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Ryan me había convencido de alguna manera de acompañarlo a una fiesta donde vería a unos patrocinadores y vería sí quisieran llevárselo a peleas aún más grandes, era obvio que si les convencía cómo peleaba lo iban a llevar a pelear contra un boxeador reconocido y si le ganaba, su carrera despegaría de ahí. El estaba muy emocionado y me rogó que lo acompañará. Y había accedido, pero se lo habían llevado de mi lado para conocer a unas personas.
Me sentía cómo una inadaptada en este lugar, sentía que no pertenecia aqui, todo era extravagante y yo apenas y me había puesto un vestido largo color negro y con eso me sentía la más elegante, pero al llegar y ver a todos con sus joyas me dieron ganas de desaparecer.
Estaba en busca de Ryan para decirle que lo mejor sería que me fuera pues estaba cansada y tenía que revisar unas cosas de la escuela pues sólo me quedaba un día de descanso y tenía que arreglar mi departamento también.
Pero él no estaba por ningún lugar.
Debido a mi torpeza, caí en los brazos de alguien, al verle la cara me congelé. Era Santiago, no sabía que hacer, todo dentro de mí comenzó a latir al mil por hora, esto era algo que jamás me esperaba.
—Maca yo —Me dice pero no lo dejó terminar, mí mano ha estampado en su cara, lo cuál me da tiempo de huir, es obvio que me iré y luego hablaré con Ryan. De pronto toda la gente se amontona, impidiendome el paso, cómo puedo y a empujones llegó hasta la puerta de salida y cuando estoy apunto de salir, la escuchó, es esa estúpida canción. Esa maldita canción, aquella que según su madre el escribió para mí.
No sé por qué pero me quedo a escucharla, siento las lágrimas resbalar por mis mejillas, quiero irme pero mis pies no responden, parece que quieren escucharlo, escucharlo cantarla.
Su voz es preciosa. Y justo cuándo la termina yo salgo del lugar.
Bajó las grandes escaleras, corriendo para tomar un taxi e irme a mi departamento.
Maldita sea.
Todo parece una jodida pesadilla.
—Maca —escucho su voz detrás de mí.
No me detengo, no quiero verlo, no quiero hablar con el.
—Maca, espera —El se pone enfrente de mí, impidiendome el paso.
—¿Que coño quieres? —Le gritó.
Las lágrimas no cesan. Estoy llorando nuevamente por este pendejo.
—Maca, hablemos ¿Si? Por favor.
—No, tú y yo no tenemos nada que hablar.
—Maca por favor, yo-yo quiero saber qué ha sido de ti, que has hecho...
—¡No te interesa! —Le gritó, quiero golpearlo —Yo no quiero saber nada de ti.
—Maca, por el amor que alguna vez me tuviste, por favor. Quiero hablar contigo. —Me dice acercándose a mí, yo retrosedo.
—¿Hablar de qué? De cómo me viste la cara de estúpida ¿De cómo jugaste conmigo? ¡De cómo por tu puta culpa la pasé mal por tantos meses! —Le gritó.
—¡Yo también la pasé mal! ¿Sí? Yo también sufrí cómo no tienes una puta idea —Me grita Santiago, puedo ver qué sus ojos se han cristalizado —Yo sé que te hice daño Maca, pero no mentí cuándo te dije que te amaba... Yo la pasé muy mal, estuve deprimido por meses. Yo te extrañe, te extraño todo el tiempo. Todo el tiempo pienso en ti —Me dice acercándose a mí y está vez no retrosedo —Maca, yo-yo de verdad lo siento, lamentó mucho el haberte herido, pero no fuiste la única que sufrió, yo también la pasé mal, yo también te extrañe. —Santiago pone su mano en mi mejilla, yo cierro los ojos inconscientemente, aquellas caricias, aquellos momentos regresan a mi mente.
No maldita sea, no.
—Macarena por favor, perdóname —Susurra.
Yo lo miró fijamente a los ojos.
—Yo...
Y él me besa, y por mucho que yo quiera apartarme no puedo, mi cuerpo no reacciona, mi cuerpo no me lo permite.
Y sus labios, su besó, hace que aquellos momentos que pasamos regresen a mi memoria.
Y me siento suya de nuevo, el pone sus manos en mi trasero, haciendo que inconscientemente suelte un gemido en sus labios, y el beso continua, pero éste va en aumento, siento cómo poco a poco la temperatura va subiendo.
Sin embargo soy yo la que decide parar el beso por la falta de aire.
Ambos tenemos recargada nuestras frentes.
Me voy a casar —Me dice.
Y aquello me ha caído cómo un balde de agua helada.

"ELLA" (PARTE 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora