reencuentros

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Dionisio: mira el lado positivo ella tiene que saber dónde esta Cristina (le dijo)

Damian: no me importa dónde esta Cristina (mintió)

Dionisio: siempre le preguntabas a Esteban si había averiguado algo de ella (dijo) a mi no me engañas

Damian: no me importa Cristina (salio enojado del despacho de su hermano)

Refugio llevó a sus hijos al colegio y después se fue a un bar a desayunar con Cristina.....

Refugio: cerca de aquí esta la empresa para la que yo trabaje antes (pegándole un bocado a su hamburguesa)

Cristina: ¿para que empresa trabajabas? (también le dio un mordisco a su desayuno)

Refugio: para la empresa de los Ferrer (dijo)

Cristina: (casi se atraganta, tosió y tomó agua)

Refugio: ¿estas bien? (mirándola)

Cristina: si, lo estoy (dijo) mira, yo también trabaje en esa empresa con prima María, y realmente, fue difícil para mi (decía)

Refugio: ¿enserio? (sorprendida) entonces tu y yo tenemos mucho en común, para mi tampoco fue una buena experiencia, a excepción de Esteban, el es muy bueno, es increíble

Cristina: no están bueno como parece (dijo) abandonó a mi prima en la cárcel

Refugio: el la ama mucho (dijo)

Cristina: eso parecía, habían personas que no estaban de acuerdo, de la relación de María con Esteban, pero terminaron aceptándola, a mi nunca me aceptaron, sabían que yo no amaba a Damian (Refugio abrió los ojos como platos)

Refugio: ¿que tiene que ver Damian? (intrigada)

Cristina: el decía que estaba enamorado de mi, no dudo que lo estuviera, pero su forma de amar no era la que yo quería en mi vida

Refugio: te entiendo a la perfección (pensando en Dionisio)

Cristina: ¿por que dices eso? ¿te enamoraste de algún Ferrer?

Refugio: si, me enamoré, no debí hacerlo (triste)

Cristina: ¿de quien fuiste víctima?

Refugio: no fui víctima de nadie, yo sabía como era el, de igual forma me enamoré de Dionisio Ferrer (Cristina puso cara de incrédula) lo sé fui una estúpida al enamorarme de el después de tantas humillaciones (se acordó de la píldora) ay dios (poso la palma de su mano en su frente) ¿me acompañas a la farmacia antes de ir a la empresa?

Cristina: si, por supuesto, ¿estas mala? (preocupada)

Refugio: no, no te preocupes (terminaron de comer y se fueron a la farmacia)

Esteban llego a su empresa, recién hacía escasa media hora que había aterrizado, corrió a su despacho y allí la vio, profundamente dormida, sonrió de felicidad y se acercó a ella, acarició con amor su pelo, la vio moverse y abrir los ojos....

Esteban: hola mi amor (dijo)

María: (levantándose como un resorte y plantándole una tremenda y sonora cachetada) ¿mi amor? (furiosa) ¿mi amor después de tantos años de abandono? (Alzaba la voz)

Esteban: (borró por completo su sonrisa, esa no era la dulce María, nada tenía que ver) María, puedo explicarte, escuchame (trataba de calmarla)

El amor del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora