O n c e

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Tal vez, JiSung y MinHo se querían como más que amigos. Pero había algo completamente mal con estos chicos. Ninguno quería dar el primer paso.

A menos que alguien se pusiera en su camino, ellos no iban a hacer nada. Así que eso puso el destino.       

No se sabe cuanto tiempo pasó desde que JiSung y MinHo se hicieron amigos, o desde cuando el más alto llegó a la escuela. Podrían ser unos dos meses como máximo, pero los suficientes para que TaeYong se pusiera de los nervios.          

No podía golpear al chico. MinHo se había puesto como un escudo frente a él, por lo que su diversión había acabado de un día a otro. Y sí, buscó nuevas presas más fáciles, pero nadie se comparaba con JiSung, porque JiSung era el único gay, o eso es lo que pensaba.

Pero TaeYong no es el que haría que el romance surgiese entre los dos chicos. Estaba muy lejos de serlo.

Era una chica.

La mañana había pasado normal para los dos. Algún que otro insulto, miradas de odio y solo una sonrisa por parte de WheeIn, quien caminaba hasta su casillero cuando les sonrió. TaeYong y sus amigos tenían una ubicación que JiSung no sabía, y tampoco MinHo. Los dos se movían por los pasillos llenos de gente entusiasmados por llegar a sus casa para no hacer nada, en cambio, MinHo y JiSung conversaban animados de lo que harían esa tarde.

Cada día se acercaba más la graduación, y aunque quedasen alrededor de seis meses para salir, JiSung ya estaba exigiéndole a MinHo saber con qué iba a ir al baile.

—Con una camisa y pantalones, supongo—murmuró MinHo, poniendo sus libros en el casillero.

El peliazul rodó los ojos frustrado.

—¿Qué marca?

—¿El qué?

—La camisa, la corbata, los pantalones...

—¿Yo qué sé, JiSung? Le pediré a mi primo todo.

—Pero MinHo... —protestó el peliazul haciendo un puchero—quería acompañarte a ver eso, y que tú me acompañaras.

—¿Como una cita?

JiSung se sonrojó violentamente.

—No, no, no, no—negó—no creo, no.

MinHo rió al ver la reacción del peliazul, y cerró su casillero.

—Podríamos ir mañana por la tarde, después de clases—murmuró mientras caminaba hacia el casillero del chico—. Y hoy estudiamos para el exámen de español.

—De acuerdo—se rindió no del todo seguro—pero será tarde de compras.

MinHo hizo una mueca, pero se encogió de hombros.

—¿Qué te dijo tu mamá?—preguntó JiSung luego de unos minutos de poner sus libros en el casillero—, cuando te llamó en el almuerzo—aclaró.

—Dijo que llegue temprano a casa—MinHo siguió a JiSung hacia la salida—. Actuaba nerviosa.

—Seguro tiene una sorpresa para ti—el peliazul sonrió.

—¿Sorpresa por qué?

—¿Porqué no? Eres un excelente hijo y además, tienes buenas calificaciones. No hace mal algún regalo por eso.

—¿Te hacen regalos por eso?

—Cuando era pequeño me los hacían más seguidos, y lo siguen haciendo, pero con menos frecuencia.

Platicaron unos minutos más hasta llegar a la casa de MinHo, donde el castaño abrió la puerta y la cerró cuando JiSung se encontraba dentro. Todavía con las mochilas puestas, los dos entraron a la cocina.

❝Femenine❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora