En la ciudad de Seúl, marcada por el comienzo de un lluvioso otoño, vive el pequeño Jungkook, un chico simple que guarda dos secretos vergonzosos según él: uno, le tiene pánico a las tormentas, y dos, tiene un crush imposible con su jefe, el elegant...
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Alguien chistaba detrás de mí. Me di vuelta para ver de quién se trataba pero casi que me paralicé al ver a Park Jimin asomado en la puerta de su oficina mirando en mi dirección.
¿Acaso me estaba llamando a mí? No había nadie más alrededor. Tenía que ser yo.
- Sí, tú, el de carita de bebé. Ven aquí. - lo escuché decir.
¿Me acababa de llamar 'carita de bebé’? Las rodillas me flaquearon por unos segundos.
Prácticamente en modo automático dejé lo que estaba haciendo y me dirigí hacia él.
- Ven, pasa. Cierra la puerta. - dijo.
Hice lo que me pidió pero me quedé cerca de la salida de todos modos.
- Oye, ¿puedo hacerte unas preguntas? - volvió a hablar.
- C-claro. - tartamudeé.
Estaba estúpidamente nervioso. No podía creer que estaba a solas con él en su oficina.
- Primero, ¿Crees que estoy viejo?
- ¿Qué? - me acerqué un poco más a él solo porque creí haber escuchado mal la pregunta.
- Eso, si crees que estoy viejo.
- Hmm, no...solo tiene unos años más que yo. No creo que eso sea ser viejo.
- ¿Cuantos años tienes tú? - me miró con curiosidad.
- 21…
- Uf, suertudo. Okay, pero a pesar de mi edad…¿crees que me veo viejo?
¿De verdad me estaba preguntando eso? No entendía. ¿Qué acaso no sabía lo extremadamente sexy y atractivo que se veía?
- No, para nada. - le aseguré.
- ¿Seguro? ¿No estás mintiéndome, verdad? Solo para quedar bien conmigo y no te despida ¿verdad?
- ¿Qué? No,no. - respondí asustado. - Es cierto y yo nunca miento.
- De acuerdo, te creeré. - sonrió - Te vi cara de sincero por eso te llamé. Se ve que no me equivoqué.
- Lo siento, señor Park. No entiendo a qué vienen estas preguntas. - pregunté confundido.
- Ay es que...me acaban de decir que soy un viejo baboso. - me contó en voz baja - ¿Puedes creerlo? Y me acabo de quedar sin secretaria. Lo que me lleva a la segunda pregunta ¿tú que puesto tienes aquí? ¿Te gustaría el trabajo?
Jimin hablaba tan rápido y con tanta naturalidad y si bien eso me encantaba de él, me costaba seguirlo. Es que yo aún seguía procesando qué rayos hacía ahí hablando conmigo, un don nadie.
- Espere ¿Qué? Creí que... Jennie era su secretaria.
- Ya no. Se enojó conmigo porque...bueno, teníamos algo, ella se lo tomó muy enserio y yo no. Descubrió que estuve con otra, y pues digamos que no le agradó mucho que digamos. Así que tuve que despedirla. - dijo eso último con una voz grave.
