[9.] That hurts, do you kiss me?

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1441 Palabras
Fluff

MinGi y HongJoong se conocían desde tiempos que ni ellos si quiera recordaban, habían crecido juntos alejados de la sociedad con la única compañía de sus padres y de sus vecinos, los cuales eran ancianos que vivían a unos kilómetros de ellos y a veces se encontraban por mera casualidad pues los infantes solían jugar por el extenso campo, en algunas ocasiones, durante todo el día.

No tenían televisor, ni acceso a internet, los padres de ambos de habían criado de aquella manera también y querían influenciarle a sus hijos la manera de vivir a la que estaban acostumbrados, la única forma de comunicación que tenían disponible era un pequeño fijo

La escuela de los dos niños era pequeña, a penas llegaban a ocho estudiantes en cada aula los cuales eran criados de la misma manera que MinGi o HongJoong en las montañas, muchas veces uno dormía en la casa del otro para que al día siguiente ambos pudieran ir juntos al colegio sin necesidad de quedar previamente.

Eran niños, eran curiosos en todos los sentidos de la palabra y como tales, les interesaba todo.

Por eso la primera vez que vieron a dos personas besándose, les resultó tan sumamente extraño.

Sus padres los habían mandado a ambos al mercado para hacer unos rápidos recados, los infantes de once años iban agarrados de la mano como habían escuchado que hacían los mejores amigos en los libros que les leía la señorita Moon en clase.

Al llegar al lugar, los niños tuvieron que juntarse más entre ellos puesto que todos los puestos estaban llenísimos de gente que iba de un lugar a otro sin molestarse en mirar si había golpeado a alguien accidentalmente, como hizo un despistado aldeano con el hombro de MinGi.

—¿Estás bien?— Preguntó HongJoong abultando su labio inferior, cuando MinGi asintió, el mayor le proporcionó un beso en el lugar afectado como hacía su mami cuando tropezaba.

MinGi le sonrió agradecido y continuaron andando, aún manteniéndose pegados y con los dedos entrelazados entre ellos. Algunas personas los miraban mal, con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados, y los dos, cohibidos, apartaban su rostro de aquella dirección.

No entendían el odio ajeno si ni si quiera les habían hablado. Pero simplemente lo ignoraban mientras seguían con las manos unidas.

—¿Cuántas querría?

—Dos, por favor.— Inquirió el niño más alto señalando las calabazas que vendían en aquel pequeño puesto. Pagó con rapidez usando el dinero que su papá le había cedido para eso y tocó el hombro de su amigo para que le ayudase, pero este no reaccionaba, pasó varias veces la mano por su rostro tratando de que "despertarse" pero este seguía mirando a una dirección en particular.— ¿Honggie...?

—¡MinGi!— El repentino gritito del mayor lo hizo saltar en el sitio.—¿Qué están haciendo?— El más bajo señaló con uno de sus pequeños deditos a una dirección en particular y MinGi, curioso, guió su mirada.

Eran un chico y una chica, ambos estaban abrazados de manera particular, la fémina agarraba a su contrario por la nuca y este, por la cintura. Lo más curioso no era eso, lo que más le llamaba la atención a los niños es que ambos juntaban sus labios y los movían mientras que sus bocas se encontraban pegadas la una a la otra, parecían disfrutar de ese toque pues aunque no se notara mucho, sonreían.

HongJoong los miraba con una cara de repulsión ¡Le podía ver hasta la campanilla a aquella chica y estaban intercambiando saliva! MinGi los observaba con curiosidad, porque realmente parecían estárselo pasando bien.

¿Acado alguno de los dos tenía una pupa en el labio y los besaban para que se curase?

—¿Te las vas a llevar o no, mocoso?— Preguntó el vendedor señalando las calabazas y entonces tanto MinGi como HongJoong salieron de sus pensamientos.

𝐍𝐄𝐕𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃 ๛ MinJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora