4. Miradas

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Jungkook estaba sentado en una de las mesas de la gran cafetería del instituto junto a sus amigos en el tiempo del primer recreo. El lugar estaba a reventar de adolescentes pubertos hambrientos, algunos corrían de un lado a otro,  otros se hacían bromas o simplemente hablan de lo que habían hecho en clase. Pero toda esa gente y el sonido de la multitud hablando se desvanecían lentamente hasta el punto de que Jungkook no era capaz de escuchar nada ni ver a nadie, menos al chico que le quitaba el sueño sentado a unas mesas más lejos de él.

Jimin hablaba y reía alegremente con sus dos mejores amigos mientras le daba pequeños bocados a su sandwich de queso y subía sus gafas de vez en cuando porque eran algo grandes para su nariz pequeñita. Su pelo brillaba como siempre y sus labios aparentaban ser más suaves que el terciopelo. Sus mejillas estaban teñidas de un leve tono rosado natural y sus dientes parecían perlas cuando los mostraba al sonreír en grande o al reírse, y ni se diga de su voz al hablar, que a pesar de que Jungkook solo hubiera escuchado palabras ásperas rechazándolo, seguía pensando que su voz era más dulce que la miel.

Sí, Jungkook estaba hasta los huesos por ese chico y no se esforzaba nada en ocultarlo.

Suspiró mientras apoyaba su barbilla en la palma de la mano admirando a Jimin con una genuina sonrisa, admirándolo como si fuera una obra de arte, pero a la vez se preguntaba el porqué de su comportamiento hacia él cuando lo único que Jungkook quería era acercarse y no sabía muy bien como empezar a ganarse su confianza. Era como un enigma el cual no era para nada fácil de resolver y eso no hacía más que hacer a Jimin más deseable, porque a Jeon le gustaban los desafíos y era demasiado cabezota para tirar la toalla.

Suspiró de nuevo sin importarle si era muy obvio lo que estaba haciendo.

—¿Hola? Tierra llamando a Jeon Jungkook.

Un Taehyung completamente perplejo ante el comportamiento del castaño pasó una mano en frente a sus ojos para llamar su atención, Jeon parpadeó varias veces hasta volver a la realidad, un poco aturdido al volver a escuchar el murmullo de la multitud en la cafetería.

Kim Taehyung, su mejor amigo desde que tenía memoria y su compañero en casi todo, hasta en el equipo de atletismo. Un chico alto, fuerte, de pelo castaño y de característica sonrisa cuadrada la cual era muy popular entre las chicas del instituto, y no era ningún misterio pues su carismática personalidad lo convertía en la persona más amigable que podía haber en el mundo.

—Oye pareces un rarito espiando al pobre Jimin.— Taehyung rió burlándose de su mejor amigo.

—No, no es espiar si sabe que le sigues por todas partes.— Hoseok habló entre risas y Tae lo señaló dándole la razón.

Jung Hoseok, otro de sus mejores amigos. Era el más alegre del grupo, el típico amigo que siempre alegra el ambiente y que hace el tonto, muchas veces avergonzando a sus amigos, pero se preocupaba por ellos siendo como una madre del grupo, cosa que los chicos bromeaban regularmente.

—Tener amigos para que se burlen de ti, increíble.— Jungkook se giró hacia ellos mientras se secaba una lágrima falsa bromeando también.

—Solo te decimos que te calmes un poco si no quieres acabar con una denuncia por acoso.— Habló divertido esta vez un Namjoon de pelo plateado.

Finalmente, Namjoon era ese amigo reflexivo e inteligente el cual Jungkook admiraba bastante por su madurez, aunque también tuviera ese lado divertido con sus comentarios irónicos. Namjoon era el presidente del consejo estudiantil por su gran capacidad de organización y negociación haciéndolo también bastante reconocido y admirado por el resto del alumnado.

Ellos tres eran los mejores amigos del castaño, que aunque fuera cierto que tenía muchas más amistades, solo confiaba plenamente en ellos tres refiriéndose siempre como hermanos. 

—No lo estoy acosando, solo quiero llamar su atención.— Jungkook se defendió.

—Kook no quiero desilusionarte, pero parece que no le interesas.— No muy convencido sobre la situación de su amigo, Hoseok intentó advertirle.

—Tú mismo lo has dicho, parece, pero todo es posible en esta vida mi querido Hoseok.— El mencionado rió por lo convencido que sonaba el menor.

—Deja al chico tranquilo Kook, Jimin está demasiado enfocado en sus estudios.— Habló esta vez Tae mientras le daba palmaditas en la espalda, como si hubiera sido derrotado en algún especie juego. El menor apartó la mano fingiendo estar molesto por su comentario y Tae empezó a reír.

—Habló el que está enamorado de Min Yoongi, que te recuerdo que es igual o incluso peor que Jimin.— Namjoon se burló esta vez de Taehyung quien paró de reír de golpe y lo miró fulminante mientras el peli plateado le sonreía inocentemente.

—Bueno, ya sabemos porque esos dos son amigos.— Hoseok se quedó mirando tanto a Jimin como a Yoongi, quienes estaban sentados en la misma mesa con Sooyoung y pensó que era un grupo de amigos algo extraño pues las personalidades de los dos chicos con la de la pelirroja eran polos opuestos.

—¿Cómo vas con Min?— Jungkook le preguntó a Tae para después beber de su brick de batido de fresa.

—Me miró ayer en secretaría y fue lo mejor del mundo.— Tae sonrió orgulloso y Jungkook levantó su mano para chocar los cinco con su mejor amigo.

—Vamos progresando bro.

—Ya ves bro.

Hoseok y Namjoon se miraron algo perplejos  y negaron lentamente con la cabeza mientras los dos menores seguían hablando de sus pequeños logros con sus respectivos amores platónicos.

—Lo que sea.— Namjoon sacudió sus manos para cambiar de tema.— ¿Os venís a jugar baloncesto después de clase?

Hoseok y Taehyung asintieron de inmediato ante la propuesta de Namjoon, menos Jungkook, quien negaba con su dedo índice mientras se acababa su batido de fresa.

—¿Por qué no, Kook?— Hoseok le preguntó un poco desilusionado ya que siempre quedaban para jugar y era la primera vez que el menor decía que no.

—Tengo algo que hacer, pero la próxima voy como siempre, lo prometo.— Puso su mano en el pecho mientras hacía la promesa y Hoseok lo miraba no muy convencido por su excusa.

Siguieron hablando sobre temas triviales hasta que sonó el timbre para volver a las aulas. Entre tantos adolescentes que se levantaron para salir de la cafetería a toda prisa, Jungkook perdió a Jimin de vista y empezó a buscarlo con la mirada mientras salía del lugar con sus amigos. Se rindió al no haber podido encontrarlo, pero justo a su lado pasó Sooyoung con un brazo entrelazado con el de Jimin mientras caminaban a paso rápido. Jungkook intentó hablarle pero ya estaban algo lejos cuando quiso hacerlo, y con tanto alboroto en aquel momento el azabache no podría escucharlo.

Pero se sorprendió gratamente cuando Jimin giró su cabeza para mirarlo.

𝐘𝐨𝐮 𝐖𝐢𝐥𝐥 𝐁𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐞; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora