Capítulo 15 🇨🇦

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Canadá se detuvo y miró a su alrededor al oír el animado grito que había salido de la habitación. Al cabo de un instante, apareció México con sus hermanos detrás de él, llevando una enorme mochila en una mano y unas hojas en la otra.
–Nos vamos a tu casa, pana -dijo Ecuador.
–Mientras que cada quien traiga lo que debe, 'ta bien para mi.
México dejó en el suelo la mochila; al acercarse, Canadá vio que se trataba de una maleta.
–Argentina! ¡Ven aquí, wey!
No hubo respuesta desde el lugar, pero un segundo después Argentina apareció por la enorme puerta de salida y cruzó el lobby a la carrera para encararse a México.
Brasil lo siguió más despacio.
–Qué pasa?! A dónde van? -quiso saber Argentina.
–Weon! Se supone que deberíamos irnos dentro de unas 5 horas. Ni siquiera traes tus maletas!! -replicó Chile—. ¡Y tu, usa condón ctm! -añadió, dirigiéndose al brasileño.
–¡No digas estupideces, boludo! -Los ojos de Argentina estaban furiosos, y su larga camisa no podía ocultar la tensión de sus músculos.
Por un instante, Canadá pensó que el latinoamericano podría abalanzarse sobre el joven de parche. Chile sabía cuidar de sí mismo, y Argentina probablemente no saldría ileso si se enfrentaba a él, de modo que se acercó por sí hacía falta separarlos.
–Se supone que hoy iremos a México para el día de muertos, pe -explicó Perú—. ¿No te acuerdas?
La tensión del de emblema de sol se desvaneció, dejándose notar su nerviosismo.
–Se me olvidó...
–Entonces, deja de besuquearte y ¡empaca tus cosas weon! -le espetó Chile, desafiante.
–Chile, não entendi errado.
(Chile, no lo malentiendas.)
–¡Vamos, Brasil! Se nota que andaban joteando -gruñó México.
–Ya, ya, ya, que vosotros tenés envidia -habló Argentina, posando la vista en Chile y Brasil alternativamente—. ¿Ya nos vamos?
–Pues tendremos que esperar otra hora, wey! Así que apurate, y traigan sus cosas pendejos!
Brasil y Argentina se encaminaron de nuevo a la salida. Canadá oyó como Argentina se quejaba:
–¡¿Se puso la gorra o que?! Maldito Chile.
–Bem, você não deve esquecer esse día -le contestó Brasil.
(Pues tu no debiste olvidar este día.)
Canadá vio que a Chile se le crispaba la cara ante el comentario del argentino.
–Y-yo iré por el carro -se ofreció Perú, rodeando a sus hermanos. No quería verse envuelto en una  discusión entre estos países.
México empezó a reunir el montón de papeles que tenía y las metía con cuidado a su maleta.
–Waaa creo que Paco se quedará sin comer por un rato -comentó México—. Será mejor cancelar el día de muertos.
–Hablas puras huevadas -exclamó Ecuador, tocándole el hombro—. No porque estos mans se cabreen, significa que todo se fue a la mierda.
Chile soltó un bufido de rabia y se cruzó de brazos. Antes de que pudiera decir nada, España se acercó a ellos.
–¿Porqué seguís aún aquí? Ya terminó la junta de la ONU -preguntó,observándolos detenidamente—. ¿Porqué están muy enojados? y ¿para qué la maleta?
México se lo explicó mientras seguía revisando su maleta.
–Ay, los chavales de hoy en día -comentó un tanto divertido España—. y, ¿Porqué no me dijeron que iban a celebrar?
Los latinoamericanos se les puso el pelo de punta. Respetan a su padre, pero sólo eso. Y permitir que España los acompañe, es como dejar que el asesino de tu familia te acompañe en su funeral.
–Si, bueno, es que... Pensabamos que andabas ocupado y pos no queríamos molestarte, papi santo.
España parpadeó.
–Estoy libre. Así que no hay problema que vaya con vosotros a festejar el día de muertos.
Si! Pero... Es muy importante esto... - murmuró el joven venezolano, en voz tan baja que Canadá apenas lo oyó.
Canadá se quedó mirando a los latinoamericanos sin pestañear. ‹‹¿Porqué parece muy especial este día de muertos?››, se preguntó. Cada año los oía hablar de ello y celebraban pero parece que este día debía ser algo especial.
–Es que...  -Chile observó su alrededor, buscando alguna excusa—. ¡Oh! Es que este día va a ser para amigos!
Sus hermanos lo vieron confundidos. –¿Cómo que es para amigos?
–Bueno... ¡Oh, si! Es que invitamos a muchos de nuestros amigos para compartir tradiciones y esas cosas -continuó México.
–¡Oh! Aparte India quería echarse un palo con usted -concluyó Venezuela.
–¡Hay que estar mosca, papá! -exclamó Colombia.
España entornó los ojos; era obvio que pensaba que sus hijos estaban ocultándole algo.
–Díganme qué está pasando aquí -dijo.
Canadá se acercó a aquellos países y se puso al lado de Ecuador.
–Hey, guys! Prêt pour le jour des morts?
(Listos para el día de los muertos?)
Los hermanos se volvieron hacia él, confundidos, pero sólo Chile entendió el mensaje.
–Weon! Justo a tiempo. Ya falta poco para ir al aeropuerto.
Canadá asintió y miró a España.
–Mister Spain, L'Inde et le Portugal le recherchent et ils ont l'air ennuyeux...
(Señor España, India y Portugal andan buscándolo y parecen algo molestas...)
España alzó la cabeza de golpe y se quedó mirándolo.
–Bueno, hijos míos. Ya será para la próxima, no quiero hacer enojar a Portugal.
Y, sin esperar respuesta, desapareció entre los países que los rodeaban.
–¡Nos salvamos! -exclamó Colombia.
–Gracias, wey! Te debemos una.
–You're welcome, guys -contestó Canadá, mirando a México—. Have a nice trip!...
Los países latinoamericanos miraron a México, esperando alguna respuesta. Esto hizo que se molestará un poco.
–Hey, Canadá! Que si quieres.... Acompañarnos.
El joven bicolor asintió con la cabeza.
–Pues apresurate wey! Tenemos que ir a mi casa pero ya!
–Pero traete unas velas, weon!
–y la foto de un difunto, compa!
–y comida!
Chile, Venezuela y Colombia seguían demandando más cosas que hasta Canadá se le olvidó porque las iba a traer.
–¡weyes! Ya vámonos, que también tengo hambrita :'v
Todos asintieron y se pusieron en marcha; México luego se volvió con una mirada pesarosa que Chile sintió que un dolor afilado como una espina le atravesaba el corazón.
Eemm Canadá, ¿Te acompaño a tu hotel? -ofreció Chile.
Oh, yeah! Thanks.
¡Vamos, weon! -trotó sin fijarse si lo seguían o no.
Canadá se quedó donde estaba, temblando como una hoja al viento. Sintió que se le encogia el estómago. El problema de México debía ser más grave todavía de lo que pensaba.
Sabía que era inútil volver a pedir una explicación por el comportamiento de México. Siempre lograba que México confiara en él, que disfrutará su presencia y que empezará a amarlo como él lo hacía con él. Pero, por sólo unos minutos de distancia entre ellos, México lo trataba como si apenas lo conociera.
Canadá avanzó entre aquellos largos pasillos. Notó cómo la mirada del latino lo seguía mientras desparecia entre aquella multitud.







🇲🇽-y El Frío ¿Soy Yo? -🇲🇽 (Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora