Unum

38 4 0
                                    

{Los capítulos no estaban programados para salir hoy, pero como se hace un año de Jumpsuit, decidí que era una buena fecha para publicarlos... Así que disfruten de este pequeño regalo |-/}

~BIENEVIDOS A LA SEGUNDA PARTE DE DEMA'S TATTOO~

POV Cam:
  Sentí un fluido debajo de mi cuerpo y una ligera pero fría brisa golpear mi rostro. Me sentía tan extraña, ¿Que estaba ocurriendo?. No podía recordar absolutamente nada más que una gran sensación de adrenalina.
Una veloz imagen cruzó por mi cabeza, estaba huyendo, ¿Pero de quien?. Comencé a analizar un poco la situación, si en mi débil recuerdo pude verme escapando... ¿Sería que ahora estaba en peligro? Debía reaccionar rápido.
  Me tomó unos momentos despertar, la consciencia parecía solo haber llegado a mi cabeza, mientras que el resto de mi cuerpo no había recibido el mensaje.
  Debí mover lentamente mis dedos, extremidades, torso y finalmente, mis párpados para poder despertar y luego incorporarme.
  Me levante, suavemente. Un gran dolor se apoderó de mi cabeza. Apreté mis ojos con fuerzas por unos pequeños segundos hasta que la molestia se detuvo. Pestañe un par de veces y luego, observe todo el lugar atentamente.
  Habían montañas a mis alrededores, demasiado altas como para alcanzarlas. Hacía frío pero mi abrigo me mantenía en temperatura. Debajo mío había un recorrido de agua y el suelo era cubierto por rocas de distintas formas y tamaños. Mire mis piernas, ambas tenían heridas, como si alguien las hubiese cortado, pero el agua había parecido limpiarlas y detener la salida de sangre previniendo así una infección.
  ¿Cuanto tiempo había estado inconsciente? En verdad luchaba por recordar algo, el hecho de despertar en medio de la nada y ni siquiera saber mi nombre me provocaba un gran terror y una inmensa inseguridad.
  Me levante lentamente, mis piernas temblaron un poco y por un momento creí que caería, pero logre mantenerme de pie y hechar nuevamente un vistazo al extraño lugar. Inhale profundamente y exhale con determinación. Dejé que mi cuerpo recuperará energías antes de dar el primer paso, se sentía como si fuese un bebe recién nacido que camina, habla y piensa por primera vez en su vida. Suspire pesado, una gran tristeza invadió mi vacío por no saber siquiera quién era.  No podía creer lo mucho que odiaba las presiones de este nuevo lugar que venían en mi dirección.
  Con mucho temor, abrí nuevamente mis ojos y está vez mire hacia arriba. Me lleve una gran sorpresa al ver personas paradas en los montes, ¿De dónde habían salido?. Llevaban atuendos combinados entre negro, verde pantano y camuflado. Sus rostros eran tapados por diferentes materiales, algunos usaban pañuelos, otros pasamontañas, barbijos y demás. Se respetaba un mismo patrón en los atuendos, pero cada uno a su estilo. Aunque había algo en específico que llamó mi atención... Unas cintas amarillas decoraban sus prendas, al igual que lo hacían en las mías. Ese color... Era tan llamativo, emitía tanta fuerza, tanto poder... Por alguna razón me dio un poco de tranquilidad en toda esta situación.
Comencé a caminar, sin dejar de mirar arriba. Seguía impresionada por los extraños recién llegados. ¿Serían amigo o enemigos?, Ese sentimiento ya lo había tenido. Quizás en mi antes, quizás en mi ahora.
  Me encontraba tan metida en mi cabeza y todo lo que estaba ocurriendo allí que me desconecte por completo de la realidad y sin notarlo, tropecé con una piedra cayendo al suelo en consecuencia. Sentí que algo raspo cerca de mi nariz casi a la altura de mis cejas, de seguro tendría una pequeña herida allí. No había tiempo para bajar la defensa, me puse de pie rápidamente intentando controlar mi balance. Me sentía un poco mareada y me costaba demasiado mantenerme en pie.
Pase las manos por mi rostro intentando reaccionar y desestresarme. De pronto, escuché como las personas de amarillo en lo alto, comenzaron a gritar. No pude entender lo que decían por la distancia que nos separaba, pero parecía como si intentarán advertirme de algo. Los mire sin comprender, hasta que dirigí mi vista al frente y lo que vi, detuvo mi corazón por unos momentos.
  Un hombre vestido de rojo se acercaba a mi galopando en su caballo blanco. Tenía sus manos, cuello y la mitad de su rostro dominados por un color negro. Trague en seco, no sabía porque pero me traía un muy mal presentimiento.
  Fue tal el miedo que sentí que por más que lo intente, no pude moverme.
  El extraño bajo de su animal y se acercó a mí. Me penetro con su mirada, una mirada capaz de matar a cualquiera. Dio un paso, movió sus pies, uno tras otro. Rogaba a mis piernas que se movieran también y corrieran lejos, pero era imposible, estas no respondían. Cuando tuve al hombre rojo cerca mio, fui incapaz hasta de respirar. Cerré mis ojos intentando desaparecer, pero quedé completamente petrificada al sentir sus frías manos en mi cuello y luego de eso, todo se volvió un gran blanco en mi mente.
No sabía porque, no había explicación alguna, solo un objetivo... Seguir la línea. Una voz en mi cabeza repetía la misma frase, "Esta línea es el único camino" y yo, simplemente obedecía. Caminaba detrás del sujeto montado a su caballo, sin hablar, sin pensar, sin cuestionar. Ya no miraba hacia arriba, sólo adelante, izquierda, y aveces derecha. En una de aquellas ojeadas, fue el momento en el que volví a mi cuerpo por unos confusos segundos. Había una flor... Amarilla.     
  Un escalofrío recorrió mi cuerpo impidiéndome seguir avanzando y fue entonces cuando vi un pétalo amarillo caer frente a mis ojos. Mi mirada se centró plenamente en aquel pétalo, como su caída era ligera y... Libre. ¿Qué significaba libertad? Había olvidado lo que se sentía ser libre, pero quería serlo, libre... Como aquel pétalo. Este golpeó contra el suelo y allí me encontré con muchos más, desvíe mis ojos hacia arriba, en lo alto las personas de amarillo eran las productoras de aquel acto. Los tiraban uno por uno provocando que me fasinara cada vez más con ellos.
  Poco a poco, devolví mi mirada perdida al frente mirando fijamente al hombre de rojo. Y allí fue cuando lo recordé todo. Se sintió como si una gran tormenta de sentimientos y recuerdos me golpeara y comenzará a ahogarme en ellos. Fue mucha información de golpe, pero mi vida ya estaba regresando a mi cabeza. Los Banditos, Trench, Dema, Josh, Tyler... Nico. Todos, volvieron a mi, como siempre lo hacen. Me estaba ahogando, necesitaba que alguien me tomará de la garganta y me dejara en el aire... Y así fue, sentí como el frío comenzó a abandonar mi cuello a medida que la fuerza volvia a mi cuerpo. Ahora lo recordaba todo, ya sabía quién era, Yo era Cam, y jamás me rendiría ante los obispos.

