Capítulo 3: DOS

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Abro la puerta principal y entro a la gran casa de José Osorio, todo está tan impecable y limpio, podría compararlo con el hospital: un lugar gigante, blanco y frío. Mientras entro, mis botas suenan produciendo eco por todos lados y me doy cuenta que estoy solo de nuevo. Me dirijo hacia la cocina por el hambre que tengo y ni siquiera Toña está, tal vez ya se fue a su casa. Abro el refrigerador y tomo un gran trago de jugo de naranja de la botella, mi barriga suena, pero ni loco voy a intentar hacer algo de comer, seguro terminaría incendiando la casa, aunque no es tan mala idea si lo pienso bien. La ventana está abierta y entra el aire helado de la noche, así que me dirijo a cerrar, cuando en el patio de enfrente veo a José, apoyado en su BMW sonriéndole a la madrastra de Nicolás -nuestro vecino-, sus manos están tocando la cintura de una chica que probablemente me pasa por unos cinco años máximo, ella descaradamente le sonríe como si le hubiera dicho un chiste sucio, aunque probablemente sea cierto. José se acerca hacia su oído tan coqueto que me da arcadas si lo sigo viendo. 

Lo hubiera confrontado, pero es en vano, si estuviera contando con cuántas mujeres lo he encontrado serían unas 50? Ya ni sé la cuenta.

Sin hacer ruido ni cerrar la ventana, me dirijo a mí habitación. Subo las escaleras gigantes y camino por el largo pasillo hasta llegar a mi cuarto. El aire está tan helado y es por culpa de la maldita ventana igual abierta, las hojas que yacen en el escritorio vuelvan por el viento haciéndolas caer por todos lados. Corro a cerrarla, pero todas las hojas ya están esparcidas por el suelo.

Vaya día de mierda.

Recojo todas las hojas y las llevo a mi cama. Si tan solo las palabras fueran vida me iría con ellas en lugar de estar en este infierno. Miro lo último que está escrito y es de ayer, ni siquiera me acuerdo, pero al leerlo, los horribles sentimientos vuelven a mí:

Si tuviera la opción de irme, estaría corriendo descalzo por el bosque, si pudiera gritar, no tuviera garganta, si estuvieras aquí, ya me iría volando hacia ti, mi lugar a salvo.

El dolor vuelve, porque siempre está.

Empiezo a recordar la vez que me encontró en el suelo de la sala del personal, cuando descubrí la primera vez que José estaba con otra mujer. Me sentía morir como si toda mi vida antes de ese momento hubiera sido mentira y lo era, en realidad, es asqueroso haber vivido con una persona tan falsa y mentirosa como mi padre, si es que ese es un nombre que se merece.

Arrugo las hojas y las amontono en mi carpeta de acordeón que está en el escritorio.

Recuerdo sus palabras y no podría creer que una persona que ni siquiera conocía me calmó:

" -Hey. Todo va a estar bien.- me susurró mientras se sentaba al lado mío en el suelo.

- Deberías estar en tu habitación- fue lo único que pude decir en ese momento. Mis brazos tapaban mi cara y no lo iba a voltear a ver. Sin embargo, por su voz ya sabía quién era.

-Deberia.- señaló y se rió un poco. 

- Igual estoy demasiado aburrido viendo el techo todo el tiempo. Siento que ya me sé de memoria todas las grietas que tiene.- su voz se escuchaba amable y aunque queria estar solo, sentía que él era una buena compañía.

Levanté mi cabeza y ahí estaba su sonrisa, de verdad que si la bestia más indomable la viera, se hubiera calmado, era perfecta.

Estaba vestido de un pantalón deportivo gris y un buso azul, toda su ropa debía ser cómoda y fácil de sacar debido a que le podían hacer exámenes en cualquier momento y podría moverse más libre que con ropa más ajustada.

- ¿Y cuántas tiene?- pregunté un poco en broma. Necesitaba distraerme, porque si solo pensaba en eso, juraba que lo hubiera ido a matar.

- Mi memoria es a corto plazo, ¿No te lo dije? - se rió. Su risa era muy contagiosa, tanto que por unos minutos me encontré riendo con una persona que apenas acababa de conocer.

- En fin, me llamo Julián y ¿tú? -me tendio su mano.

- Emilio.- le apreté la mano en respuesta.

Empezó a contarme sobre Ricarda, la enfermera más vieja y jodida del hospital. Decía que cada vez que le cambia de suero, empezaba a quejarse del nuevo servicio y cómo el hospital cada vez iba empeorando. Describía lo áspera que era su piel y cómo cada vez que le cambiaba la aguja le terminaba raspando la piel como si fuera una piedra. "

Esa fue la primera vez que a pesar de tener el corazón roto, en un segundo alguien me hizo feliz.

De repente escucho el sonido de la puerta tocar, sacándome de los pensamientos:

-Emilio te quiero ver en 5 minutos en mi estudio.- la voz de José se escucha al otro lado de la puerta y ya quiero salir corriendo.

No respondo, pero sabe que estaré ahí. Fingir es mi más grande habilidad.

Bajo las escaleras lo más despacio que puedo, dejando pasar todos los minutos que pueda antes de cruzar palabra con él.

Llego hasta su gran despacho y él está ahí con los lentes de director viéndose tan profesional y correcto, cuánta falsedad.

- Te vi con Juliana.- mi voz se escucha plana, pero con cizaña.

- ¿ Ah sí? Verdad que es hermosa.- su sonrisa estúpida aparece. Es que no me lo aguanto.

- Eres un hipócrita.- susurro más para mí, pero él logra escucharme.

- Si hablas, mamá sufre.- siempre me repite eso cada vez que lo insulto o intento amenazarlo. Su sonrisa se amplía amenazandome y si no fuera por ella, él ya estaria muy lejos de la patada que le hubiera mandado.

-¿Qué quieres? - pregunto.

- Tu madre va a venir por una semana y espero que te comportes a la altura de un buen hijo.-

- ¿Ya está mejor?- me emociono.

- Si, pero solo estará unos días, ya que aquí no está el equipo necesario para que se quede. Así que evita hacerla enojar, ¿Entiendes? - su sarcasmo junto con su ego son un combo que no puedo soportar.

- Solo avísame cuando llegue.- camino hasta la puerta.

- No haras nada malo Emilio, de verdad te digo. - escucho sus últimas palabras antes de cerrar la puerta con rabia.

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Espero que con este capítulo hayan conocido un poquito de la vida de Emilio. Y es que me dan unas ganas de darle un abrazo y decirle que todo está bien :(

Todas las frases que estarán a lo largo de la novela, las van a encontrar en una cuenta de Instagram al igual que otras que no estarán aquí.

Espero que les guste ❤

Instagram: @forwhenyouarelonely

Comenten si vienen de parte de la novela 😊

Esperen otro capítulo en unos diitas.

Liz ✨

Mi respuesta siempre va a ser un sí, contigo.- (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora