The Only Exception ✔→《Editando a Hariana》

Capítulo 16

Maroon 5 — She Will Be Loved.

“I don't mind spending everyday, out on your corner in the pouring rain, look for the girl with the broken smile, ask her if she wants to stay awhile and she will be loved, she will be loved.”

Harry's pov

— Tú... yo, quiero decir, ¿te gusta alguien? –dije y ella me miró un poco raro.

— ¿Por qué la pregunta Harry? –ella rió.

Reí nervioso—. Bueno, ya sabes, como somos los amigos de celosos y... bueno, te preguntaba porque quería saber, si hay alguien de quien te tengo que proteger... tú sabes.... –reí aún más y ella también lo hizo.

— ¿Seguro que es por eso?

— Sí –dije algo incómodo.

Aunque en realidad es para saber si tengo que ser rival de alguien.

— Honestamente, no lo sé –dijo seca.

— ¿Por qué? –puse más atención que nunca.

— Es que yo no suelo enamorarme. Es más no puedo –gruñó.

— Claro que puedes ¿quién dijo que no? –sonreí.

— La vida, Harry –dijo.

Me quedé un poco dudoso a su respuesta. Maldita sea, si que es misteriosa.

— No te entiendo –mencioné con sinceridad–. ¿Por qué dices que la vida no te deja?

— Sólo me lo ha enseñado –susurró.

Tomé su rostro entre mis manos y lo levanté para que me viera.

— ¿Podrás una vez abrir tu corazón y confiar en mí?

— Harry, sí confió en ti –me contestó.

Gruñí.

— Pues pareciera que no –la solté y le di la espalda. Ella se recargó detrás de mi.

— Hazzita no te enojes conmigo –dijo un poco triste. Volteé.

— Dime: ¿Y si apareciera alguien qué? –la tomé de las manos–. Si te llegaras a enamorar, si alguien te llegara a amar de la forma en la que tú lo haces, ¿qué? ¿Le responderías que no sólo porque la vida no te deja?

— Sí, eso le diría –respondió.

Yo la miré incrédulo.

— ¡¿Por qué?! –pregunté desesperado, levantándome, ella también lo hizo conmigo.

— Es que en serio no puedo, si pudiera tener a alguien, si la vida me dejara tener a alguien lo tendría pero... es difícil... –dijo bajando la mirada.

— ¿Por qué Ariana? ¿Por qué? –dije un poco rudo.

— ¡Porque sí Harry! ¡Es algo que tu, ni nadie podría entender! –me levantó la voz.

— Pues si no me cuentas, ¿quién podría entenderte? –fruncí el ceño. Ella sólo bajo la mirada. Yo di un fuerte suspiro. Me agaché a la altura de la cama para poder hablar mejor–. Ari, perdón no quise hablarte así –agaché la cabeza.

— Está bien, siempre terminan siendo así conmigo –dijo ella.

Yo la abracé.

— No, Ari, yo no quiero ser como los demás –respondí. Ella me miró–. Es que te quiero, y no quiero perderte –confesé–. Perdón.