Yo Soy más poderosa de lo que piensan.
Yo Soy más inteligente de lo que creen.
Yo Soy más fuerte.
Yo.
Soy.

Mi abrigo de cintas amarillas me cubría dándome la valentía necesaria para la gran huida. Era el momento, ahora o nunca.
Heche a correr con todas mis fuerzas evitando todos los dolores en mi cuerpo. Grite, deje mi pulmón allí. Descargue todo lo que venía guardando por años, ese grito que salió de mi garganta ni siquiera yo me creía capaz de hacerlo tan fuerte. Jamás en mi vida había corrido tan veloz como en aquel momento, pero Nico venía a caballo... Y eso le dio mucha ventaja sobre mi. Grite y llore temiendo por mi vida, necesitaba ser libre de una vez por todas. Este sufrimiento tenía que parar.
Deje todo mi esfuerzo y energía allí, creí que por fin iba a escapar... Pero mi prisa era tanta que no note aquella estúpida piedra en mi camino, la cual provocó nuevamente mi caída.
  Mi cabeza se golpeó fuerte, el dolor era tal que no pude pensar con claridad. No entendía lo que ocurría... Estaba a punto de escapar, ¿Por qué ahora estaba en el suelo?
  Una vez más, me encontraba luchando por mantenerme consciente. Lo último que vi, fue una flor amarilla a un lado, la tomé entre mis manos y la apegue a mi pecho. Si iba a volver a Dema, necesitaría algo que me recordara esperanza y me diera fuerzas... Esta flor era la indicada. Sentí a Nico acercarse a mi y como tomaba mi pierna arrastrandome con el. Intenté defenderme, pero ya no tenía sentido seguir luchando. Mi cuerpo había llegado a su punto máximo tanto física como emocionalmente. Ahora, solo necesitaba apagarse y tomar un descanso.

 

Dema's tattøøDonde viven las historias. Descúbrelo ahora