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   Me desperté por la tediosa alarma, lo primero que vi fue al conejo en su caja, durmiendo tranquilamente.
   — Buenos días, pequeño. — dije, el conejo se despertó y me miró.
   Mis primeras palabras del día son para un conejo, genial Sun Hye.
   Estuve pensando en su nombre mientras me vestía, me había convencido Gukkie, es perfecto para una criatura tan adorable y vulnerable.
   Gukkie. Suena bien.
   En fin, tuve que llevarlo al trabajo por que no tenía a nadie que lo cuidara, así que lo eché a su caja y lo subí al auto, en el asiento de copiloto, y puse el cinturón alrededor de la caja para que no se resbalara.
   Ya en la tienda, puse su caja junto a la estufa, y en cuestión de segundos ya andaba rondando toda la tienda.
   — Hola Sun Hye, ¿cómo está el pequeño...? — Nayeon pausó la oración para que yo la completara.
   — ...Gukkie. — agregué.
   — Me gusta.
   — Espero que no de problemas aquí en la tienda, no quiero dejarlo solo en casa. — Nayeon me miró con ternura.
   — No ha pasado ni un día desde que lo tienes y ya estás encariñándote con Gukkie. — luego rió.
   Yo reí también, y acto seguido, miré a Gukkie, el cual jugaba cerca de la pecera con los peces dorados, me miró por un instante y apartó la mirada rápidamente.
   Espero que él se encariñe también.

···

   Luego de llegar a casa, que fue como a las 17:38, dejé a Gukkie junto al sofá y me preparé una pasta, estaba muy hambrienta.
   También le di un par de croquetas a Gukkie, para que estuviera distraído con algo.
   Me quité mi abrigo y me senté a ver algún programa interesante, al final terminé haciendo zapping porque no había nada bueno.
   — Ash, no hay nada que ver, ni si-... — mis balbuceos fueron interrumpidos por un suave tacto en mi mano libre.
   Giré y vi a Gukkie acomodándose tímidamente bajo mi mano. Mi corazón se derritió al instante.
   Lo dejé en mi regaso, acaricié sus orejas y su lomo, hasta que se quedó dormido.
   Creo que ya le estoy agradando.
   Apagué la TV de la sala, lo tomé en brazos y me fui a la cama, nos quedamos ahí por un buen rato.
   — Tu tienes algo especial, ¿sabes? — Gukkie sólo me miraba, quizás sin poder entender nada.
Bostecé a un lado, y me acurruqué sobre la cama, realmente estaba cansada.
   — ¿Qué tal si tú y yo tomamos una pequeña siesta? — y sin esperar respuesta alguna, cerré los ojos y me dormí.

···

   Sábado por la mañana, me levanté despertando al pequeño Gukkie.
   — Buenos días, bebé. — dije levantándome de la cama para ir a la cocina.
   Gukkie bajó de la cama de un salto siguiéndome hacia el pasillo, entré al baño, pero cuando estaba por lavarme los dientes, escuché unos rasguños y un sonido extraño.
   Abrí la puerta con rapidéz, temiendo por Gukkie, y al salir, me encontré con la sorpresa de que había arañado la puerta, y ese extraño sonido había salido de él.
   — ¿Pero qué...?¿Gukkie? — el pequeño corrió hacia mis pies y se levantó, yo lo tomé en brazo y le di mimos. — ¿Qué pasa Gukkie?¿Tienes miedo, pequeño?
   Me preocupé un poco, Nayeon dice que los conejos son muy traquilos, pero que cuando se encariñan con su humano pueden ser muy obsesivos, ¿a esto se refería con obsesivos?
   En mi tiempo libre busqué información extra sobre conejos, cosas que Nayeon no me había dicho, por ejemplo, que cuando mueven la naríz es por que están nerviosos, lo cual me resultó gracioso porque eso era lo que hacía Gukkie cuando lo encontré en la puerta.
   También vi que emiten un sonido parecido al graznido de un ganzo cuando tienen miedo, y eso fue lo que me desconcertó.

