V e i n t e

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La mañana del día Lunes había sido extraña y linda para JiSung y MinHo. Tal como lo habían dicho el Domingo por la tarde, no ocultaron su relación a los estudiantes y profesores de la escuela, por lo que recibieron miradas sorprendidas, sonrisas, muecas de disgusto y algún que otro rostro de indiferencia. WheeIn, quien los había visto al entrar en el establecimiento, les sonrió orgullosa. JaeHyun los miró sorprendido al ver a los dos chicos pasar por los pasillos. Y TaeYong les mandó una mueca de disgusto, diciéndoles ‘maricones’ al pasar por su lado, pero nada que ellos no hayan escuchado antes.

No les importaba lo que los demás dijeran. Eran solo ellos en esa relación, y nadie podía decirles qué hacer en público.

Ese día se sintieron felices. Les encantaba besarse donde se les diera la gana, tomarse de las manos y mirarse como enamorados. Y eso que apenas era el primer día oficial como novios.

Cuando regresaron de la escuela, a JiSung se le ocurrió la idea de invitar al castaño a su casa, ya que últimamente iban mucho a la de MinHo y era bueno cambiar la rutina de vez en cuando, o eso fue lo que le había dicho a su novio cuando se desviaron del camino. Su hermana Yura se encontraba en ella, seguramente estudiando para la universidad. Ellos la saludaron al pasar diciéndole que estarían en el segundo piso, y luego subieron las escaleras.

La habitación de JiSung seguía igual que antes. El olor dulce que en un principio a MinHo le había dado como resultado un mareo, lo recibió y el castaño no hizo más que sonreír. Amaba como era su JiSung; femenino, con todos esos peluches agrupados en una estantería y el maquillaje disperso en la mesita de noche y su escritorio.           

—Tienes más, ¿no?—preguntó MinHo al ver nuevos artículos de maquillaje. Tomó un labial que en la etiqueta decía ‘frutilla’ entre sus manos.

—Sí, mi padre trajo de su viaje a Incheon para mis hermanas y yo—Explicó JiSung dejando sus cosas en una silla, y luego caminando hacia su novio.

—¿En serio sabe a frutilla?—MinHo miró el labial nuevamente.

—Sí, me lo puse esta mañana.

—No lo noté—mintió el castaño.

—¿Ah, no?—JiSung juntó las cejas.

—Deberías, no sé, aplicarlo de nuevo y yo lo podré comprobar—dijo con una mirada pícara en su rostro. 

El peliazul entrecerró los ojos, viéndose como un niño pequeño, y le quitó el labial a MinHo.

—Mientes—murmuró con una sonrisa, dejando el maquillaje en su mesita de noche.

—Tal vez.   

El peliazul volvió a moverse por la habitación, buscando entre sus cajones una de las remeras que se había comprado hace días, y luego se detuvo por completo al mirar su maquillaje encima del mueble. Miró a MinHo disimuladamente y sonrió.  

—Hey, Honnie—lo llamó inocente —¿Alguna vez te has maquillado?

—No—negó el castaño sin darse cuenta de lo que JiSung tramaba —¿Por qué?

—Oh, bueno, verás... —se acercó a MinHo y puso las manos del más alto en su cintura—. Me gustaría probar mi maquillaje, porque todavía no lo hago conmigo...

—¿Y...?        

—Y me gustaría saber si tú quieres ser maquillado, por mí—JiSung sonrió, sus encías mostrándose tan encantadoras.

MinHo subió las cejas, sorprendido.    

—¿Y yo qué ganaría con eso?

—Un beso.

❝Femenine❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora