—¡Estás perfecto!— Sooyoung exclamó mientras acababa de peinar el azabache pelo de su mejor amigo, mirándolo a través del largo espejo que el chico tenía colgado en una pared de su habitación.
Al fin era el día de la cita y Sooyoung había estado desde por la mañana junto a él para ayudarlo a prepararse, pues le hacía bastante ilusión y le emocionaba echarle una mano con una cita, después de tanto tiempo.
Jimin se encontraba algo nervioso jugando con las mangas anchas de la camisa blanca que Sooyoung había elegido para él. Tampoco iba muy formal puesto que lo había acompañado con unos jeans negros rotos por las rodillas y unas zapatillas blancas. Faltaban 10 minutos para que fueran las 7 de la tarde, que era la hora acordada en la que Jungkook se pasaría por su casa para así ir juntos hasta la feria.
Cuando se volvieron a ver en el instituto después de que Jeon lo invitara a salir, ambos se comportaron un tanto extraño con el otro al comienzo de la semana. Las conversaciones eran breves, apenas se atrevían a mirarse y si lo hacían era inevitable que se sonrojaran, pero aún así no quisieron alejarse el uno del otro. Luego volvieron a tratarse como normalmente hacían, con alguna que otra pequeña discusión en clase de biología, hasta que se despidieron el viernes al acabarse las clases, sabiendo muy bien lo que pasaría el día siguiente.
—¿Y si se forma un silencio incómodo? Sabes lo mucho que me cuesta romper el hielo.
—Es probable, pero vosotros dos siempre encontráis algo de que hablar.—Sooyoung le fue sincera pues ella lo sabía por experiencia propia, pero confiaba en que Jungkook haría todo lo posible para que se sintiera cómodo.
—¿Y si sale mal?—Jimin volvió a preguntar con un puchero en sus abultados labios y Sooyoung lo miró preocupada unos segundos. Lo giró para que quedaran cara a cara y agarró sus manos fuertemente.
—Jimin, escúchame. No todo puede ser perfecto, pero esta cita no va a salir mal. Quiero que te diviertas, que pases un buen rato ante todo y lo que tenga que pasar pues que pase, no hay porque forzar nada si es eso lo que te preocupa.—La pelirroja habló dedicándole una mirada sincera y atenta, tal como si fuera su madre. Jimin le sonrió, pensando en la gran suerte que tenía de tener a Sooyoung en su vida.
—¿Me prometes que te lo pasarás bien?—El de gafas asintió y Sooyoung sonrió satisfecha.—Perfecto, solo te falta un poco de perfume y estarás listo.
Se acercó a una caja llena de perfumes que el pelinegro tenía encima de un gran cajón en su habitación. Olió unos cuantos y finalmente eligió uno con un toque afrutado, convencida que era el indicado. Roció el perfume sobre Jimin y este sonrió al sentirlo, sabiendo que su mejor amiga nunca fallaba.
—Este es mi favorito.
—Si es que tengo un don para estas cosas.— Los dos rieron pero pararon de golpe al escuchar el timbre de la casa, Jimin sintió un hormigueo en el estómago y en el pecho de forma inevitable.
—¡Es tu cita Jiminnie!— La señora Park exclamó desde la entrada y se sintió algo avergonzado de que hubiera sido su madre quien hubiera abierto la puerta. Sooyoung miró el reloj en su muñeca sorprendiéndose al ver que Jungkook había llegado temprano y volvió a poner el perfume en su sitio.
—¡Ya voy!—Avisó mientras agarraba su móvil y algo de dinero, Sooyoung agarró sus cosas también dispuesta a acompañarle hasta la puerta, pero antes de que se dirigieran hacia allí, lo detuvo.
—Estás guapísimo Chim, disfruta.
—Gracias Soo, te quiero.
Jimin la abrazó con fuerza y esta le devolvió el abrazo con una gran sonrisa. Cuando se separaron, salieron de la habitación y llegaron en cuestión de segundos al pasillo de la entrada, Jimin agarró sus llaves de un pequeño colgador en una de las paredes.
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𝐘𝐨𝐮 𝐖𝐢𝐥𝐥 𝐁𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐞; kookmin
FanfictionJeon Jungkook es uno de los atletas más populares en el instituto y por ende, uno de los chicos con la mejor reputación y más deseado entre los demás alumnos y alumnas, aunque una parte de su fama sea por ser un rompe corazones. Park Jimin es uno de...