···

   Han pasado al menos 4 días desde lo ocurrido con los rasguños, y todo ha empeorado, al día siguiente salí a comprar unas cosas, creo que no me demoré más de 15 minutos en comprar, y cuando volví a casa los sillones estaban rasguñados y el relleno salía de ellos, y Gukkie, él estaba en un rincón, sentado cabizbajo y con sus orejitas bajas, como si estuviese consiente de que lo que hizo estaba mal, eso me causó tanta ternura que no pude enojarme con él.
   Ya no puedo dejarlo solo, me preocupa que se haga daño o rompa algo más.
   — ¿Qué tal si intentas relacionarlo con conejos de la tienda? Tal vez así se acostumbra a estar lejos de ti. — la idea de Nayeon era muy buena de hecho.
   — Pues... Podemos intentarlo, podría funcionar.
   — Mañana en el trabajo puedes dejarlo en un comedero con Sui, él es muy amigable.
   — Gracias, Nayeon, eres una amiga increíble. — sonreí y ella me devolvió el gesto.
   — Aaw... Es la primera vez que me lo dices. — sin más, me abrazó aplastándome la nariz. No quise decirle que no, a pesar de lo ahogada que estaba.
   Pero en medio de la dulzura, Nayeon pegó un brinco y se quejó sobando su pierna.
   — ¿Qué ray...?¡Gukkie! — le llamé la atención, devido a él la pierna de Nayeon tenía tres garritas marcadas en rosa, ya que por desgracia traía un vestido. — Eso es malo, bebé. — tomé en brazo para evitar cualquier otro berrinche.
   — Tu pequeño es celoso, me muero de ternura. — Nayeon intentó tocarlo, pero entonces Gukkie se paró a dos patas para rasguñarla. — ¡Ay! Estuvo cerca, ¡tierno!
   — ¿Tierno?¿Acaso nos ves cómo te dejó la pierna?
   — No importa, no fue mucho. — movió su mano a modo de minimizar las cosas.
   — Para mi si, y tendrá su castigo. — fruncí el ceño mirando a Gukkie, quien bajó sus orejitas.
   — Ay, mira lo tierno que es, no puedes castigarlo.
   — No será un castigo tan grave, sólo no tendrá premios.
   Y como si supiera de lo que hablabamos, Gukkie se restregó en mi mano, a modo de disculpa, o al menos así fue como lo interpretamos.
   — Míralo, se disculpa.
   — Debería disculparse contigo. — aclaré. — A ti te-...
   El celular de Nayeon me interrumpió, rápidamente atendió mientras yo acariciaba la cabeza de Gukkie.
   — Hablamos después Sun Hye, ya es muy tarde y mañana ambas tenemos turno a las 9:30, nos vemos. — hizo ademán de abrazarme, pero se alejó al escuchar un gruñido de parte de Gukkie.
   Se rió, se despidió nuevamente y salió por la puerta principal.
   — ¿Y tú por qué estás tan celoso, eh?— dije cuando por fin estuvimos solos.
   Estaba muy enojada, pero todo ese enojo se esfumó al verlo bostezar, me levanté con él en brazos y lo llevé a mi habitación.
   Me recosté junto a Gukkie, mientras él se acomodaba para dormir.
   De pronto mi celular sonó, era un mensaje de Nayeon.

«Prepárate para cuando entre en celo ;3»

   Se me salió una risa casi inaudible que hizo que Gukkie se removiera en su sitio. Pero, la verdad es que Nayeon tenía razón, durante esos dias, Gukkie se cogería hasta mis pantuflas, pensé en que tal vez deba conseguir una conejita para que le haga compañía.
   Miré la hora por última vez y me acurruqué junto a Gukkie, le di un beso de buenas noches y me dormí.

···

   «Y mientras Sun Hye dormía, el pequeño Gukkie miraba con tristeza el cielo estrellado a través de la ventana a medio cerrar de la habitación, sin poder dormir.

   — "Desearía poder hablarte, para que me entiendas cuando te digo que te amo, noona..."

   Y se acurrucó junto a Sun Hye nuevamente, para intentar dormir.
   Sin sospechar que en ese momento, una resplandeciente estrella fugaz pasaba sobre ellos.

— Oh pequeño, tu deseo es concedido, pero si no logras enamorarla, volverás a ser un conejo. — el eco de la estrella resonó sin ser escuchado más que por el pequeño Gukkie, quien dormía plácidamente junto a Sun Hye.»

···

   Por fin llegó el viernes, luego tenía el fin de semana para mí y Gukkie.
   Me costó un poco despertar, tallé mis ojos, me puse mis pantuflas y me levanté.
   — Buenos días, Gukkie. — dije de espaldas a él. — Levántate, tenemos que ir a la tienda. — dije a modo de broma.
   — Hmm... Ya voy, noona.

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Continue…

Un deseo para Gukkie | J.Jk  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora