26. Mensajes 2.0

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Jimin y su familia se encontraban en la terraza que tenían en la parte trasera de la casa. Era un soleado y resplandeciente mediodía de domingo, y como hacía un día tan agradable, el señor Kim se animó a preparar una barbacoa para comer. El padre preparaba la comida, haciendo pequeños bailes de vez en cuando al compás de la música rock de los 70 que sonaba en un pequeño altavoz portátil, su mujer estaba ahí a su lado ayudándole y ambos reían y hablaban animadamente como la pareja tan adorable de casados que eran. Jimin y Seokjin estaban sentados uno al lado del otro en la mesa que había en el centro de la terraza, ignorándolos completamente pues que fueran así de animados era bastante habitual. Los hermanastros estaban con sus teléfonos en las manos, sonriendo mientras tecleaban en las pantallas demasiado entretenidos.

La señora Park se acercó a la mesa para colocar en el centro un bol con una ensalada en su interior que había estado preparando y frunció el ceño al ver a los chicos pegados a esos aparatos.

—Chicos, ¿Por qué no dejáis los móviles por un rato? Hace un día estupendo y no lo estás disfrutando como se debe.

—No me hagáis quitaros los teléfonos, ya sois algo mayorcitos para eso, ¿Verdad?—Bromeó el señor Kim mientras le daba la vuelta a los filetes en la parrilla de la barbacoa y los dos chicos asintieron al unísono.

—¡Espera, que envío el último mensaje!—Jin exclamó mientras tecleaba rápidamente, pero ese "último mensaje" fue en vano, ya que la persona con la quien estaba hablando continuaba con la conversación y Seokjin no pudo resistirse a seguir tecleando.

Jimin se acercó a él hasta quedar hombro a hombro, y curioso, miró en la pantalla del móvil de su hermanastro, sorprendiéndose al instante al reconocer la persona en la foto de perfil y leer el nombre del contacto.

—¿Kim Namjoon?—El mayor se sobresaltó al no haberse dado cuenta en que momento Jimin se había acercado e instintivamente pegó el aparato a su pecho para que no pudiera ver más de la conversación.— ¿Estáis saliendo o algo?

—No digas tonterías Jiminnie, claro que no.—Seokjin se apresuró en excusarse, ruborizándose inevitablemente al verse pillado.

—¿No? Pues los corazones que he visto dicen lo contrario.—Dijo Jimin con intenciones de molestarlo, pero se le olvidó bloquear su móvil o salirse del chat en el que estaba pues Seokjin logró mirar también en su pantalla y una sonrisa burlona apareció en sus labios.

—Con que Jeon Jungkook, ¿Eh? ¿De que me he perdido yo?

Ahora los papeles se habían invertido, el pelinegro agarró el teléfono con ambas manos y lo giró para que no pudiera ver más de la conversación que estaba teniendo con su compañero de mesa.

—No sé de que me hablas.

Los dos hermanastros se quedaron mirando por un instante, Seokjin entrecerraba los ojos mientras Jimin intentaba no sonreír para no parecer muy obvio, pero ya era tarde. El mayor dejó su teléfono en la mesa y en un movimiento rápido agarró el del pelinegro. Fue tan ágil, que a Jimin no le dio tiempo a reaccionar y Seokjin ya se encontraba leyendo la conversación, soltando pequeñas risitas con cada frase que leía. El menor intentó agarrar su teléfono repetidas veces, pero no podía hacer nada con los impresionantes reflejos de su hermanastro para esquivarlo.

¿Quieres ir a tomar algo después de estudiar en la biblioteca un día de estos?—Seokjin fue leyendo en voz alta y Jimin, super avergonzado, estiró el brazo con todas sus fuerzas para alcanzar el aparato sin ningún éxito.— Me gusta mucho hablar contigo Jimin-ssi.

—¡Hyung, para!—Seokjin hizo caso omiso pero cuando estuvo apunto de volver a leer en alto otro mensaje Jimin se quejó haciendo un berrinche y el mayor rio por lo infantil que estaba siendo.—¡Papá dile que pare!

—¡Ha comenzado él!—Jin se defendió.

—A mi no me metáis.—Habló divertido el padre mientras acababa con la comida.

—¿Y quienes son esos chicos?—La madre de Jimin preguntó curiosa.

Los hermanastros se miraron y luego miraron a la mujer quedándose callados. Le señora Park soltó una carcajada cuando los chicos decidieron volver a sus teléfonos haciendo oídos sordos a aquella pregunta.

—Venga, dejad los móviles y ayudadnos a poner la mesa.

—Sí mamá.—Respondieron los dos resignados al unísono.













¿El Namjin enviándose corazones? No sé vosotrxs, pero esto me huele a amoooor.

Y ya son más de 20k leídos, muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia y dedicar vuestro tiempo en leerla :') Me pone super feliz ver todo el apoyo que está recibiendo y los comentarios tan bonitos que dejáis, siempre intento que cada capítulo esté a la altura para que lo disfrutéis y paséis un buen rato. ❤️❤️❤️

Puede que este capítulo haya sido cortito pero hay historia para rato todavía ;) ¡Espero veros en el próximo!💜

𝐘𝐨𝐮 𝐖𝐢𝐥𝐥 𝐁𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐞; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora