Capítulo 11: DIEZ

50 2 0
                                    


"Sus manos las siento por todas partes, especialmente en mi corazón. Me entregué a él desde el principio, desde el primer sí.

Mi corazón late tan rápido que juro que se escucha hasta Marte, hasta ahora siento que tocarlo me llevará a la hoguera.

Al diablo El Pueblo, ahora mismo verlo en mi cama con el  rostro en paz disuelve mis pecados y si los cielos han hablado, me han dicho que todo lo que necesito lo adquiero contigo.

Al diablo El Pueblo, te busco y ahí estás, mi todo. "

La casa está totalmente a oscuras, el sol ya se ha ocultado mientras iba de camino a casa. Joaquín no ha dicho nada desde que subimos al auto y aunque hayamos estado en silencio lo necesitaba para dejar de pensar en que lo iba a llevar a conocer un lugar gigante de mi vida, ya saben lo que dicen que cuando dejas que una persona conozca tu casa/habitación, es como que conoce tu alma.

Si me da nervios la verdad, pero hemos adquirido la confianza necesaria para no pensar demasiado en toda esta situación.

-Tu casa es gigante.- está sorprendido. Mi casa es tres veces más grande que la de él, pero prefiero la suya sin dudar.

-Grande pero muy vacía.- me alzo de hombros y lo dirijo escaleras arriba. Mis botas suenan mientras subimos a mí habitación haciendo eco por toda la casa. Me doy cuenta que el pasillo que conduce hasta mi habitación se siente más largo de lo normal. Abro la puerta que está con llave y lo hago pasar. Al prender la luz, todo el lugar se ilumina dando a conocer mi guitarra, piano y los libros esparcidos por mi escritorio. El libro de Joaquín está en mi mesa de noche alejado del desorden de mi habitación.

-Debería disculparme por el desorden, pero realmente no me importa.- intento hacer un chiste y él sonríe.- puedes sentarte en mi cama, mientras preparo la guitarra.

Joaquín asiente y se sienta en el pie de mi cama tan rígido que parece una tabla.

-Tranquilo, no es como que te vaya a secuestrar.- la incomodidad de él se siente a kilómetros y sé que es por lo educado que es. Veo que sus hombros se relajan un poco y se disculpa. Cojo mi guitarra y lo entono con un par de acordes para ver si está desafinada o no. Todo se escucha perfecto así que me siento igual en mi cama, pero en la parte superior. 

Veo que Joaquín está viendo fijamente algo que está en mi mesa y al voltear a ver, es mi nota de apuntes sobre EL PUEBLO. Escondo lo más rápido que puedo en mi espalda, pero ya es muy tarde, se está acercando peligrosamente a mí:

-Joaquín deja de ser curioso.- lo señalo con el dedo tratando de alejarlo de mí, pero una tímida sonrisa me responde.

-No te iba a quitar, supongo que es algo personal.- Se sienta de nuevo y solo alza los hombros con desdén. - No te creo.- su cara es toda inocente, pero sé que su curiosidad es mucho más grande.

- Sólo dime que es.- ja! Yo sabía. 

- Es un libro de apuntes, nada del otro mundo.- trato de que mi voz se escuche despreocupada y creo que lo he logrado. Él sólo asiente todo relajado.

Me paro para coger mi mochila y sacar la hoja de apuntes de la canción, pero como el tonto que soy, he dejado el libro en la cama y antes de poder evitarlo, Joaquin ya lo tiene en sus manos:

-¿El Pueblo?- pregunta extrañado leyendo el título de la portada. Me acerco a la cama con los apuntes en la mano y hasta me da ganas de darle un golpe en la cabeza por lo curioso que es.

-Joaquín te dije que no lo agarraras.- le quito el librito de las manos y lo dejo en el escritorio. Veo que él sigue esperando a que le explique algo más y no puedo evitar poner los ojos en blanco:

Mi respuesta siempre va a ser un sí, contigo.- (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora