Capitulo 9.05

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Just Adream.






Ya habían pasado unos meses de aquella magnifica cita, el otoño estaba a semanas de terminarse y empezar el invierno, eso significaba futuras  vacaciones.

Hibari tenia pensado en esas vacaciones invitar a su Novio a su santaurio en el templo de Namimori, si estaba feliz, aquel sábado después de su "cita" en aquel monte después de meterse el, se dejo llevar y beso con pasión al menor, fue correspondido de forma inmediata, su tacto había aumentado hasta tal grado de terminar acostados en el fresco pasto y aumentar caricias y chupetones; aun seguía molesto con el cuidador de la montaña, estuvo apunto de hacer el amor al pequeño pelinegro y aquel sujeto los corrió, de no ver sido por el menor el lo hubiera golpeado hasta la muerte.

Pero ahora no se queja, ya que desde hace un mes en que hizo suyo aquel pelinegro, y lo mejor ya que fue una noche épica, tuvieron una de sus tantas citas, recorrieron de nuevo Kioto, y fueron a la montaña paoz, en donde el hace días había utilizado la nube voladora para preparar algo, cenaron al pie de un hermoso lago, hicieron una fogata, se quedarian esa noche de campamento. Puso una tienda de campaña, y la adorno con petalos de rosas, incluso preparo una caja de chocolates, los favoritos del menor.  Y ahi ante la luz de la luna, las estrellas, el calor de la fogata y el reflejo del agua cristalina, ahi en ese cesped fresco, en medio del bosque, le hizo el amor, la noche fue muy especial, dichos chocolates fueron utlizados en aquella acción, incluso utilizo los mismo petalos para acariciar aquella piel que se marco de por vida con el.

Suspiro recordar todo aquello lo ponía feliz, ahora estaba terminando su papeleo cuando la puerta de su oficina fue abierta mostrando al dueño de sus sentimientos, aquel hermoso ser que fue capas de sacar a "el" de sus pensamientos, bueno al final lo que descubrió fue que el tenia obsesión con aquel sujeto, se sentía tan aliviado cuando se dio cuenta de que estaba enamorado de aquel Sayayin, y no quería contar lo tan herviboro que sonrió en cuanto supo que era correspondido.

—Kio, hoy pedí permiso para quedarme en tu casa— menciono el menor, después de todo ya era costrume desde que iniciaron su relación, de que cada fin de semana el menor se quedara haya.

—Genial, pero siempre pones un motivo, ahora que, quieres que te ayude con matemaricas? — pregunto

—uhm, tal vez ahora quiero que repitamos lo de la montaña— dijo con voz coqueta mientras se inclinaba hacia adelante para mirar mejor los ojos azules con tono de plata.

—No me tientes— susurro.

—Tal vez eso quiero— igual susurro.

El azabache mayor se levanto y rodeo su escritorio para abrazar por la cintura al menor, y besarlo con fieresa metiendo de paso su lengua.

—Caes tan facil— canturreo el menor al separarce

—pues, eres tu quien mas. Aparte hace un mes que no lo hacemos, y tengo muchas fantasías, para nosotros — sentenció.

—hum, suena tentador, pero — el menor no pudo terminar ya que de nuevo lo volvio a besar Hibari, mientras lo cargaba para sentarlo en el escritorio.

El Sayayin que Enamoró al Demonio de Namimori [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora