Quiero un bebé!!

Cap 3

El vuelo de regreso había seguido en silencio, lance no se atrevía a preguntar qué le pasaba y keith no se atrevía a hablar de que le atormentaba.

Al llegar keith dedicó una sonrisa a su esposo, tal vez no la más sincera pero bastaba para que el alfa estuviera tranquilo; fueron recibidos en el aeropuerto por toda su familia, la de keith y la de lance, que no esperaron ni se limitaron a hacer el mínimo de ruido.

-volvieron!!- gritaron unísonos los presentes

Aquel lugar fue cubierto de abrazos y fermonas para la pareja de recién casados, era un ambiente tierno, era un ambiente perfecto para olvidar lo sucedido en el avión.

Sobra decir que de parte de la familia del moreno hicieron una fiesta de bienvenida a él estilo latino que acostumbraban, tantos colores y risas, tanta música y convivencia hizo, por un momento, que el joven omega olvidara todo.

Después de un par de horas se dirigieron a su nueva casa, lance ligeramente ebrio no tardó en caer rendido sobre su cama, claro, no sin antes dar un beso de buenas noches a su omega. Keith por otro lado se sentó al borde de la cama, no podía dormir, el cambio de horario el estrés, la culpa que cargaba en sus hombros, hacía tanto tiempo que no lo sentía, porque tenía que ser en esos instantes?.

-no me odies- susurro

Su garganta comenzó a arder, sus ojos lagrimeaban, se levantó de su cama y se dirigió a el cuarto de invitados; no recordaba cómo lance le había quitado tal dolor, no sabía si podría causar el mismo efecto dos veces, llorar lo aliviaba por momentos, llorar hasta el cansancio, igual que aquellas veces lo hacía sentir mejor.

Al dormir solo lo podía ver, el mismo pensamiento pasar, el echo, el de podía ver haciendo la atrocidad que alguna vez hizo, lo sabía, no estaba mal, no tenía vida, no tenía la culpa, pero quien no lo sabía era la sociedad, quien no lo sabía era su esposo; en sus sueños aparecía el, en la camilla en la que alguna vez se recostó, siendo observado por toda su familia, lance al frente de todos, su expresión lo decía todo, era enojada, lista solo para decir aquellas palabras que sabía que lo matarían.

"Eres un maldito asco"

Todo se volvía negro, moría, lentamente, no tenía razón para vivir si su alfa le decía eso, solo cedía al sueño y al cansancio eterno en soledad.