C a t o r c e

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MinHo recién pudo salir de su estado de shock cuando JiSung salió del local. Rose lo observaba con una sonrisa en el rostro, pero luego se fue borrando al notar que el chico no estaba tan feliz como ella esperaba.

Entonces pudo comprender todo.

Miró en la dirección que JiSung se había ido, luego devolvió sus ojos hasta MinHo y repitió la misma acción dos veces más.

—No te gusto yo, ¿verdad?—murmuró la chica, alejándose unos centímetros del castaño.

MinHo no respondió.

—Te gusta el peliazul—adivinó—Y yo acabo de arruinarlo todo. ¿Me equivoco?

—N-No, ¡No! Pero JiSung... —MinHo se movió inquieto en su lugar, sin saber qué hacer.

—¿Por qué no me dijiste que eras gay?—preguntó Rose totalmente dolida.   

—P-Porque y-yo... —empezó a explicar.

—Hey—la peligris cambió su rostro a uno sonriente y detuvo a MinHo con una mano—, después me lo explicas. Deberías perseguir al chiquito.

—¿Perseguir?

—Exacto. ¿No viste su expresión? Parecía que en cualquier momento se iba a morir. Si tanto te importa JiSung, es necesario que lo vayas a buscar.

—Pero estará ocupado.

—Apuesto a que era un simple invento—le dio palmadas en la espalda—. Ahora empieza a correr. Yo llevaré las cosas a casa.

MinHo reaccionó segundos después. Sin importar cuan ridículo se podía ver, dejó su silla, dejó el local, dejó el centro comercial y dejó a Rose en la tienda solo para correr hasta donde quedaba la casa del peliazul.

Agradeció en silencio a JiSung por darle las indicaciones de llegar a su casa sin perderse. Sus pasos era apurados, los cuales solo se detenían para esperar en una cruce, pero volvían a moverse de la misma forma cuando podía cruzar las calles. Todo en él parecía agitado, como si fuera tarde para una cita o entrevista de trabajo.

Cuando en realidad, podía perder a una amigo si no llegaba a tiempo.

Se pasó dos veces la casa de JiSung por su rapidez, pero no se demoró nada en darse cuenta. La casa era gigante, por lo que cuando por fin estuvo en frente a ella, no pudo evitar darse un golpe al ser tan tonto como para pasarse.

Tocó la puerta de forma desesperada. No abrieron hasta que él tocó por segunda vez, y una chica apareció por el otro lado, mirándolo con una mueca.

—Hola, ¿qué desea?—preguntó educada.       

La chica era linda. Pelinegra, de ojos oscuros y un poco baja. Pero parecía un adulto joven que iba a la universidad.

—Busco a JiSung, —respondió el chico—, soy MinHo...

—¿MinHo?—se preguntó ella misma.

El castaño ya estaba por botar la puerta y volver a correr hasta la habitación de JiSung. Solo quería llegar de una vez.       

—Hola MinHo—saludó JiHyo desde adentro, haciendo un lado a la otra chica—. Ella es Yura, una de nuestras hermanas. Nunca se habían visto, pero MinHo es amigo de JiSung hace como dos meses.    

—Oh—Yura asintió—, dice que busca a JiSung.

—¿Y por qué no lo has dejado entrar, entonces?—JiHyo se hizo a un lado, dejando un espacio para el chico.

—Ya sabes, porque puede pasar lo mismo que...

—Vale, ya entiendo—interrumpió la menor. Se giró hasta MinHo y le sonrió—. JiSung está arriba. Nosotras vamos a salir, así que no hagan ninguna fiesta. Dile a JiSung que ChaeYoung se quedará hasta tarde en clases de teatro.

❝Femenine❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora