Epilogo.

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Te amare mil años mas

-Eh?, pero Kaiosama... A mí no me molesta esa relación.

-Oh Goku, solo era un comentario, como tu esposa se alteró mucho pensé que querrías saberlo - El Hombrecillo azul hablo con paciencia.

El nombrado solo sonrió de lado y suspiro.

-Mientras Gohan sea feliz no importa, no importa la persona con la que él esté dispuesto a compartir su vida. Solo debo de saber que mi hijo será feliz - Goku sonrió con nostalgia.

El Kaiosama miraba atento al sayajín y sonrió.

-Muchacho, ¿quieres hablar con tu hijo?, digo te has portado bien, y creo que después de cuatro años tú debes de extrañarlo.

-Uhmm, no quiero interrumpir nada, mejor esperare a que el muera, jajaja esperare a que se un anciano - Son se cruzó de brazos mientras sonreía con alegría.

Kaiosama sabía que esa sonrisa no era en su totalidad de felicidad. Goku extrañaba a su familia.

-Ay Goku, hijo- Kaiosama soltero una estruendosa risa contagiando a los demás.

(...)

Mientras tanto en Namimori un grupo de personas discutían en la residencia Hibari-Son.

-Por qué mejor no hacemos lo mismo del año pasado y ya después de los juegos artificiales venimos a celebrar aquí. - Yamamoto sugirió.

-Con-concuerdo, Mukuro-sama, deje de pelear con Gokudera-san. - Chrome hablo mientras se ponía al lado del guardián de la lluvia.

-Yo no veo conveniente eso - Gohan puchereo desde el sillón.

Gohan solo suspiro y se puso de pie.

-El año pasado me secuestraron ¿recuerdan? -Gohan los miro con enfado.

Todos le dieron la razón.

-Eh, pero ya no pasara otra vez, a Haru le gusto lo del año pasado.

Las chicas asintieron con emoción.

Gohan miro de reojo a Hibari y este se encogió de hombros, después ambos vieron que los demás guardianes discutían sobre qué hacer esa noche.

-Está bien, lo mismo del año pasado, sin secuestro, y con comida aquí en casa, no me gaste todo lo del mes en una salida para que no coman nada. - El semi-sayajin se cruzó de brazos y todos asintieron.

-Oye, últimamente estas teniendo ese carácter de mamá enojona. - Yamamoto dijo con nerviosismo.

El menor de ahí frunció el ceño en un puchero y todos temblaron.

-Olvídalo.

Y haci pasó el día Gohan y las chicas hicieron un enorme banquete el cual degustarían después de medianoche, mientras tanto entre peleas los chicos adornaban la casa que siempre tenía las puertas abiertas para ellos, donde eran recibidos por el más joven de su grupo con una cálida sonrisa, lo cual la mayoría no recibía desde hace tiempo. La hora de salida había llegado ya arreglada la casa y el comedor comenzaron a vestirse, las chicas con su kimono y los chicos con ropa casual a excepción de Ryoher y Hibari que portaban su yukata con orgullo, y bueno si Kioya llevaba una, Gohan debía llevarla ya que Hibari muy pocas veces le pedía algo a su pareja.

El Sayayin que Enamoró al Demonio de Namimori [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora