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      Apenas habíamos llegado a casa, me tiré en el sofá un rato, no sentía cansancio, pero necesitaba sentarme. Gukkie llegó al sofá también, yo estaba viendo TV. Primero se sentó tímidamente junto a mí, luego se acercó un poco y finalmente reposó su cabeza en mis piernas.
   — ¿Me da mimos? — lo oí decir de pronto.
   — ¿No quieres comer primero? Hoy no comiste mucho.
   — Es que no tenía mucha hambre.
   Seguí cambiando canales, entonces Gukkie tomó mi mano libre y la puso sobre su cabeza, entendí la referencia. Acaricié suavemente su cabellera blanca, su respiración se hacía más tranquila mientras pasaban los minutos, viendo caricaturas en la TV, y al mismo tiempo acariciando a Gukkie, hasta que se quedó dormido.
   Mis piernas ya estaban entumecidas, pero no quería despertarlo, intenté levantarlo y quedé con todo su torso sobre mí, ahora ya no sería tan sencillo. Cuando lo tuve entre mis brazos lo levanté a modo princesa y lo llevé a la habitación, era increíble que no se haya despertado en el proceso.
   Lo recosté en la cama con cuidado y lo arropé, no quise quitarle la ropa, no tenía pijama, así que sólo le quité las botas. Me senté a su lado, viéndolo respirar suavemente, preguntándome cómo rayos había sucedido eso, y mientras divagaba, Gukkie me hizo volver en mí sujetando mi muñeca débilmente.
   Su mano era muy cálida, casi como una pequeña almohada tibia. Me zafé de su agarre y fui a la sala nuevamente, me senté donde anteriormente estaba y vi el relog, las 18:03, y seguido me rugió el estómago, me levanté y fui a la cocina a buscar algo rápido que comer y lo único que encontré fue una bolsa de papas fritas, la tomé y volví a mi asiento. Me quedé mirando la nada, llevándome unas cuantas papas a la boca de vez en cuando, necesitaba hablar con Nayeon sobre lo que estaba pasando, sobre Gukkie. Mi celular estaba junto a mi, apagado, lo tomé y marqué el número de Nayeon.
   Un tono, dos tonos...
   — Hola Sun Hye.
   — Hola Nayeon.
   — ¿Qué ocurre? Suenas de algún modo, triste. — Nayeon, tan perceptiva como siempre.
   — ¿Podrías venir a casa, por favor? Necesito hablar contigo.
   — ¿Pasó algo malo? — su voz sonó preocupada, en parte me alegraba que se preocupara por mí.
   — Te cuento aquí, ¿Ok?
   — Ok, voy saliendo.
   Y colgó, dejé el celular junto a mí otra vez y comí papas con ansiedad esperando a que llegara Nayeon, al mismo tiempo pensaba en lo que iba a decir para que sonara serio y creíble al menos, y de paso, me preparaba mentalmente por si se negaba a creerme.

···

   El timbre sonó y salté en mi lugar, froté mis manos entre sí dirigiéndome a la puerta principal, al abrirla me encontré a Nayeon, con una sonrisa preocupada, la hice pasar y la saludé.
   — ¿Y de qué querías hablar? — dijo mientras se sentó en el sofá.
   — Pues... — me senté donde anteriormente estaba tomando valor. — Jungkook, él no es mi familiar. — cuando terminé la frase Nayeon abrió sus ojos al máximo.
   — Ay Sun Hye, no tenías que inventar eso si no querías que conociera a tu novio.
   — ¿Qué? No, yo-...
   — ¿Te preocupaba que te dijera algo por la diferencia de edad? No parece mucha en realidad.
   — No, Nayeon, él no es mi novio.
   — ¿Eh? — levantó una ceja.
   — Él es Gukkie.
   Nayeon quedó en silencio un momento, y de pronto rió, cuando se dio cuenta de que ni una mierda de lo que estaba pasando era gracioso y yo no me reía, se cayó.
   — No te ríes porque es en serio ¿cierto?
   — ¿Vez a Gukkie en alguna parte?
   — Pero... ¿Cómo?
   — Ni puta idea, anoche me acosté con Gukkie a mi lado y aún era un conejo, y esta mañana me encuentro con la sorpresa de que por arte de magia se ha convertido en un humano, ni siquiera él mismo sabe lo que le ha pasado, si cuando se ha dado cuenta se ha asustado un montón.
   — ¿Y donde está ahora?
   — Durmiendo, en mi habitación.
   Nayeon se quedó un momento pensando, rascando su barbilla, probablemente ella estaba tan o más confundida que yo. Entonces apareció Gukkie caminando por el pasillo, con el cabello enmarañado y los ojos hinchados, restregándoselos con pereza y con una línea de saliva seca que bajaba por su mentón.
   — Noona, tengo ham-... — se quedó parado frente a nosotras.
   — Hola. — dijo Nayeon sonriendo, yo reí por su reacción.
   — Hola... — Gukkie la miró fijamente muy serio, caminando hacia mí, y se sentó en mis piernas sin dejar de mirarla.
   — Supongo que no me rasguñarás ésta vez, ¿verdad? — dijo Nayeon con cierto humor, humor que a Gukkie no le pareció nada gracioso.
   Hubo un silencio incómodo en la sala, Nayeon aclaró su garganta levemente mientras me miraba, clara señal de que quería que dijera algo.
   — ¿Gukkie? — capté su atención en seguida, me miró sonriendo. — Nayeon ya sabe el secreto.
   Sus ojos se abrieron y su sonrisa desapareció al instante, también noté cómo se tensó su mandíbula.
   — ¿Por qué le contó? — sus manos empezaron a temblar, las tomé y las acaricié lentamente para que se tranquilizara.
   — No te preocupes, Gukkie, ella guardará el secreto ¿verdad? — miré a Nayeon esperando una respuesta.
   — Oh, claro, no diré nada. — Nayeon sonrió con sinceridad. Gukkie la miró serio, su mandíbula se relajó y sus manos de a poco dejaron de temblar.
   — Bueno... — miró hacia otro lado acurrucándose más a mí.
   — Ella nos ayudará a lidiar con esto hasta que sepamos qué pa-...
   — ¡Espera! — Nayeon se levantó de su asiento, asustándonos a Gukkie y a mí. — Quiero hacerle algunas preguntas, quiero asegurarme de que eres Gukkie.
   — ¿Qué...? Ya le pregunté varias cosas. — dije levantando una ceja, era cierto, no había mucho que preguntar en realidad.
   — Sólo serán unas cuantas cosas. — miró a Gukkie. — Bien, ¿recuerdas por qué no podíamos dejarte en la tienda con los otros conejos?
   — Porque no había espacio para mí.
   — ¿Recuerdas el incidente de la tienda?
   — ...Si.
   — ¿Me lo cuentas?
   — ...Me oriné sobre noona. — dijo Gukkie casi susurrando, y pude ver cómo se aparecía un leve sonrojo en sus pálidas mejillas.
   — ¿Disculpa? No te escuché. — Nayeon se reía haciéndose la desentendida y yo trataba de aguantar la risa.
   — ¡Me oriné sobre noona! — dijo Gukkie tapando su rostro completamente rojo.
   — ¡Jajaja! Tuviste que dejarme salir de la tienda e ir a cambiarme. — dije mientras me reía. Gukkie agachó su cabeza avergonzado.
   A veces su ternura es tan grande que siento que mi corazón explotará.
   — Está bien, creo que ya no tengo más preguntas. — finalizó Nayeon.
   — Noona, aún tengo hambre. — me recordó Gukkie.
   — Oh claro, haré algo rápido, Nayeon, ¿quieres quedarte a cenar?
   — Bien, déjame ayudarte con la cena.
   Nayeon se paró y se dirigió a la cocina, yo la seguí, pero antes le dije a Gukkie.
   — Puedes ver televisión si quieres. — le dejé el control al lado, a pesar de que estaba segura que él no sabría usarlo.
   Y me fui a la cocina. Nayeon estaba esperándome, me preguntó que podríamos cocinar.
   — Hmm... Hagamos pasta. — fue lo primero que se me antojó.
   — Ok, — Nayeon sonrió, pero de pronto esa sonrisa desapareció. — Oye, ¿Gukkie puede comer pasta?
   No lo había pensado.
   — Pues, antes de que se volviera humano investigué sobre la alimentación, todo lo que debía evitar era la carne y esas cosas, así que creo que puede comer pasta, — lo miré concentrado en la TV. — Tal vez no le hace mal, por ser humano.
   — Podemos darle a probar.
   Estaba indecisa al principio, pero al final terminamos haciendo pasta, no le echamos nada de carne a la salsa, la comeríamos con queso rallado, sólo por si a Gukkie le hacía daño.
   Mientras revolvía la pasta con la salsa, Nayeon puso los cubiertos, el queso y algo de pan.
   — La cena está lista. — avisé.
   El primero en entrar a la cocina fue Gukkie, tambaleándose como niño pequeño y al final, sentándose a mi lado. Después llegó Nayeon, ella se sentó a mi otro costado, y fue la primera en saborear la comida. Al momento de comenzar a degustar miré a Gukkie, estaba mirando indeciso el plato con pasta frente a él.
   — ¿No te gusta?
   — No lo sé, ¿Qué es eso rojo? — picó la salsa sobre la pasta.
   — Es salsa de tomate, es como un tomate aplastado con sabor rico. — expliqué.
   — Me gusta el tomate.
   Dio la primera cucharada y luego no paró más.

···

   Nayeon se fue luego de cenar, se despidió de mí provocando una tierna mueca de irritación en Gukkie y salió.
   Miré el relog, ya pasaban de las 21:00 de la noche, Gukkie bostezó, eso me hizo volver en mí y verlo a la cara. Sus ojos se cerraban solos y hacía un gran esfuerzo por mantenerlos abiertos.
   — Bien, creo que es hora de dormir. — le acaricié la cabeza.
   Lo tomé de la mano guiándolo a la cama, su rostro se veía agotado.
   — Ponte esto, — le pasé una polera olgada y unos shorts de uno de mis pijamas. — Dormirás más cómodo.
   — Noona... Dormirá conmigo, ¿verdad? — Gukkie preguntó mientras yo lo ayudaba a cambiarse.
   Parpadeé un par de veces, luego le sonreí y asentí. Sería la primera noche que pasaría con Gukkie convertido en humano, pero, al cerrar los ojos no se sentía tan lejano a la sensación de hace algunos días.

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Continue...

Un deseo para Gukkie | J.Jk  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora