La puerta de la casa de Joaquín se abre y aparece una niña hermosa de unos seis años. Tiene la piel tan blanca como la nieve y su cabello liso color negro hace resaltar sus ojos color miel.Sus ojitos van dirigidos hacia mí y aunque pensé que se intimidaría como cualquier niño, aparece una sonrisa inocente y me saluda:
- Hola soy Sol.- se empieza a mover con su vestido color menta de un lado para el otro y luego de que se acerca un poco más a ver si le respondo o no, por fin ve a Joaquín.
-Joaquiiiin.- va corriendo hacia él para abrazarlo y le corresponde muy contento. Le alza por los aires y le da un beso en la mejilla.
- Sol,¿ Cómo te trataron hoy?- los ojos de Joaquín derramaban amor y por un momento sonreí de verlo a él siendo literalmente él, sin el ajetreo del hospital, ni con órdenes y compañeros estúpidos (como yo). Pude ver una sonrisa sincera, de esas que me dió el primer día que nos conocimos.
- Lo normal ¿Sabes? Aunque hubiera querido no ir.- hace una mueca dramática como si en realidad le hubiera pasado algo horrible.
- ¿Y eso?
-Hoy tenían que venir las mamás y ya sabes, abuelita no lo es.- sus ojitos se volvieron tristes y él ya no sabe que decir, bueno tal vez si, pero estoy yo así que solo se limitó a asentir.
Okay... Es hora de que Emilio se vaya.
-Bueno, ya me voy.- me paro del asiento y le doy una sonrisa incómoda.
-Pero, ¿No te vas a quedar a comer?- me pregunta y me había olvidado por completo.
Antes de contestar, la pequeña ardillita que está en los brazos de Joaquín habla:
-¿Quien es?- pregunta bajito tratando de sonar lo más disimulado posible, pero lo escucho.
- Es un amigo, sol.- le habla igual a susurros muy sonoros.
Ella me regresa a ver y baja de su regazo. Se acerca hacia mí y me jala la mano:
- Vamos a comer que tengo mucha hambre.- me lleva hacia lo que supongo que es el comedor y me obliga a sentarme al lado de su banquita de bebé.
Joaquín dice que va a empezar a servir y se va hacia la cocina no sin antes ayudarla a sentar en su respectiva silla.
-¿ No estás muy grande para sentarte en esta silla de bebé?- ella al escuchar eso hace una mueca de desagrado y juro que pienso que va a llorar.
-No, solo que esta mesa es muy pequeña al igual que las sillas en las que estás sentado.- me responde seria y se cruza de brazos. Muy adorable y de un carácter de mierda, me agrada la niña.
Luego de unos minutos, Joaquín viene con la pasta y empezamos a comer en silencio, sin embargo, ¿podemos hablar de los tenedores que tiene Sol? Son dos tritones similares a los del papá de Ariel de la Sirenita y quiero robarle uno. Ella se ve tan gustosa comiendo que no se da cuenta que la estoy mirando.
- La estás intimidando.- me susurra Joaco que está al frente mío.
- Quiero su tenedor.- no lo voy a poder superar.
Él se ríe y asiente.
- Si son adorables la verdad.- comenta y se mete un bocado lleno de salsa de champiñones y pasta.
A decir verdad, la comida estuvo deliciosa y de cierto modo la compañía también.
Sol, después de comer, nos empieza a contar cómo la mamá de su mejor amiga Tiana empezó a discutir con la mamá de otra compañera por algo a lo que ella definió: hombres y viró los ojos con disgusto. Me reí ante eso, como si su vida girara al rededor de hombres nefastos que arruinan su vida.
- Es hora de que vayas hacer tareas.- le dijo Joaquín antes de que ella empezará a contar una cosa más.
Siente sin muchas ganas y sin pedir ninguna ayuda se baja. Coge el plato de comida y se va a dejar en la cocina. Le veo correr hacia la planta de arriba y escucho como suena el golpe de una puerta.
-Lo siento, pensé que llegaría más tarde. Puede ser muy amiguera algunas veces.- se disculpa.
- No te preocupes Joaco, es una niña adorable. Es tu hermana ¿verdad?- debería aprender a cerrar mi gran boquota y peor después de ver su cara.
- Algo así.- es lo único que contestó y se armó un silencio incómodo.
Ya no sé ni qué hacer ni como actuar, de cierto modo he conocido un lado que sin querer salió de la luz y en realidad, es muy bonito. Por lo que he visto hoy, su familia es muy importante para él y ojalá hubiera tenido algo de lo que él tiene en esta casa. Ese calor de hogar, la relación en familia... Joaquín es muy afortunado.
Lo regreso a ver y sus ojos se chocan con los míos, haciendo que él aparte la mirada. Veo que sus mejillas se tornan un poco rojas.
- Gracias Joaquín, te debo un almuerzo.- le tocó la mano por inercia y la aparto de un movimiento. Él se percata de eso.
- No te preocupes Emilio, no tienes nada que deber, sólo lee el libro.- me dice y caminamos hacia su biblioteca para entregarme el libro.
Su sonrisa sincera aparece de nuevo y antes decir algo, escuchamos la voz de Sol cantar a todo pulmón: Un mundo ideal.
-Jajaja, está loca.- vira los ojos divertido.
Nos reímos tratando de que no escuche, por si acaso y caminamos hacia la entrada principal:
-Gracias de nuevo, adiós.- me despido con la mano y voy hacia el auto, escucho el sonido de la puerta cerrarse y no puedo evitar sonreír.
Hace mucho tiempo que no me distraía y dejaba de pensar en todo lo que hay detrás de mí. No pensaba en cada movimiento y palabra que decía y en sí, me deje llevar como cualquier persona, fui yo.
Prendo el motor y arranco el carro a toda velocidad hacia mí casa. En menos de veinte minutos ya estoy llegando y veo a mamá dormir en su cama, con el rostro en paz.
Decido coger el libro de Joaquín y me acomodo a un lado de ella y lo empiezo a leer.
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Amiguillos! Aquí está el cap❤ y espero que les haya gustado.
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Estamos a 6 días de Aristemo y no sé si a ustedes les pasa, pero cada vez que se acerca el día, quiero retroceder el tiempo para que así no se termine en 1 mes la serie :c.
Pero weeeeenooo, se disfruta mientras se puede.
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Publico otro capítulo en unos diitas.
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Liz ✨
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Mi respuesta siempre va a ser un sí, contigo.- (Emiliaco)
FanfictionEstar en un infierno y no poder salir es insoportable, pero... ¿Y si he visto un ángel y está prohibido, se quedaría esta noche para cuidarme? Emilio, el ser más conflictivo trabaja de pasante en un hospital de la cuidad. Joaquín, el ser más compasi...