Me coloqué sobre Jimin y profundice mi boca en la suya. Lo besé lentamente. Quería disfrutar cada roce, cada caricia con detalle de todo lo que pasaría a continuación. Porque sí, al fin me había decidido. Quería hacer esto con él. Aunque más que una decisión era una cuestión de sentir.
Como le dije estaba esperando el momento ideal y aquel resultó ser irónicamente esa noche de tormenta.
Estaba sintiéndome tan seguro y protegido con Jimin. Y si este hombre me iba a hacer sentir así en una situación en la que antes solía pasarla tan mal, ¿qué más podía pedir? Yo le importaba y se notaba. Sabía cuidarme y se notaba. Me quería y se notaba también.
Así que allí lo tenía. Esta vez en mi cama. Donde tantas veces lo soñé e imaginé también. Solo que esta vez la realidad estaba siendo mejor que mis fantasías. Mucho mejor…
Metí mis manos por debajo de su camisa y acaricié su cálida piel. Nada que no hubiésemos repetido en otras ocasiones. Pero ahora me sentía en más confianza conmigo mismo. Estaba más seguro que nunca.
Me senté sobre él y desabroché su cinturón sin dejar de mirarlo a los ojos.
- ¿Apago la luz? - me preguntó, pensando que tal vez me daría vergüenza otra vez. Yo sonreí y negué.
- Quiero mirarte...todo. Hyung, quiero ver tu rostro en todo momento.
- Oh, bebé. - se incorporó en la cama, aún conmigo sobre él, entre mis piernas. Apretó mi pequeña cintura con ganas con sus manos y aquello me produjo una oleada de placer hacia mi espalda baja.
Quitó mi camisa y dejó mi torso al descubierto.
- ¿Estás seguro de esto, Jungkook? - preguntó luego mirándome a los ojos.
- Ahora sí. Demasiado seguro. - respondí.
Afuera se seguía escuchando la lluvia. La tormenta no paraba...y yo tampoco quería parar.
Fue entonces cuando me tumbó en la cama e intercambiamos posiciones. Ahora él estaba encima de mí y desvistiéndome. Lo hizo despacio, acariciando y besando cada zona de piel que dejaba al descubierto. Fue tan delicado y dulce. El corazón me explotaba de dicha. Jamás otro hombre me había tocado así antes.
Esto era especial...sin importar qué pasara luego.
Sus besos húmedos en mi cuello me estaban excitando enseguida. Bajó más y besó mi clavícula. Hizo un camino con su lengua y sus labios cada vez más abajo hasta llegar a mi vientre donde se detuvo. Me estaba poniendo muy sensible y ya comenzaba a gemir despacito. Me mataba que pasara su lengua por esa zona, como tentándome a querer seguir bajando más.
Estaba a punto de suplicarle que siguiera pero no hizo falta. Él mismo tomó el borde de mis pantalones y tiró de ellos hacia abajo. Me los quitó y quedé solo con mis boxers. Podía ver mi bulto allí sobresaliente, pidiendo atención.
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Rayito de Sol ☀️ Jikook
FanfictionEn la ciudad de Seúl, marcada por el comienzo de un lluvioso otoño, vive el pequeño Jungkook, un chico simple que guarda dos secretos vergonzosos según él: uno, le tiene pánico a las tormentas, y dos, tiene un crush imposible con su jefe, el elegant...