"ELLA" (PARTE 2)

19.

Últimos caps.
Meses después...

SANTIAGO POVS

La luna de miel fue un desastre, al final nos regresamos a los dos días. Después de la boda intenté refugiarme en el estudio, evitando a toda costa estar en el departamento. Por alguna razón no quería estar con Oriana. Un día llegué tan borracho que no supe ni que sucedió hasta el día siguiente en qué ella y yo despertamos desnudos. Oriana no preguntaba nada, sólo me avisaba cuando iba a alguna cita y ambos íbamos juntos.
Los meses pasaban y no podía sacarme a Maca de la cabeza.
¿Por qué tenía que ser un completo gilipollas? ¿Por qué no podíaa agárrame los huevos e ir a buscar a Maca?
—Santiago, es Oriana —Dice Dave sacándome de mis pensamientos —Tu bebé ya va a nacer.
Salí rápido del estudio y maneje cómo un loco por la ciudad hasta llegar al hospital.
Una vez ahí mi madre ya se encontraba en él lugar.
—Ya está en labor de parto —Me dice mi madre emocionada.
En menos de una hora el doctor apareció.
—Felicidades, es una niña —Dice.
Yo abrazo a mi madre y las lágrimas salen.
Una enfermera me guió hasta las incubadoras, ahí estaba mi hija, mi princesa.
Quería contarle a todos, pero sobre todo a Maca.
Saque mi celular y tome una foto se mi pequeña.
—Santi no —Dice mi madre —Tú elegiste a Oriana, y así debe ser. Deja a Maca continuar con su vida.

•
Dos meses después del nacimiento de la pequeña.

Maca's pov.

Estaba en silencio, observando a mis alumnos hacer el examen que les había puesto, por suerte después del escándalo en la escuela anterior había podido conseguir uno igual en una escuela privada, sólo que esta vez me tocaban chicos de secundaria.
—Bien, ya entreguen sus exámenes —Les digo. Todos obedecen y me entregan sus exámenes, el timbre suena —Nos vemos mañana —Les digo.
Todos salen del salón, sólo se queda un grupito de tres chicas, las cuales siempre se quedan a platicar conmigo.
—Maca... —Me dice una de las chicas llamadas Jho.
Yo la miro con una sonrisa.
—¿Vas a seguir contándonos sobre lo que sucedió con el papasito de Santiago? —Dice.
Las demás chicas sonríen.
Ellas me había reconocido y extrañamente no me habían tratado mal, querían saber más sobre mi historia con Santiago y cómo eran chicas muy lindas yo había accedido a contarles, y es qué no me molestaba en absoluto cobrarles sobre todo.
—Chicas ya les conté todo, absolutamente todo. —Les digo acomodando las cosas en mi bolso.
—Pero no nos has dicho si lo has visto o te ha llamado después de su boda ¿Lo ha hecho? —Está vez pregunta una de las otras chicas, llamada Gina.
Y esa sonrisa, aquella qué tenía se ha esfumado.
—No, el no ha vuelto a llamar, ni a buscarme, ni a nada. Lo último que se es que tuvo una niña y ya —Digo intentando parecer normal.
—Ug, tremendo patán —Dice Jho —Muy guapo y todo pero carece de huevos.
Todas reímos.
—Bueno, es hora de irme, recuerden hacer su tarea chicas —Les digo levantándome.
Maneje escuchando la radio, hasta llegar al edificio.
Subí por elevador a mi departamento y al entrar mi cara fue de horror, todo estaba tirado o roto, Gio y Blue estaban en una esquina asustados, parecía cómo si algún torbellino hubiera pasado por aquí.
Llamé a los de seguridad quienes aseguraban que nadie había entrado. Y rato después la policía.
—Maca... —Dice Ryan entrando al departamento. Detrás de él viene Ari.
—Todo está destruido —Le digo abrazándolo.
—Señorita García —Dice uno de los oficiales —¿Le hace falta algo de valor? ¿Dinero? ¿Joyas?
—No yo no tengo nada de eso, dinero aquí no tengo, hasta mi laptop me llevo al trabajo —Le digo.
—Pues, esto no parece un robó, más bien parece que alguien lo hizo por... Disculpe usted la palabra, Joderla. Si hubieran entrado por robar, seguro sería por algo de valor pero dice que no tiene nada de eso. —Me contesta el oficial —Si tiene alguien que la odie o a alguien le ha hecho algo, debería investigar con ellos y saber sí lo han hecho solo por Joderla.
Los oficiales terminaron de irse.
Ari y Ryan me ayudaron a levantar todo el desastre. Los sillones estaban rasgados y hasta en mi habitación el colchón y las sábanas, incluso las cortinas. Me había costado muchísimo conseguir mis propias cosas y esto era un golpe muy fuerte.
—No entiendo quién pudo haber hecho esto —Le digo a Ryan y él me abraza.
—Es muy obvio quién —Responde Ari recogiendo unos vidrios.
—¿De que hablas? —Pregunto confundida.
—Eres muy inocente —Me dice mirándome —Oriana es la que ha hecho todo esto. Es la que hizo el escándalo del engaño, no estoy muy segura pero sé que ella ha sido la causante de tu accidente o que seguro algo ha tenido que ver, y es obvio que ella mando a hacer todo esto.
—Ari...
—Maca ¿Enserio le creíste todo eso de "eres una persona importante para Santiago y también para mí? —Ryan y yo la miramos confundidos —Mi trabajo consiste en analizar a las personas y es obvio que ella te odia. Es obvio que ella tiene algo contra ti. Y ha hecho todo esto por qué es más que obvio que Santiago aún te ama y ella lo sabe. Quiso aparentar con eso de que te quería y que quería ser tu amiga para despistarte y si estoy equivocada que vengan a quitarme mí título.
—Gatita algo de lo que dice Ari es cierto, tiene razón ¿Que persona querría ser amiga de la ex de su prometido? —Dice está vez Ryan.
—Es que me cuesta creerlo, además no puedo ir a decirle, “hey tu me haz hecho todo esto”. —Les digo a ambos.
—¿Y si hablas con Santiago? —Dice Ryan está vez.
—¿Para qué? —Pregunto confundida.
—Cuentale todo y haber que dice el, quizás el pueda ayudar a sacarle la verdad —Responde Ari.

En cuánto Ari y Ryan se fueron le llamé a Santiago. Sonó un par de veces, pensé en colgar, pero entonces el respondió.
—¿Podemos hablar? —Le dije antes de que el me dijera algo.
—Soy Oriana... Yo le doy tu mensaje —Y colgó.
Maldita sea ¿Cómo se supone qué hablaría con él?

•

Opte por ir al estudió dónde sabía qué el grababa. Al llegar el que me recibió fue Dave.
—Vaya, no pensé verte de nuevo —Me dice abrazándome.
—¿Cómo estás? —Pregunto con una sonrisa.
—Muy bien, pero no has venido a buscarme a mi. El chico estrella está ahí dentro, pasa.
Yo hago caso y entro, Santiago está escribiendo en una libreta. Así que no traía su celular.
—Hola —Susurro.
El levanta la vista y me mira sorprendido.
—Maca, que sorpresa —Dice dejando la libreta a un lado y corriendo a abrazarme.
Su abrazo se sentía tan cálido y por primera vez desde que lo había visto de nuevo, sentía como si me encontrará en mi hogar, me sentía protegida.
Cómo antes.
—He venido a hablar contigo —Digo separándome se él.
Ambos nos sentamos en aquel sillón en el que el anteriormente estaba sentado, entonces le conté todo.
—No puedo creerlo —Me dice Santiago —Osea, no es que no te crea pero es difícil se creer.
—Yo sé, yo tampoco lo creo. Pero me gustaría qué me ayudarás a saber si es cierto o no —Le digo.
—Maca, es qué no sé, no puedo llegar y decirle que sospechas de ella, no sé... Tampoco quiero problemas con ella y menos por la niña —Me dice.
Y de alguna manera eso me hace enojarme, no por la niña si no por qué no quiere ayudarme.
—Fue un error venir a pedirte tu ayuda —Le digo levantándome y caminando a la puerta.
Y antes de llegar a la puerta todo se pone oscuro.

•

Al abrir los ojos me encontraba en una camilla, estaba en un hospital.
—¿Que pasó? —Pregunto confundida.
—Te has desmayado, te he traído al hospital —Dice Santiago.
Una doctora entra por la puerta, y nos mira.
—¿Cómo te sientes Macarena? —Me pregunta.
—Bien, sólo un poco mareada —Respondo.
—Es normal. —Me dice sonriendo —Y es que tu bebé te está robando toda tu energía.
Yo la miro con los ojos abiertos de par en par.
¿Mi bebé? ¿Que?
—¿Bebé? —pregunta Santiago confundido, tan confundido cómo yo.
—Si, Macarena está por cumplir 3 meses de embarazo...

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Si, bueno. Adiós.