Lunes otra vez, Gukkie y yo estábamos en la tienda con Nayeon. Gukkie miraba los peces, mientras que Nayeon y yo nos evaporábamos de aburrimiento, ni un solo cliente en 2 horas y media, lo cual no era extraño pues afuera había una tormenta increíble.
— "... por lo tanto habrá fuertes vientos y lluvias esta semana en..." — transmitía la pequeña radio en la tienda.
— Me aburro... — murmuró Nayeon.
— También yo... Y tengo un hambrón.
— No te preocupes, hoy salimos temprano, agradécele a la tormenta. — dijo Nayeon sonriendo.
— Jajaja, genial, ya quiero comer, Gukkie, ¿tú tienes hambre?
— Un poquito si. — dijo sin quitarle la vista a los peces.
— ¿No quieren ir a almorzar después? — la idea de Nayeon no sonaba tan mal.
— Sería genial, pero no creo que vaya a haber algún lugar abierto con esta tormenta. — me rasqué el mentón pensando en alguna otra alternativa. — ¿Por qué no pasas a mi casa? Podemos pedir comida.
— O si~... Quiero comer arroz frito con kimchi, pero no de la tienda de la última vez, ese arroz no estaba bueno.
— ¡Ya no hables! Me da más hambre... — sujeté mi abdomen entre mis manos, escuchando claramente cómo sus rujidos retumbaban en mis oídos.
— Tu estómago está enojado. — dijo Nayeon mostrándome una burlona sonrisa.
— Cállate que tú recién te estabas saboreando tu antojo de kimchi. — fruncí el ceño mostrándole la lengua.
— Qué grocera ere-... — el teléfono de Nayeon empezó a sonar, una llamada entrante de nuestro jefe. — ¿Hola?... ¿¡De verdad!?... ¡Si, no se preocupe, yo me encargo!... ¡Muy bien, adiós!
— ¿Qué dijo? — pregunté.
— Dijo que nos fuéramos a casa, que la tormenta viene y hay peligro y cosas así, como sea vámonos, yo cierro la tienda.
— Genial, Gukkie ven, ponte mi abrigo, nos vamos. — dije mientras él asintió y corrió hacia mí.
Salimos de la tienda y nos subimos al auto, el viento estaba realmente fuerte, tanto así que las gotitas de lluvia parecía que picaban tu rostro, y por poco se nos voló el paraguas. Echamos a andar el auto y nos fuimos a casa con Nayeon detrás de nosotros en su auto.
— Nayeon irá a nuestra casa, ¿está bien? — dije esperando una respuesta positiva.
—Mh-hm... — murmuró asintiendo.
— ¿Qué pasa, Gukkie?¿Te incomoda que Nayeon vaya a la casa? — pregunté con inseguridad.
— ¿Crees que recuerde lo del rasguño, Noona? — dijo en voz baja, y con el rabillo del ojo lo vi subiendo sus pies al asiento y abrazando sus rodilla con la mirada perdida en frente.
Así que era eso, y es que probablemente se había dado cuenta de lo que hizo, y se sentía culpable.
— Tal vez ya se le olvidó, Nayeon es algo olvidadiza. Y si lo recuerda, sólo discúlpate, si ella no se enojó en su momento, menos ahora. — estiré mi mano tomando la suya, y sonreí mirando el camino....
— Uff... Hace mucho frío, iré a encender la estufa, ¿por qué no pides la comida? — dije una vez que estuvimos dentro de la casa.
Nayeon asintió y yo crucé la sala a encender la estufa o me moriría congelada, pues ya casi no podía mover bien los dedos. Este invierno había sido particularmente frío, pero con la llegada de Gukkie, ese frío se hizo de algún modo más tolerable.
— Bien, ya está. — dije una vez que vi arder la leña. Entonces un ruido extraño detrás de mí me hizo voltear, el estómago de Gukkie había emitido un largo gruñido, y éste me miró en shock, para luego soltar una risa nerviosa.
— Iré a ver si Nayeon ya pidió la comida, ¿ok? — le sonreí tocando su hombro.
— Si. — respondió sonriendo y algo sonrojado.
— Ya pedí lo nuestro, — dijo Nayeon apareciendo en la sala. — pero no sé qué le gusta a Gukkie.
— ¿Y qué pediste?
— Kimchi para mí, Ramyeon para tí, también pedí Gimbap para todos.
— Hmm... Gukkie, ¿quieres algo en particular? — pregunté a Gukkie, quien se encontraba con una expresión pensativa.
— Yo comeré lo mismo que noona. — dijo sonriendo ampliamente.
— En seguida lo pido. — dijo Nayeon tomando su teléfono.
— ¿Estás seguro Gukkie? El Ramyeon es muy picante.
— Sólo se que tengo hambre. — se sentó en el sofá acariciando su panza mientras hacía un puchero.
Sonreí y me senté junto a él, en seguida Gukkie recargó su cabeza en mi hombro, y sus cálidas manos tomaron las mías. Se había acostumbrado a tomar mis manos.
— Todo listo. — dijo Nayeon apareciendo de la nada, corriendo para luego saltar junto a mí.
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Un deseo para Gukkie | J.Jk [PAUSADA]
Hayran KurguUn pequeño visitante llegó a mi puerta, que cambiaría mi vida por completo. . . . . . . . . . . Muchas gracias por darle amor a esta historia. 💜