En la ciudad de Seúl, marcada por el comienzo de un lluvioso otoño, vive el pequeño Jungkook, un chico simple que guarda dos secretos vergonzosos según él: uno, le tiene pánico a las tormentas, y dos, tiene un crush imposible con su jefe, el elegant...
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Seguramente seguía medio dormido. Sí, eso debía ser. Tenía sueño. Había dormido poco anoche y la falta de descanso seguramente me hizo malinterpretar todo.
Porque ¿Qué otra razón podría haber para que Park Jimin se me acercara e intentara...eh...besarme?
O tal vez me estaba volviendo loco y estaba sufriendo alucinaciones.. Eso era más grave. Realmente necesitaba ese terapeuta, diablos.
- Hmm, puedes ducharte en mi baño. - dijo de repente - Te prestaré ropa. Creo que somos de la misma talla.
No pude contestar. Mi mente seguía procesando lo ocurrido. Estaba nervioso y confundido.
Lo observé revolver en su armario y sacó pantalones y una camisa blanca para mí.
- Mi casa es tu casa. Iré a preparar el desayuno. Te espero abajo. - añadió y luego salió de la habitación.
Exhalé mucho aire cuando se fue. ¿Acaso había estado conteniendo la respiración? Lo cierto es que me volvió el alma al cuerpo al quedarme a solas.
No quería seguir allí. Estaba todo muy raro.
Y sin embargo, tomé la ropa y entré al baño para ducharme. Si lo pensaba bien no iba a hacer tiempo de ir hasta mi casa y luego salir a tomar el autobús para ir al estudio.
Así que allí estaba. Primero había usado el pijama y la cama de mi crush, y ahora estaba usando su ropa.
Y, rayos, olía tan bien. El perfume para ropa que usaba ahora estaba impregnado en mi piel y amé la sensación.
En la lujosa y amplia ducha de su baño no me privé tampoco de tener toda clase de pensamientos para nada decentes.
A ver ¿Cómo carajos pretenden que no me lo imagine desnudo allí? Bañándose, pasándose jabón, tocándose…
Soy débil de mente. Débil, débil…
Y supongo que de cuerpo también, porque salí de ese baño con una erección.
Los pantalones que me dio me quedaban un poco chicos. Yo solía usar prendas un poco más sueltas, pero la cosa esa me estaba violando el trasero prácticamente. Y por supuesto que no ayudaba a calmar mi erección. Marcaba muy bien mi paquete...y me gustaba como se sentía.
En fin, traté de mantener la compostura y cuando estuve listo bajé.
☀️
El desayuno estaba servido en la mesa de la cocina. Jimin seguía con su pijama y su cabello despeinado. Me había dicho que me veía lindo cuando despertaba pero él no se quedaba atrás. Pero para empezar ¿Por qué diablos me dijo tal cosa?
Supuse que solo quiso hacerme un cumplido. Oh, y ese apodo que me puso.
