-4- [¿¿¿+18???]

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Persona A: Venezuela.
Persona B: Argentina.

No sé qué estoy a punto de hacer,,,

Pues nada, ya qué.

Si me conoces en vida real, lo siento mucho. (?)

Oh si, en este corto no son novios, sólo son marikones on main pero bueno(?), háganse la idea.

Enjoy this.





-Bien- Se oyó la voz del venezolano.

Este se hallaba sentado junto al argentino, con los brazos cruzados y una sonrisita pícara en su rostro, ladeando la cabeza levemente y observando fijamente al contrario.

Inicialmente haría algo de silencio antes de volver a hablar y hacer dicha pregunta, manteniendo su sonrisa coqueta y finalmente hablando. -¿Verdad o reto, Arge?-

Ambos latinos se habían aburrido luego de ver un par de películas y algunos videos en Internet. Simplemente ya no hallaban qué hacer, así que habían decidido jugar “Verdad o reto ”, más por petición del de pecas que por el de orbes claros, quien terminó accediendo sin refutar mucho debido a que no tenía una idea mejor.

Este mismo suspiraría algo pesado mientras haría una mueca pensativa encogiéndose luego de hombros. -... ¿verdad?-

El venezolano reiría algo divertido y soltaría. -¿Te gustaría besarme?-

Ante aquella pregunta, el de orbes claros se ahogaría prácticamente con el oxígeno, a lo que Venezuela reiría como respuesta, luego apartaría la mirada y se apresuraría a decir. -Mejor pido reto...-

Venezuela entornaría los ojos y lo vería divertido. -Entonces te reto a que me beses- Diría sentándose aún más cerca de Argentina. -No es la primera vez que me besas, Arge, así que espero un besito bien bonito y sabrocito-

Y de pronto aquella sala de estar se había inundado por un silencio algo incómodo, por lo menos para Argentina, el cual se vería interrumpido por una sonora carcajada por parte del venezolano, puesto que le había parecido muy graciosa la expresión que tenía el argentino.

Argentina seguía en silencio, sin emitir ningún ruido y con las mejillas levemente rojas, no sabiendo si debería observar a Venezuela o si debería centrar su vista en un punto imaginario.

Sin embargo, la gracia de la situación se iría desvaneciendo de poco en poco. Argentina seguía sin decir nada y se le notaba incómodo, o por lo menos eso pensaba el venezolano, quien ya comenzaba a temer un poco.

«Verga ya la cagué...» Pensaría para sus adentros, no sabiendo ahora qué hacer o qué decir.

-Arge, óyeme...- Empezaría a decir, algo avergonzado por la situación. -Tampoco es para que te pongas así... estaba jodiendo...-

Argentina al oir al venezolano en un intento pobre por excusarse y quizá disculparse, negaría varias veces con la cabeza y se dignaría a verlo. -Está bien, sabes que podes jugarte así conmigo- Diría en tono relajado, luego haría silencio por un momento breve y suspiraría. -¿De verdad quieres que te bese?-

El de pecas se encogería de hombros y se recostaría casi con cansancio del respaldo. -Honestamente, si coño, pero no es necesario, igual sé que te debe gustar alguien, no sé, ¿Peru?, y quizá no esté bien que me ponga así de marico todo el tiempo-

Irónicamente el ambiente había cambiado, y ambos latinos ahora habían intercambiado posturas, donde el de pecas se mostraba incómodo y el de orbes claros sonreía levemente con algunos aires coquetos.

Este último se incorporaría levemente y terminaría de acercarse al contrario, llevando una de sus manos dulcemente al mentón del venezolano y haciéndolo incorporarse para poder quedar frente a frente. -No me gusta otra persona, de eso podes estar seguro... Además, ¿pides un beso? Lo tendrás-

Y con esto, juntaría sus labios con los de Venezuela, besándolo primeramente con dulzura y ternura, sintiendo como el de pecas se iba relajando de poco en poco y comenzaba a corresponderle, llevando sus manos a la nuca del argentino y apegándose más a él.

Sin saber cómo ni en qué momento, ya ambos chicos habían comenzado a profundizar aquel beso en el que se hallaban immersos, cumpliendo con la petición del venezolano de que sea un beso “bien bonito y sabrocito”.

Mordiendo juguetonamente el labio inferior de Venezuela, Argentina lograría que este mismo jadeara contra sus labios y se estremeceriera ligeramente, intensificando el beso y pasando una mano de forma algo sutil pero provocativa por debajo de la camisa de este, para poder tomarlo de la cintura y de vez en cuando pasar esa misma mano por su espalda o por su torso.

De un momento a otro, ambos latinos se separarían (sólo un poco) del beso por falta de aire en busca de recuparlo, jadeando levemente y ambos con las mejillas algo rojas.

-Argentina, no tenemos que hacer esto si no quieres...- Diría en voz baja, con la mirada fija en la del contrario y sin soltarlo.

El nombrado reiría coqueto y se encogería de hombros. -No muestro ningún problema, así que podemos hacerlo, a menos que vos no quieras~- Le respondería casi de igual manera pero con picardía, despertando una chispa en el interior de Venezuela y haciéndolo sonreir ampliamente.

Ante esto y como respuesta, el de pecas se incorporaría de repente y posteriormente se sentaría sobre el regazo del contrario, tomándolo por las mejillas y besándolo con intensidad, pasión y lujuria, a lo que el de orbes claros correspondería sin dudar.

No se habrían dado cuenta en qué momento la ropa les había comenzado a estorbar, puesto que entre alguna que otra caricia ya ambos se hallaban con los torsos al desnudo y Venezuela había perdido el pantalón que traía puesto, encontrándose ahora intentando desabrochar por lo menos el de Argentina.

Argentina había abandonado los labios del venezolano y ahora se hallaba repartiendo besos por su mentón, posteriormente haciendo lo mismo en su cuello y comenzado a morder el mismo, dejándole algunas marcas en la zona, esto mientras el contrario dejaba salir algunos suspiros por dichas acciones y ladeando la cabeza gustoso para que siguiera.

Las manos del de orbes claras se hallaban posadas sobre el trasero del de pecas, de vez en cuando apretando de forma juguetona el mismo, a veces dándole alguna nalgada de repente y causando suspiros pesados o gemidos bajos en el venezolano.

Ante todas las acciones por parte del argentino, Venezuela no se quedaría atrás, acomodándose levemente en su sitio y moviendo ligeramente su cadera contra la entrepierna del mismo para provocarlo, haciéndolo estremecer y jadear.

Comenzaba a hacer más y más calor en aquella sala de estar, y el mundo había desaparecido para aquellos latinos, quienes se hallaban tan concentrados el uno en el otro todo por el interés de complacerse mutuamente.

Hubo besos, hubo mordidas, hubo toqueteos, hubo suspiros, hubo jadeos, hubo gemidos.

Y bien sabían ellos mismos qué estaban dispuestos a hacer, ambos tenían ganas de más, y sin duda obtendrían más, fundiéndose en uno solo y de alguna u otra forma demostrándose de una manera discreta lo mucho que se amaban en secreto, tanto en secrero para ellos mismos como para el mundo en si.





Aaaah ya se habían emocionado pensando que iba a hacer el porno completo, cochinos. 👀

Aunque eso ya quizá para después. 👁👅👁

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