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[La princesa de acero]
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Anya estaba cansada gracias al entrenamiento pero no tenia de otra, su papá estaba al otro lado preparándose para lanzar su ataque, ella se teletransportó para evitar el golpe. Maximus veía a su hija esforzarse, se sentía mal por lo que estaba pasando a su hija, en las noches a veces escuchaba sus gritos por toda la casa Volkov, la causa era por lo que soñaba o a veces la veía llorando mientras maldecía a algo en susurros que no entendía. Sus hijos mayores no podían ayudarla debido a sus deberes de caballero mágico y su esposa alejó al mas pequeño de Anya, hasta que pudiera controlar su magia, eso le causó enojo y discusión con Jenna. Desde ese accidente las cosas con su mujer ya no eran las mismas y todo cambiaba, Maximus se culpaba cada segundo por lo que le sucedió a Jenna.
Anya necesitaba ayuda y apoyo pero ellos, sus hermanos no entendía y no sabian como apoyarla. Solo Maximus y Julius Novachrono, el hermano menor de su esposa ayudaban a la chiquilla.
Había pasado tiempo desde que Anya empezó a tener complicaciones con su magia, al principio era inofensivo pero con los meses se hacía fuerte y sería más complicado, se dedicó a entrenarla, faltaba un año para que recibiera su grimorio. A pesar de todo, ya no tenía problemas excepción de sus visiones, aún seguía viendo cosas que ni ella misma explicaba, solo veía a gente y una catástrofe.
-Terminemos por ahora.-Aviso, acercándose a ella quien jadeaba por el cansancio.
Anya suspiro de frustración, a pesar de que podía controlar una parte de su magia se sentía débil.
-Necesitas descansar.-Su padre le acaricio los cabellos oscuros a su hija para transmitirle su apoyo.
-Estoy bien padre, sólo que necesito entrenar más.
-Si entrenas más, vas a colapsar.-Negó la idea de Anya.
-Pero.-Fue interrumpida
-Sin pero señorita, ahora que recuerdo, iba a visitar a Acier.-Fingió estar pensativo, era obvio que recordaba que iría a visitar a su vieja amiga, pero llevaría a la pelinegra para que se distrajera.
-¿Es sobre trabajo?.-preguntó
-Es una pequeña visita, tengo mucho que no la veo. ¿Quieres venir?.-Preguntó mientras mostraba una sonrisa.