V e i n t i u n o

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MinHo despertó cuando ya eran las ocho de la mañana, del otro día. Estaban en el tercer día de sus vacaciones en la cabaña, y les quedaban apenas dos días para disfrutar en ese lugar, los dos solos, ya que según el padre de JiSung, ellos viajarían a Incheon por una semana, y MinHo tendría que quedarse en su casa a la espera de su familia completa, la cual venía de Gimpo. Así que no se verían por una o dos semanas, dejando a los dos en una situación bastante difícil considerando que ninguno podía vivir sin el otro.

Lo primero que el castaño vio al despertar fueron los ojos de su novio. JiSung estaba muy cerca, observándolo como un enamorado, y apoyando su rostro en la almohada. El típico rubor al que MinHo ya estaba acostumbrado apareció en las mejillas del peliazul, demostrando que estaba avergonzado de que lo hubieran encontrado así, mirando de forma tan acosadora al chico.

—¿Qué miras?—preguntó con voz fina y rasposa, que se encargó de aclarar.          

—A ti—respondió el peliazul.

—¿Por qué?        

—Porque eres como un ángel.

JiSung se dio la vuelta para no mirar al castaño a los ojos, pero fue atrapado por los brazos de MinHo y en menos de un segundo tenía su pecho pegado a su espalda.               

—No me considero como un ángel, sobre todo si es que recordamos lo que hicimos ayer... —se interrumpió al notar la falta de ropa en su cuerpo—. ¿Por qué estoy desnudo?

—¿No recuerdas nada de ayer?

—Tengo algunos recuerdos, y además, me duele como el infierno la espalda baja... —se quejó entrelazando sus dedos con los del castaño—. ¿Fuiste muy brusco anoche?

—¿Yo? No tuve que mover ni un pelo. 

—Eso quiere decir que... —su voz se fue apagando hasta quedar como un susurro.

—Exacto.     

—Oh.       

JiSung suspiró y se acomodó en la cama, sintiendo su cuerpo sudoroso. Hizo una mueca y se levantó del colchón para mirar por la ventana, dejando salir una exclamación al mirar el resultado.

—Está soleado.

—No entiendo este maldito clima—murmuró el castaño antes de tomar su ropa interior del suelo y ponérsela debajo de las sábanas.

—Ayer con lluvia, hoy soleado. Seguramente mañana habrán cerdos volando—JiSung se sentó en la cama. 

Su pierna chocó con algo duro, para nada comparado con lo que el colchón lo era. Buscó con sus manos entre las mantas y se encontró con un álbum, probablemente de fotos, demasiado grande como para pasar inadvertido.

—¿Podemos verlo?              

—Pensé que ya lo viste.

—Llegué hasta la mitad.

Seguido de esto, JiSung se acomodó al lado de MinHo y puso el álbum entre los dos, abriendo la primera página. El castaño dejó salir un suspiro y pasó su mano por su rostro, sintiendo sus mejillas calientes.

—No quiero ver eso.

—¡Eras tan lindo!

—¿Era? Bien, si antes me has dicho que soy un ángel ahora me has dejado en el piso—murmuró.

La primera foto se trataba de un pequeño MinHo, mostrando todos sus dientes a la cámara, junto a una chica desconocida para el peliazul.             

❝Femenine❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora