RWBY: The Ripper.

18. Cara familiar.

Weiss y yo regresabamos a Beacon algo agotados de ir de aquí a haya divirtiendonos. Weiss tenía una sonrisa que pocas veces había visto en el tiempo de conocernos pero era una sonrisa que te dejaba con deseos de seguir viéndola. Cargaba con ella un peluche que había ganado hace poco, un perro.
Con el sol puesto en el horizonte, me distrajo unos momentos al ver semejante vista.

—¿Pasa algo? —pregunta Weiss.
—No realmente.

Weiss nota lo que observaba para apreciarlo poco después.

—Increíble vista ¿no? —me pregunta.
—Sí —contesto.
—En Atlas no tiendo a ver esta clase de vistas.
—¿No? Pensé que lo harías tomando en cuenta como es la ciudad.
—No, siendo una Scheene no es posible.
—¿Tan agotador resulta serlo?
—Sí, después de que mi hermana Winter se uniera a las fuerzas de Atlas, soy la heredera. Y con eso conlleva ser perfecta toda hora del día, todos los días.

¿Ser perfecta? Todo el día de hoy no pareció serlo.

—Mi padre necesita alguien que tome a cargo de la compañía y para eso debo ser todo lo que me pide. Perfecta sintetizando.

No digo ni una palabra, jamás había pensado de esa manera. No me importaba, cuando asaltaba la compañía Scheene solamente me interesaba hacer el trabajo y ya.

—Olvidemos lo que dije —rompe el silencio Weiss— Vayamonos de aquí. Se está haciendo tarde.
—¿Siempre te has sentido así? Supongo que es difícil mantener las expectativas altas.
—¿Jamás has tenido alguien que te exigiera?
—No. Simplemente hacia lo que tenía que hacer.
—¿Hacer que?
—Nada en especial, pero solo lo hacía.
—Simplemente lo hacías.
—Weiss, no te mentire sobre saber como te sientes pero solo dime si quieres romper el personaje, puedo ayudar con eso.

Le doy una sonrisa, algo que ella igualmente hace como respuesta.

—Gracias.
—¿Por?
—No darme un trato especial por mi apellido.
—Creo que no soy el único.
—¿Quien más lo hace?
—Conozco otras tres personas que lo hacen.
—¿Tres?... ¿te refieres a ellas?
—¿A quien más? A esas tres no les importa que seas una Schnee.
—Ellas...
—Ellas son tus amigas Weiss, deberías mostrar algo más de aprecio ¿no crees?

Ella no esperaba esa respuesta de mi, parecía que ella lo sabía pero no quería aceptarlo.
Aclara su garganta y volvió a tomar el aire de chica de clase alta para disimular, algo con lo que no caería después de verla actuar de otra manera.

—Volver a actuar de esa manera no funcionará conmigo, lo sabes ¿no?
—C-cállate.
—Deberías apreciar que ellas estén  para apoyarte, sobretodo Ruby.

Weiss no dice nada, mantiene la expresión de molesta pero se que mis palabras le llegaron.

—Todo depende de ti, diría que aprovecharás. Son cosas que no se presentan seguido.
—¡Esta bien! —me contesta, algo molesta por aceptar lo que dije— le daré una oportunidad pero no diré que sea algo plausible.
—Creo que si lo es.

Weiss se va hacia su habitación, acción que yo también hice, al caminar por los pasillo de la escuela siempre estuvo grabado la voz que escuché este día. Sin duda alguna, era la voz de Blair.
No la confundía, era imposible para mí hacer algo semejante, pero no era algo posible de suceder... los muertos no hablan.

Llego a mi habitación y veo una nota en mi cama.

—¿Qué diablos?

¿Qué? ¿Quien entró ha mi habitación? ¿Cómo lo hizo? Tengo miedo.

—¿Que opinas Yubarta? —le pregunte a Yubarta.

Voy hacia la nota, solamente decía "ve hacia la ventana"

—¿Qué rayos? Espero que no sea Yang queriendo hacer una escapada nocturna.

Voy hacia la ventana esperando a ver una cara conocida, y resultó ser así, una cara familiar que jamás pensé que volvería a ver en mi vida.

—Blair...

Estaba parada ahí, justo debajo de un árbol. Un sudor frío recorrió mi cara en ese momento.
Ella solamente saludó y con una sonrisa se dirigió a la parte trasera del árbol para desaparecer.

—Imposible... Blair...

Ella nuevamente vuelve a aparecer, haciendo una seña con su dedo llamándome, diciendo que vaya hacia ella.
Con cero dudas salte para seguirle. Tenia que saber el cómo... el porque no me dijo... y el porque de venir ahora. Tenia que saber.