron por Santiago Tianguistenco. El 30 de octubre de 1810 los insurgentes derrotaron a los españoles en el monte de las Cruces.
En el camino a Valladolid, los realistas comandados por Félix María Calleja atacaron a los insurgentes en Aculco. La derrota de estos últimos debilitó al contingente por las deserciones, la toma de prisioneros y la pérdida de armamento. Tras la batalla los realistas saquearon la población. Por su parte los insurgentes se dividieron, Allende marchó con la mayoría a Guanajuato y el resto siguió a Hidalgo hacia Valladolid.
Hidalgo se dirigió hacia Guadalajara como había acordado con Allende. En Guanajuato Allende fue derrotado por Calleja y Flon. Algunos habitantes de la ciudad asesinaron a ciento treinta y ocho españoles presos ante la inminente llegada de los realistas, que habían amenazado con pena de muerte a quien hubiera apoyado a los insurgentes. Mientras tanto, la intención de Hidalgo en Guadalajara era conformar un órgano de gobierno. Nombró a Ignacio López Rayón como ministro de Estado y a José María Chico como ministro de justicia. Más tarde Ignacio Rayón fue nombrado jefe de la insurgencia y volvió con una parte de la tropa a Michoacán. Los otros líderes y el resto de la tropa siguieron el camino hacia el norte y en su paso por Monclova se encontraron con Ignacio Elizondo.
El 21 de marzo de 1811 fueron presos en Coahuila Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez junto con otros miembros más de la insurgencia. Los presos fueron fusilados en Monclova y Chihuahua. Las cabezas de Hidalgo, Aldama, Allende y Jiménez fueron colgadas en las cuatro esquinas de la alhóndiga de Granaditas hasta 1821.
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La otra cara del águila.
Ficción históricaMéxico, país ubicado en el norte del continente americano se remonta a unos 4000 años en el que se estima ocurrieron los primeros asentamientos de pobladores sedentarios. Antes de la conquista española en el siglo XVI México era habitado por pueblo...