Los recuerdos son sabores.
La pequeña dio tres pasos, el tercero lo dirigió al frente del cadáver de aquel felino, recordaba que era perteneciente a la vecina, más su nombre le era todo un enigma ¿El testigo del homicidio? Emili Liddell ¿El asesino? Emilia Liddell. Ambas hermanas eran parecidas en sus rostros, respecto a otros detalles eran totalmente ajenas... Una de esas era el deseo de asesinar, si bien Emili poseía el claro perfil de un psicópata por su intolerancia a las emociones y su poca empatía con las personas, Emilia era el claro ejemplo de "las apariencias engañan".
La hermana menor era amorosa, alegre, sonriente, romántica y toda una sentimental con las películas. La mayor era fría, calculadora, incapaz de producir gestos bruscos y demasiado madura para su edad ¿La conclusión? Una era un monstruo y la otra era un monstruo en desarrollo.
-¿Se puede saber qué haces con el gato?- preguntó la mayor.
Había visto todo el caso desde lejos, sin interrumpir, llevada por las enseñanzas de su familia sabía que era mejor dejar que ellas terminaran sus actos antes de hablar... Pensó que si ella interrumpía podía haber sido ella el cadáver bajo los pies de la menor. Una posibilidad grande, aunque imposible debido a la estimación que le tenía la menor.
-Nada- respondió la otra con una dulce sonrisa.
Emili mostró disgusto en su mirada.
-Culpable- le sentenció.
-¡No tienes pruebas!- chilló furiosa.
-Ni me interesa,- le dijo con un signo de asco- guarda el cadáver y limpia tu ropa, pronto será la cena, más vale que nadie sepa lo que haz hecho.
-¿Podrías ayudarme?- le preguntó con ojos de cachorro, planeando librarse del trabajo.
-Sí tuviste la capacidad de asesinarlo sola, entonces tienes la capacidad de limpiar la escena sola- dijo Emili. Tan sólo se doblegaba a las palabras de su novia, pero a nadie más.
Se dio la vuelta y observó aquella gran puerta que daba a la mansión.
-Prepararé el baño, date prisa- dijo antes de desaparecer entre los pasillos color caoba.
Emilia se burló y admiró al gato con disgusto.
-Hasta después de muerto traes problemas.
Esa fue la primera y última vez que aquella niña fue pillada, aprendió bien que el trabajo se hacía en silencio... Enseñanza que, por supuesto, Emili quería darle antes de generar un inconveniente a futuro.
Era su hermana menor, como la mayor se veía en la obligación de cuidarla.
Emili sin darse cuenta había hecho uso de su habilidad.
(...)
Ya en la cena Emilia representaba la dulzura del momento, era el centro de atención entre los invitados de su madre y la causa de una que otra sonrisa. Por su parte Emili mostraba un gesto de "No me hables" en su mirada. A los invitados les quedó claro aquella advertencia con tan sólo admirar como introducía con fuerza el cuchillo dentro del pavo de esa noche.
La fiesta terminó (por suerte) sin ningún herido, todo bajo control, con una buena imagen de la familia y una que otra garantía de trabajo ante la mayor de las mujeres: Emma Liddell.
-¡Increíble actuación!- celebró a sus dos hijas.
-Me quiero ir a dormir- se quejó la menor- fue un día bastante pesado, iré a la habitación de...
-Ann se queda a dormir,- advirtió Emili- si vas a mi habitación juro que te destripo- la fulminó con la mirada.
-¡Celosa!
-Me vale.
El padre observó aquella discusión, era increíble como una niña de siete años y una aproximada a los doce tenían una actitud tan madura y contradictoria entre ambas. Sin embargo, su pensamiento de corregir a ambas niñas se vio interrumpido cuando su esposa tomó de su hombro.
-Déjalas- le dijo con cierto coqueteo, susurrando en su oido-tal vez mejoren las cosas si hay otro niño- Aquel hombre sintió un terrible escalofrío.
Un síndrome de Estocolmo bastante divertido. Para todos los hombres de la familia cuyo honorable historial no tuviera algún tipo de trauma, la vida marital iba a ser un infierno al que poco a poco le darían la razón.
Emili escupió ante la vista, jamás haría que su pareja se volviera de ese tipo, quería a alguien libre.
Emilia sonrió con gusto, deseaba un amor de ese tipo y deseaba que su pareja fuera totalmente dependiente de ella.
-Dejalo en paz esta noche- susurro la azabache.
Sin querer hizo uso por segunda vez de su habilidad.
(...)
Emili probó el chocolate, claramente lo recordaría como un sabor especial.
-¿¡Alguien me quiere decir dónde escapó esa mujer!?- gritó su madre.
En la mano un machete, en la otra cabello.
Emili continuó comiendo el pastel de chocolate, ignoró por completo a la desquiciada de su madre.
-Emili, cariño- sintió un frío de muerte tomarla por sorpresa-¿Sabes dónde está?
Claro que lo sabía, pero aquella mujer era inocente, aparte de eso el pastel lo había hecho ella.
-Otra más de la servidumbre muerta ¿Acaso no te aburres?- vaya, esa niña debía de tener un deseo profundo por morir.
-¿Disculpa?
-Ella se queda viva.
-No me digas que hacer cariño, o tu tomarás su lugar.
-Adelante, me pregunto ¿Quién de las dos podrá hacerlo...? Ella se queda viva- la orden se impregnó en su madre.
Emili sintió un dolor profundo en su pierna al que no le dio mucha importancia.
Tercera vez que usó su habilidad.
Sin embargo, la niña seguía sin saber su poder.
Pero de nada servía saber que por ese uso excesivo involuntario no había tenido la capacidad suficiente para salvar a su amada en el momento adecuado.
(...)
Emili despertó con un sudor frío en su frente, no sabía muy bien que había soñado, pero sentía un sentimiento de tristeza acumulado como un nudo en su garganta. Busco a Helen en la cama, no obstante el chico ya se había ido a preparar los materiales para la exposición de arte de esa noche, muchas personas estaban emocionados con el arte del joven pintor llegando a compararlo con el Alfred Kubin o el Francisco de Goya del actual siglo.
Emili se estiró no tenía ánimos de levantarse, un sentimiento melancólico seguía en su pecho.
-Ann- susurró.
El conejo se acercó a ella y la abrazó con dulzura.
-Sigue durmiendo, no hay necesidad de pensar en nada.
Emili volvió a dormir, al despertar otro de sus tantos recuerdos se había ido al rincón de su subconsciente.
Emili no volvió a recordar sobre esos hechos, para ella la primera vez que hizo uso de su habilidad siempre sería ese momento trágico de su vida.
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Asesinatos [Bloody Painter]
FanficSe recomienda haber leído antes Asesino [Bloody Painter] para comprender mejor esta parte extra. Relatos sobre el origen de varios de los personajes y detalles luego del final oficial, espero que sea de su agrado.