4.

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Al final no hubo cena, ni películas, me encontraba curando las heridas de Ryan. Le habían abierto la ceja, además de qué lo habían dejado fatal, tenía hematomas en todo el cuerpo.
—Oye, ve el lado bueno —Me dice, yo detengo mi mano, dejando de pasarle aquel algodón con alcohol y lo miro —Gane —Sonrie.
Yo sólo giro los ojos.
Apesar de estar todo golpeado su sonrisa es preciosa.
—No se trata de ganar, mira cómo te dejó —Le digo preocupada.
—El quedó peor, a qué sí —Me sonríe.
Yo me río.
—Eso no te lo voy a negar —Ambos nos reímos.
Ryan pone sus manos en mi cintura y enseguida siento cómo mi cuerpo se pone alerta, ya sé cómo acabará ésto.
—Gracias por cuidarme, siempre —Me dice él.
Yo lo miro a sus preciosos ojos cafés.
—No tienes que agradecer, tú has estado para mí en más ocasiones —Le digo levantando los hombros.
Ryan hace qué mi cuerpo caiga en sus piernas, yo trago saliva.
—¿Cuándo vas a ser mía? —Me susurra.
Y no estoy segura sí es que no ha querido que lo escuché o se le ha escapado.
—Ya lo soy —Le digo mirándolo a los ojos.
—Sabes a lo que refiero gatita —Me dice pasando mi cabello detrás de mí oreja.
—Es qué al final ya soy tuya. Somos cómo una pareja y nuestros hijos son Blue y Gio —Me río y el también hace lo mismo.
—¿Me quieres? —Me pregunta.
—Si, obvio te quiero —Le digo sincera.
—Yo te amó —Me dice.
Y aquello hace que me congelé, hace que me quedé sin habla, y es que hacía muchísimo que alguien no me decía eso. La última vez que me lo dijeron resultó ser una mentira, una mentira que me tuvo deprimida por varios meses.
—Yo sé que te cuesta creer pero, enserio. Te am...
Yo lo interrumpo, dándole un beso. Un beso que va en aumento.
Hago movimientos circulares sobre su miembro, el cuál puedo sentir a través de su pantalón.
Ryan pone su mano sobre mis senos, masajeandolos suavemente.
Siento cómo todo dentro de mí se calienta. Ryan me carga hasta su habitación y se pone sobre mí.
Me besa y el cuello y poco a poco va bajando.
Me desabrocha el pantalón y se deshace de él, besa mis muslos y esto provoca que me levanté poniendo todo mi peso sobre mis codos y es que siento un cosquilleo sobre mi feminidad, y poco a poco siento cómo se va mojando.
Ryan regresa de vuelva a mis labios y está vez en una maniobra hago que él quede debajo de mí. Le beso el cuello y el acaricia mi espalda.
Me detengo y me siento sobre sus piernas, levantándome para deshacerme de mi blusa y mi sostén, quedando sólo con mis delgadas bragas.
Sin aviso Ryan introduce uno de mis pequeños senos en su boca, lamiendo los lentamente, tal y cómo me gusta.
Cómo puedo le desabrochó el pantalón y me levanto para poder quitarle con facilidad el pantalón y boxer.
—Joder Maca, eres preciosa —Me dice observando mi cuerpo desnudo. Yo sonrió.

(-)

Abro los ojos lentamente, la luz me lastima los ojos y es qué él departamento de Ryan está en el décimo piso, además de qué sus ventanas son de cristal y las cortinas son muy delgadas.
Ryan duerme a mi lado, tiene una de sus manos entrelazada con la mía, rodeando mi cintura.
Y no sé por qué pero me gusta sentirlo a lado mío. El siempre me ha tratado muy bien y ha sido respetuoso conmigo.
Me hacía sentir bien, y eso me molestaba.  Con Ryan tenía algo seguro, sabía que él no me lastimaria y aún así tenía miedo.
Ryan me respetaba, veía por mi, y siempre buscaba satisfacerme en todo.
Quizás ya era tiempo de cerrar esa herida y dejarme querer, el permitirme amar.
—Buenos días —Me dice Ryan con su ronca voz, sacándome de mis pensamientos.
Giró mi cuerpo, quedando frente a él y aún tiene los ojos cerrados.
—Buenos días -Le digo dándole un fugaz beso en los labios, pues yo tenía el aliento mañanero.
—Más bien son muy buenos días, cada que amanezco contigo mis días son mejores —Me dice aún con los ojos cerrados.
—Ay cálmate muchísimo, cursi —Le digo riendo, el sólo sonríe —Oye, quería decirte algo.
El por fin abre los ojos y se estira en la cama.
—¿Que pasa gatita?
—Yo también te amó —Le digo muriéndome de la vergüenza.
El me mira con los ojos abiertos en par.
—Gatita, no estoy para bromas eh.
—No es ninguna broma —Le digo.
Ryan se pone sobre mí y me comienza a besar cómo loco por todo el cuerpo.
—Relajate muchísimo Rocky —Le digo.
Él se ríe.
—Eso quiere decir que si sientes lo mismo que yo y que obvio te gustó.
—Obvio Rocky. Obvio que me gustas —Le sonrió.
—Gatita, te amo, te amó...

"ELLA" (PARTE 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora