[2.] The fever is cured with kisses

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Trad: La fiebre se cura con besos

982 palabras
Fluff (?

—¿Cómo está?

—Tiene algo de fiebre, pero está bien.

HongJoong suspiró rodando los ojos y apoyando uno de sus brazos en la pared. Volvió de nuevo su mirada a la madre de su novio quien lo observaba con una sonrisa divertida.

—Por como hablaba por teléfono parecía que se estaba muriendo.

La señora Song rió con levedad, agarrando su bolso y levantándolo en el aire, alejándolo de la encimera.

—Ay, HongJoong, de verdad, gracias por hacerme este favor y cuidar de MinGi.— El muchacho sonrió de forma amable, como si de aquella manera le estuviera diciendo "No es nada."— Por cierto, disculpa por ser metiche pero, ¿Qué es eso?

El adolescente descendió su mirada hacia donde la señora señalaba; sus manos, las cuales sujetaban un táper con firmeza.

—Es sopa.— Contestó con simpleza.— Mi abuela es de las que creen que la comida lo cura todo y en cuanto le dije que MinGi se encontraba mal... Bueno, esto.— Volvió a señalar el recipiente plástico, esta vez con la cabeza.

La madre le dedicó una última sonrisa antes de salir del hogar, no sin antes revolverle el cabello al menor, ahora de un color rojizo.

Se escuchó la puerta cerrarse y por la ventana se pudo apreciar la figura de la mujer caminar por la calle hacia su trabajo. HongJoong suspiró, seguramente su novio estaría durmiendo, pero asegurarse de ello no estaría de más.

Después de dejar el táper sobre la encimera de la cocina, subió las escaleras con el mayor cuidado posible tratando de hacer el menor ruido, al llegar, apreció como la puerta se encontraba entreabierta. Se asomó para acto seguido, ver a un MinGi acostado con las sábanas hasta el cuello, las mejillas sonrosadas y sus diminutos ojos entreabiertos.

—Hola.— Murmuró el menor sonriendo con la voz un tanto ronca por la enfermedad, HongJoong le sonrió tiernamente y MinGi aprovechó para acomodarse en la cama, sentándose a duras penas para estar más cómodo a la hora de mantener una conversación con su pareja.— ¿Qué haces aquí?— Preguntó, ahora sonriendo levemente.

HongJoong se sentó en la cama, comenzando a acariciar el dorso de la mano ajena con sus dedos.

—Me dijiste que estabas enfermo y que tu madre se iría a trabajar, decidí venir a cuidarte.— MinGi hizo una mueca cruzándose de brazos.

—Eres un encanto, pero ya soy adulto, no hace falta que me cuiden.

—Te traje sopa.

—Ah bueno, te dejaré entonces.— HongJoong rió con levedad debido a la actitud infantil de su novio.

—Idiota.

—Pero me amas.

—Mm, sí.— Dijo con simpleza para luego acercarse y dejar un rápido beso en la mejilla a su pareja, notando de paso como el calor debido a la fiebre se había adueñado de su rostro. Su mano se posó en el pómulo ajeno, luego en su frente.—¿Qué te apetece?

—Prepárame un baño.— MinGi sonrió.— Puedes acompañarme.— Su intento de guiñar un ojo quedó interrumpido por un inesperado estornudo. HongJoong se carcajeó de él, cerrando los ojos en el proceso.

MinGi se cubrió el rostro avergonzado.

—Te ha salido mal la jugada.

—Traeme la sopa, por favor.— suplicó aún sin dejar ver su cara, por lo poco que se podía apreciar -sus orejas.- estaba más sonrojado que anteriormente, y no por fiebre.

HongJoong, aún riendo, se alejó de su novio con el objetivo de cumplir lo que se le había sido pedido.

Pasó tiempo, incluso horas. Durante todo aquel periodo el mayor se mantuvo al lado del de cabello azabache, cuidándolo con lo poco que sabía, dándole de comer sin dejar que se abrigara demasiado pero que tampoco estuviera expuesto al frío, a una temperatura ambiente en resumidas cuentas.

Le dio las medicinas que la señora Song le había indicado antes de irse e incluso le dio de comer la sopa que había preparado su abuela con los mejores deseos hacia MinGi. Pero nada funcionaba, el calor corporal de MinGi no bajaba.

—¿Debería de llamar al médico?— Se preguntó más a sí mismo que al contrario mientras que sacaba el termómetro de la boca de su novio, quien le miraba con los ojos entre abiertos, cansados, pero manteniendo aquella sonrisa que un día de antaño había llegado a enamorarlo.

MinGi negó con la cabeza, volviendo a incorporarse en la cama.

—¿Sabes...? Una vez leí algo...

—¿Tú leyendo?— HongJoong se preocupó y posó el dorso de su mano en la frente ajena.—¿Estás empeorando?

MinGi rió por lo bajo.

—Tonto.— La sonrisa viajó hacia los finos labios del pelirrojo.— No, quiero decir... Hay una forma más eficaz para curar la fiebre.

—¿Ah, sí?

—Sí. ¿Has oído alguna vez que los besos son medicinales?

HongJoong bufó mirando al techo.

—Aprovechado.

—Ya lo has probado todo.— El menor se encogió de hombros. Sí, en cierta parte tampoco iba a dejar escapar tal oportunidad para recibir ciertos mimos por parte de su novio.— ¿Por qué no? Yo lo veo lógico.

—Vamos a aclarar tres cosas.— HongJoong dejó el termómetro a un lado.— Primero; Eres un aprovechado, Song MinGi.— Pinchó el pecho ajeno con su índice.— Segundo; Si te crees eso, realmente eres un idiota muy ingenuo. Y tercero: ¿Eso no se contagia?

El menor rió tomando por las caderas a HongJoong y sentándolo sobre su regazo, el más bajo se dejó hacer, embelesado por las caricias que comenzaba a dejar el más alto sobre su espalda.

—Es fiebre, no gripe. No, no se contagia.

HongJoong rodó sus ojos.

—Te has sentido inteligente al hacérmelo saber ¿verdad?— Inquirió alzando una ceja mientras que se acercaba un poco más al rostro ajeno.

MinGi asintió con la cabeza emitiendo un sonido de afirmación. HongJoong finalmente sonrió acortando la distancia y uniendo sus labios en un suave beso con sabor a sopa que duró el resto del día.

Y así estuvieron el tiempo restante, curiosamente a MinGi le subió la temperatura pero no, ya no tenía fiebre.

𝐍𝐄𝐕𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃 ๛ MinJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora